Loyola pierde, Deusto gana
10.000 libros antiguos del santuario se trasladarán a la nueva biblioteca de Bilbao. La Diputación no desaprueba el traslado, que algunos historiadores consideran una pérdida patrimonial
FELIX IBARGUTXI |
Sábado, 18 de septiembre 2010, 13:17
El pasado lunes llegó a este periódico un mensaje anónimo, corto, en mayúsculas, con matasellos ilegible: «Dentro de unos días, la valiosa Biblioteca de Loyola pasará de Gipuzcoa a la Universidad de Bilbao a Deusto y nadie se enterará». Llamamos a un conocido y recibimos la primera confirmación: «Sí, se van a trasladar 10.000 volúmenes antiguos. Las cajas están ya preparadas». Así pues, se va a llevar a cabo una partición en la biblioteca del santuario de Loyola, si bien los libros irán a parar a un centro regido también por la Compañía de Jesús.
El superior de esa comunidad de jesuitas de Azpeitia, José Mari Etxeberria, no ve inconvenientes. «Esos libros seguirán siendo de los jesuitas de Loyola, y la Biblioteca de la Universidad de Deusto los acoge a modo de depósito. Allí están mejor guardados, según la normativa internacional de custodia. Nosotros, en Loyola, apenas si podemos pasar de guardar libros antiguos; allí pueden guardarlos y exponerlos. Los jesuitas queremos que algunos de los ejemplares de más antigüedad puedan ser vistos por el gran público, y lo primero que se hará será exponerlos en el nuevo Museo de San Telmo en San Sebastián, porque habrá allí una sección destinada a San Ignacio».
Además, Etxeberria cree que los libros antiguos de Loyola están mejor en Deusto «porque aquí vienen unos pocos investigadores, en cambio en Deusto se realizan unas sesenta tesis doctorales al año y hay un flujo grande de expertos».
Como se sabe, en 1997 esa biblioteca recibió un gran impulso. Entonces se inauguraron, con la asistencia del Prepósito General de la Compañía de Jesús, Peter Hans Kolvenbach, las actuales instalaciones del Archivo y Biblioteca, en el ala norte del santuario.
Y la Diputación Foral de Gipuzkoa, ¿qué opina? Tampoco pone impedimentos a la operación. Ayer emitió este comunicado: «Conocemos la intención de los responsables de Loyola desde hace un año, y nos hemos reunido con ellos. Creen que es coneniente el traslado de esos fondos a la Biblioteca de la Universidad de Deusto porque es el centro con más recursos para la conservación, digitalización y difusión de los libros antiguos. Y dado que ellos son los propietarios de los libros nosotros poco podemos hacer, aunque les hemos mostrado nuestra disposición a la colaboración. Hoy en día, la postura 'patrimonialista' no tiene para nosotros ningún valor. En cambio, defendemos que los contenidos, el patrimonio y el saber deben estar al alcance de todos, y, dado que eso se cumple en este proyecto de los jesuitas, nos sentimos tranquilos».
Intentamos recabar la opinión de un investigador y telefoneamos a José Luis Orella Unzué, experto en el siglo XVIII. El donostiarra ve mal la operación: «Se trata de sacar de Loyola 37 incunables y 10.500 libros raros y antiguos, que están ahí desde el siglo XVIII. Así se desgaja un centro de investigación. Aunque se conserva el Archivo y la Biblioteca Ignaciana, el fondo documental queda disminuido. No es que no quiera que se haga una buena biblioteca en Deusto, sino que me disgusta que se empobrezca el patrimonio guipuzcoano».
«Pocos habrán usado tanto los fondos de Loyola como yo. Ese sitio está a mano y es cómodo», prosigue Orella Unzué. Ahora está haciendo un libro sobre los jesuitas del XVIII, y en los últimos años ha investigado en profundidad sobre Francisco Javier de Idiakez, primo del conde de Peñaflorida y señor de la Etxe Beltza de Azkoitia. «Intentó crear un colegio de nobles en Loyola. Yo defiendo que la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País nació al socaire de ese intento».
Orella cree que «en Loyola hay una buena infraestructura de despachos, de fotocopiadoras para los investigadores. Antón Arbulu, siendo diputado de la Diputación Foral, dio un gran empujón a la Biblioteca en la década de los 90».
Lo cierto es que de esta manera Loyola pierde un atractivo entre los investigadores, particularmente entre los especialistas del XVIII. El Instituto Munibe de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, con sede en el palacio Insausti de Azkoitia y especializado en el XVIII, ve alejarse un centenar de kilómetros uno de sus grandes fondos de consulta.
En el día a día, lo que predomina en Loyola son los estudiantes. Al igual que las bibliotecas municipales, esas instalaciones del santuario son ocupadas -sobre todo en época de exámenes- por decenas de jóvenes de Azkoitia y Azpeitia.
Hasta esta partición, Loyola contaba con algo más de 130.000 volúmenes, de los que casi 40.000 eran anteriores al año 1900. Esos 40.000 libros hacían que Loyola fuera la biblioteca más importante de Euskadi en cuanto a libro antiguo. Particularmente valiosos son los 37 incunables que a partir de ahora se alojarán en Deusto. Como se sabe, se denominan incunables a los libros surgidos entre la invención de la imprenta, en 1492, y el año 1501.