«Yo tenía mi propio negocio, pero llegó la crisis, me metí donde no debía y lo perdí todo»
M. J. A.
Domingo, 14 de octubre 2012, 03:03
Josu es el nombre supuesto de un usuario del Punto de Atención Social de Irun. Aunque prefiere no revelar su identidad, sí quiere dar su testimonio y contar su experiencia en el centro. Guipuzcoano del Goiherri, tiene 43 años. Llegó a Irun hace seis y se incorporó al comedor social poco después de que lo abrieran. Tras unos años infernales, Josu ha comenzado a levantar cabeza y está tratando de salir de una situación desesperada, que él mismo se presta a relatar.
«Hace unos años, yo tenía mi propio negocio. Era un restaurante familiar. Por causa de la crisis y por meterme en cosas que no tenía que haberme metido, por ayudar a mi familia, terminé mal», dice. «Perdí mucho dinero, lo perdí todo, me endeudé y me tuve que ir de mi casa. Ahora vivo en una habitación alquilada, por la que pago 300 euros».
Llegó un momento en el que Josu «no tenía ni para comer. Fue un cúmulo de circunstancias que se me amontonaron y me llevaron a una situación tremenda. Empecé a buscar ayudas sociales y cuando estaba buscándolas, me hablaron de este comedor, donde he estado viniendo casi desde que lo abrieron».
Ahora, aunque sigue visitando a diario el Punto de Atención Social de Irun, Josu ha dejado de acudir al comedor. «Me han dado una ayuda social y no tengo derecho a utilizarlo. La situación que tengo ahora es mejor que la que tenía antes, cuando empecé a venir, pero sigo con graves problemas económicos, por los embargos del negocio que tuve. Tengo una minusvalía y un problema de salud en una pierna, pero estoy en esa lucha. Quiero salir. A ver si cuando me recupere, puedo arrancar y encuentro trabajo y otro sitio donde vivir, porque vivo en un cuarto piso sin ascensor y ando mal para subir».
Lo que no ha dejado de hacer Josu es «venir al Punto de Atención Social. Vengo muy contento, todos los días, soy el más veterano del local. Ellos me han ayudado mucho y me siguen ayudando a hacer los papeleos y a manejarme con la informática. Son una gente estupenda».