Bruselas investiga un posible juego sucio de Google contra su competencia
La CE analizará si el buscador comete abuso de posición dominante. Proveedores de servicios acusan a la compañía de manipular las búsquedas para beneficiar a sus clientes
FERNANDO PESCADOR
Miércoles, 1 de diciembre 2010, 03:19
El extremadamente lucrativo negocio de Google está en el punto de mira de la Comisión Europea. Varias denuncias recibidas en la Dirección General de la Competencia apuntan que el gigante de la búsqueda en línea está abusando de su posición dominante para perjudicar a empresas que, o bien le hacen la competencia a través de los servicios de búsqueda que prestan ellas mismas, o que plantean alternativas a clientes potenciales que Google no alcanza a controlar.
El sistema, según las precisiones aportadas ayer por el Ejecutivo comunitario, funciona de la siguiente manera: cuando una persona introduce una referencia de búsqueda en la ventana de Google, obtiene dos géneros de resultados. Unos, denominados «naturales», a los que la empresa denomina también «orgánicos» o «algorítmicos», son los que la base de datos de Google, permanentemente actualizada a través de sus motores de búsqueda por la red, ofrece inmediatamente al autor de la consulta. El célebre algoritmo desarrollado por los fundadores de Google hace que aquellos lugares más visitados aparezcan en primer lugar en la lista de resultados.
Pero Google ofrece también vínculos de otro género al que interroga sus bases de datos: son los enlaces de tipo publicitario que aparecen en la parte superior derecha de la página de resultados. Quienes quieren verse reflejados allí pagan a Google por ello.
El gancho que el buscador ofrece para esta publicidad de pago es enorme, porque su destinatario es un cliente potencial para sus bienes o servicios, ya que este busca en internet referencias del género de las que el comercial está en condiciones de ofrecerle.
Google no estaría siendo ecuánime en el tratamiento de la información que transita por sus servidores informáticos. Por el contrario, se sospecha que manipula la lista de resultados que presenta al cliente, poniendo en primer lugar sus sitios preferidos (los que le pagan) y relegando a los últimos lugares a la competencia, ya sea ésta directamente de Google o de quienes pagan para anunciarse.
Las denuncias recibidas por la Comisión apuntan también otras supuestas prácticas desleales de Google, como la degradación artificial del «nivel de calidad» de otros servicios verticales de búsqueda por internet que compiten con él. De ese nivel depende directamente el precio a pagar por un anuncio en portal de búsqueda.
Además, la Comisión intenta comprobar la veracidad de ciertas informaciones según las cuales Google estaría imponiendo cláusulas de exclusividad a sus socios publicitarios que les impiden anunciarse en otras páginas de la red concurrentes con la de Google .
El Ejecutivo comunitario aclaró ayer que la investigación abierta por sus servicios de la Competencia no prejuzga comportamiento doloso o ilegal alguno por parte de Google. Para los denunciantes, que se dicen perjudicados por las prácticas comerciales del buscador, los indicios de infracción son más que evidentes.
Tras conocerse la decisión adoptada por la CE, Google señaló que trabaja «concienzudamente» para hacer «lo mejor» tanto para los usuarios como para la industria y que está abierto a recomendaciones y a trabajar con Bruselas para abordar cualquier «inquietud». «Siempre hay margen para mejorar, y por ello trabajaremos con la Comisión para abordar cualquier preocupación», aseguró un portavoz de la compañía.