Flores blancas por la convivencia

La plantación de los diez primeros cerezos 'yedoensis', de origen japonés, en el Jardín de la Memoria, ubicado en el barrio donostiarra de Riberas de Loyola, puso el colofón al encuentro internacional de alcaldes y representantes locales de todo el mundo que se han reunido durante dos días en la Casa de la Paz y los Derechos Humanos de San Sebastián, en Aiete. La abundante flor blanca que brotará de esos árboles en primavera simboliza el objetivo de las jornadas, el compromiso por fomentar la convivencia y la paz en las ciudades, según subrayó el alcalde de la capital guipuzcoana, Odón Elorza.

La reunión concluyó con el ingreso de San Sebastián en una red internacional de ciudades por medio de una declaración que lleva el nombre de la capital guipuzcoana y que fue aprobada y rubricada ayer. Elorza presentó el documento en rueda de prensa tras clausurar la reunión de delegados de municipios tan diferentes como Vukovar (Croacia), Apartadó (Colombia), Wiesbaden (Alemania), Wilaya de Auserd (República Árabe Saharaui Democrática), Bobigny (Francia), Salt (Gerona) y Granollers (Barcelona). También fue suscrito por un representante de Irlanda del Norte, así como por la directora de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco, Maixabel Lasa, entre otros.

El primer edil donostiarra calificó el balance de estas jornadas de «muy positivo, creativo y enriquecedor». Remarcó que «ha servido para encontrarse diecinueve personas muy significadas de distintas ciudades» que sufren conflictos sociales, violencia o problemas por la inmigración. Anunció que se editarán las conclusiones de las jornadas, que se repetirán dentro de un año.

Elorza leyó en euskera y en castellano los aspectos más significativos de la Declaración de San Sebastián, que cuenta con siete puntos y en la que sus promotores resaltan que el trabajo por la paz y la convivencia, la inclusión social y la interculturalidad deben impregnar toda la gobernanza local.

Tras la lectura del texto, Elorza, acompañado por miembros de la corporación donostiarra, así como de los participantes en lo que se ha denominado 'Encuentro de Ciudades por la Convivencia', se desplazaron desde Aiete al Jardín de la Memoria. Allí plantaron diez ejemplares de cerezo 'yedoensis', una especie de origen japonés de abundante flor blanca, según les informó el paisajista Iñigo Segurola. El alcalde lamentó la ausencia de ediles de otros grupos municipales que, según dijo, habían sido invitados a las jornadas.

'Primera piedra'

Además, el alcalde, acompañado por Maixabel Lasa, procedió a la colocación de la 'primera piedra'. En realidad era un envase de plástico en el que se introdujeron varios periódicos de ayer, monedas y mensajes, como el de la representante de Colombia, en favor de la paz.

«Cinco años después, éste será un gran parque con espacios para el paseo, el descanso, el recogimiento, la reflexión y el recuerdo», destacó Elorza. Añadió que contará «con una floración blanca a lo largo de todo el año», por medio de cerezos, abedules, magnolios, perales y hortensias, entre otras especies. También hizo hincapié en que el jardín «es una evocación a la paz y un recuerdo a las víctimas de todas las guerras que ha habido en el mundo, en Europa especialmente, y también, como no, a la de todo tipo de terrorismos». Subrayó que, asimismo, el parque cobra realce por encontrarse junto a la iglesia diseñada por Rafael Moneo.