El Ayuntamiento se queda con la propiedad de Arcco y la gestión saldrá a concurso

El convenio para solventar la complicada situación del centro comercial Arcco Amara se aprobará hoy. Son 52 locales que pertenecen a una treintena de propietarios, incluido Eroski, que están de acuerdo con los términos del acuerdo con el Ayuntamiento. Éste garantiza que el complejo seguirá abierto y funcionará como hasta ahora de cara al cliente, pero la relación con el consistorio cambia de forma radical para zanjar una situación muy complicada y abocada hasta ahora a un callejón sin salida. Porque el concesionario Arcco Amara desaparece y el edificio, construido por esta sociedad, pasa a ser propiedad del Ayuntamiento, que reconoce la inversión realizada en su momento por los privados. No se establece ningún canon, concepto por el que nunca se llegó a pagar un euro y que supone una deuda cercana a los 5 millones. Los comerciantes abonarán rentas al Ayuntamiento, al propietario, que tiene previsto sacar a concurso la gestión del centro comercial antes del verano. «El objetivo ha sido siempre que Arcco siguiera abierto, que la gente no se quedara en la calle y mantuviera sus negocios», explica el alcalde Odón Elorza, que coincide con el equipo financiero municipal en que la decisión más difícil fue abordar la complicada situación del centro y empeñarse en resolverla pese a su complejidad.

Porque Arcco fue el primer lugar de sus características en la ciudad. Y pagó las consecuencias, primero, porque el canon que se estableció se calculó como si los metros comerciales fueran residenciales, algo que encareció la cantidad sin razón, a juicio de los propios servicios financieros. El concesionario era una amalgama de socios que abordaron la construcción del edificio sin financiación externa, lo que obligó a vender los locales y no a alquilarlos como ocurre en el resto de los centros. El canon no se pagó aunque la actividad siguió adelante y revitalizó la vida comercial de Amara, cambiaron los socios y el Ayuntamiento se encontró con una situación muy complicada, «casi un callejón sin salida», reconoce la concejala de Hacienda, Susana García Chueca. Los comerciantes eran los primeros en querer solventar la relación enrarecida que les unía con el Consistorio y se decidió iniciar el procedimiento de caducidad de la concesión, un proceso que se suspendió al alegar el concesionario y que obligó a sentarse a las dos partes para llegar a un acuerdo, al convenio que va a aprobarse hoy. Sin embargo, el procedimiento, según García Chueca, tuvo la virtualidad de un efecto disciplinador «ante una relación intratable desde el punto de vista jurídico».

Ahora, los comerciantes renuncian a su inversión, al edificio, y lo entregan al Ayuntamiento, que figura ya como propietario en el convenio. El concesionario desaparece, el Consistorio se queda con los contratos, que no varían sus condiciones y, en lugar de cobrar el canon, impone unas rentas que le serán entregadas por cada local. Los primeros socios de Arcco desaparecieron en su mayoría, por lo que ahora puede establecerse una relación nueva. Pero, tal y como explica Elorza, la gestión saldrá luego a concurso público y todo indica que los actuales negocios serán los que se presenten, aunque el abanico de posibilidades está abierto.

Los 14 millones

Y es que se calcula que el edificio tiene un valor de catorce millones de euros, una cantidad de la que se deducirían los cuatro que el concesionario debe al Ayuntamiento. Éste podría haber pagado diez por conseguir el edificio y sacado a concurso todo el complejo rompiendo la relación contractual con los actuales comerciantes. «Ese nunca ha sido nuestro objetivo» dice Chueca, que resume esta posible opción en una pregunta: «¿queremos invertir diez millones de euros, mandar a los comerciantes a la calle y recuperar así el canon?».

La crisis económica y las dificultades de financiación de los privados tampoco aconsejaban esta opción, pero lo que sí se va a contemplar en el concurso de gestión es que una empresa privada pueda querer pagar los catorce millones a comerciantes y Ayuntamiento. «La verdad es que lo vemos improbable», se dice desde Hacienda, que reconoce que la situación más viable es la de un gestor que se ocupe del centro, que éste mantenga sus contratos y que el Consistorio sea el propietario y cobre las rentas. «Porque son esas rentas, como en el caso de Bretxa y San Martín, las que permiten la viabilidad del centro. En Arcco nos encontramos con un canon impagable y con un concesionario que, si bien construyó todo el edificio, fue vendiendo los locales. Algunos de quienes los adquirieron los alquilaron y esa es la razón por la que hay más comercios que propietarios. Además, de esos casi cinco millones que nos adeudan, no son imputables más de cuatro a los actuales socios», se explica desde los servicios financieros.