Garitano ahonda la brecha con el PNV al reiterar en Juntas su rechazo a la incineradora

Guante de seda, pero puño de hierro. El Pleno de ayer en las Juntas, en el que el diputado general presentó el programa de su gobierno fue nórdico en las formas, pero vitriólico por las críticas que recibió. Martín Garitano defendió la gestión de su Ejecutivo, pero PNV, PSE y PP indicaron que su programa es un cúmulo de vaguedades. De la sesión sí se puede sacar una conclusión: la polémica por la incineradora está tensionando al máximo las relaciones entre Bildu y el PNV.

La oposición estaba 'caliente'. El acto que celebró el martes el Ejecutivo de Bildu en Pasaia, en el que presentó las líneas estratégicas de la legislatura ante 300 invitados, fue calificado por PNV, PSE, PP y Aralar como una «falta de respeto» a las Juntas Generales. Y es que ése acto colmó la paciencia de una oposición que desde setiembre de 2011 venía reclamando con insistencia al diputado general que presentara su programa.

Finalmente, PNV, PSE y PP obligaron a Garitano a debatir el documento en el pleno, convocado ayer. De ahí que la presentación efectuada el día antes en Pasaia haya sido entendida como una ofensa al legislativo. El portavoz del PNV, Markel Olano, señaló que Bildu con el acto de Pasaia «ha querido contraprogramar el pleno».

No fue éste el único combustible para calentar la sesión. La oposición denunció que el programa de gobierno fue entregado a los grupos minutos antes de iniciarse la sesión. El proceso habitual suele ser que el documento se remita con más antelación, para que los grupos dispongan de tiempo para analizarlo. Rafaela Romero (PSE), afirmó que este retraso obedecía al deseo de Bildu de «boicotear el pleno».

El combustible acumulado era considerable, pero no hubo deflagración. Martín Garitano no entró al trapo y eso que fue comparado por el PP con el mago Houdini, «por su habilidad para el escapismo», o por el PNV con Hugo Chávez «por sus palabras demagógicas».

Garitano se ciñó a repetir en parte el discurso que había desgranado el día anterior en Pasaia. El diputado general sacó pecho y señaló que desde el primer día «hemos estado cumpliendo nuestros compromisos, por encima de las trabas. Hemos venido a cambiar la forma de hacer política. Este cambio se basa en dos ejes: la superación del conflicto e incentivar la actividad económica, dando nuestro apoyo a los sectores que más sufren».

En el terreno de la gestión, el diputado general no expuso novedades, más allá de anunciar que en breve se presentará el nuevo plan de infraestructuras para el tratamiento de los residuos. Este documento, obviamente, no incluye la incineradora.

¿Moción de censura?

Olano, en el turno de réplica, preguntó a Garitano si tenía previsto presentar este plan en las Juntas Generales para su debate. Esta cuestión es crucial en la relación entre ambas formaciones. La incógnita se despejará el próximo mes.

Si Bildu insiste en que el desarrollo de su plan de residuos no necesita el refrendo de la Cámara, el PNV se sentirá engañado. Los jeltzales permitieron a la coalición aprobar los presupuestos de este año a condición de que aceptaran que la competencia en la planificación radica en las Juntas, donde Bildu está en minoría. Si este acuerdo no se cumple, las preguntas que revoletean en el aire son: ¿Presentará el PNV una moción de censura a Garitano? ¿Será sustituido por un jeltzale? ¿Caerá a su vez el Ayuntamiento de Donostia, de Bildu?

El diputado general no respondió al portavoz del PNV, dado que el reglamento no lo contemplaba. De todas formas, Bildu ha afirmado por activa y por pasiva que el órgano competente es el Consorcio (donde tiene mayoría), no las Juntas.

Por el polémico tema de los peajes, Garitano pasó de puntillas. Se limitó a señalar que el modelo que propone la Diputación será «más adecuado y justo» que el actual.