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La supergrúa de Santander, durante la instalación de uno de los dos puntales en Tabakalera . :: ALVARO VICENTE
EL FUTURO DEL CENTRO INTERNACIONAL DE CULTURA CONTEMPORÁNEA

Dos grúas levantan la nueva Tabakalera

Las obras de rehabilitación obligan a instalar dos enormes piezas en los patios del edificio. El proyecto avanza dentro de los plazos previstos una vez concluidas las labores de cimentación de la antigua fábrica de tabacos

ALBERTO MOYANO

Domingo, 10 de febrero 2013, 14:44

El skyline donostiarra ha experimentado esta semana una modificación en su aspecto habitual tras la instalación en Tabakalera de una grúa de dimensiones inusuales: 35 metros de altura y 500 toneladas de peso. Traída expresamente de Santander, esta maquinaria se ha utilizado para introducir por tramos en los patios del edificio las piezas de otras dos grúas normales -de unos 25 metros altura- que se emplearán durante nueve meses, al menos, en las obras de rehabilitación. La primera fase de la operación concluyó ayer con el montaje de la primera grúa y finalizará en su totalidad este domingo o el próximo lunes con la puesta en pie de la segunda.

El montaje de estas dos instalaciones de casi cincuenta metros de brazo cada una ha requerido la intervención de esta supergrúa que ha permitido a los operarios montarlas ya desde el interior de la propia Tabakalera. Las dos torretas verdes, que permanecerán instaladas hasta octubre «como mínimo», tienen como misión «resolver el tema de las cubiertas y cerrar el edificio, además de subir la estructura. Ahora la obra todavía está a nivel de losa de pavimento de la planta sótano y están empezando a subir los pilares. El edificio se mantiene en su totalidad prácticamente, pero hay algunas piezas centrales, que se correspondían con aquello que en el proyecto se denominaba 'la calle', que acogerán una serie de pilares nuevos que debemos construir», explica el arquitecto Jon Montero, responsable junto a su hija Naiara del proyecto 'Tres en raya', ganador del proyecto de rehabilitación. «Es una grúa monstruosa, enorme y muy cara, pero han llegado a la conclusión que era la única forma de realizar la obra».

La introducción de los tramos de las grúas por encima del edificio y hasta los patios se ha realizado desde los laterales de la fachada principal de la antigua fábrica, primero desde el derecho y a partir de hoy desde el izquierdo. Montero explica que desde la delegación bilbaína de la firma de ingeniería Eptisa «estuvieron dándole vueltas hasta encontrar la mejor forma de hacerlo ya que desde la fachada posterior no es posible hacerlo, dado que están las vías del tren y Adif no permite bromas. Por la parte delantera tampoco era posible porque no se llegaba, así que se concluyó que la única opción era acceder a través de los patios. El problema era cómo introducir la grúa. Ignoro en qué términos transcurrió la discusión final, pero a mí me llamó el miércoles el mánager del proyecto que se encarga de la gestión de la obra, Juan Vicente Montes, para decirme que se iba a instalar la supergrúa». Montero recalca que ha sido, por supuesto, una decisión consensuada, pero más de la UTE formada por Moyúa y Amenábar, teniendo en consideración las posibilidades de colocarla y el retraso de la obra».

Tras la cimentación

En estos momentos, el proceso de rehabilitación del edificio se encuentra en la fase dedicada a la obra civil, esto es, cimentación, resituación de pilotes y creación de toda la estructura, incluido el prisma de cristal que rematará el proyecto. Está previsto que a finales de este mes o comienzos del siguiente se adjudique el siguiente lote de la obra, correspondiente a los cerramientos: instalación de las ventanas y de la cubierta del prisma.

Respecto a la cimentación, Montero asegura que ha ido muy bien. «Ha sido un proceso algo lento porque era muy complicado pero la verdad es que han hecho una obra de ingeniería que casi es de diseño. Lo han hecho muy bien y desde luego el resultado es óptimo. Lo que pasa es que ésa es la parte de la obra que no se verá nunca. Normalmente, las obras de cimentación se reducen a montañas de hormigón rugoso que va consolidándose más o menos; en cambio, esto ha sido una obra diría que hasta bonita, muy científica, muy modulada y muy bien diseñada, eficiente en todos los términos». En cualquier caso, el minucioso trabajo no ha provocado «ningún retraso significativo» sobre el calendario previsto, que fija en 2015 la fecha para la inauguración del centro.

Respecto a las difíciles condiciones meteorológicas, la arquitecta del Centro Internacional de Cultura Contemporánea, Amaia Elbusto, señala que «lo normal es que se inviertan dos días en el montaje de estas grúas, pero con el viento que ha hecho no se puede trabajar en altura», con lo que los plazos se han dilatado. De hecho, una vez instalada la primera, los operarios trabajarán hoy y es posible que mañana para concluir la operación antes del lunes.

Respecto a los efectos que hayan podido ocasionar los rigores del invierno en el edificio, Jon Montero afirma que «de momento, no se han creado patologías apreciables en el edificio, pero lo que sí es verdad es que dificultan mucho el funcionamiento porque en la parte baja de la obra se ha creado un auténtico barrizal. Hay cuatro patios en los que ahora mismo cuando llueve el agua cae directamente sobre la tierra».

El arquitecto explica que «hay otras zonas que, al haber quedado sin la cubierta de teja que luego se repondrá, el agua cae sobre los forjados que no están aún impermeabilizados y se van filtrando. Aparece agua en todas partes y sobre todo el problema es en la parte baja del edificio, en donde se ha formado un auténtico barrizal, con lo cual, los obreros lo tienen bastante crudo para moverse por ahí».

Satisfacción por Muñoz

El arquitecto señala que «al haber eliminado la cubierta y haber procedido a derribar a algunos -aunque pocos- elementos interiores del edificio, existía la posibilidad de que se generara algún desplazamiento de la estructura, cosa que por otra parte es muy difícil que suceda porque son muros muy gruesos, de un metro de ancho, que actúan por gravedad. En cualquier caso, son problemas que tampoco estarían ocasionados por la lluvia».

Montero no oculta su satisfacción por el nombramiento de Joxean Muñoz -director general del CICC hasta su dimisión en mayo de 2010- como viceconsejero de Cultura del nuevo Gobierno Vasco. «Es una muy buena noticia, primero por la persona en sí, muy capacitada y experta en el mundo artístico y de la creación. Sabemos que va a ser útil en el contexto del nuevo equipo de gobierno y luego, por las vinculaciones que tuvo -y que supongo que seguirá teniendo- con el proyecto, con lo cual mejor. Por nuestra parte, además de por razones de afecto personal, estamos seguros de que será positivo». De hecho, Muñoz es la única persona que, aunque desde un cargo distinto, permanece vinculado al proyecto Tabakalera de cuantas participaron en el proceso de selección del 'Tres en raya' como proyecto para la rehabilitación del edificio.

metros es la altura de la grúa traída de Santander, ronda las 500 toneladas de peso. Está previsto que concluya su trabajo este lunes.

metros es la longitud del brazo de la supergrúa que ha servido para introducir por tramos las piezas de las otras dos en el interior de los patios de Tabakalera.

meses es el tiempo mínimo que permanecerán instaladas en el edificio las dos grúas verdes.

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