La Diputación denuncia que en San Marcos «el oscurantismo es total»

La polémica sobre los residuos volvió ayer a saltar a la palestra. El diputado foral de Desarrollo Sostenible, Carlos Ormazabal, criticó el «oscurantismo total» en la gestión de la Mancomunidad de San Marcos. EB y Aralar defendieron el sistema de recogida puerta a puerta implantado en Usurbil, Hernani y Oiartzun, con el apoyo de la citada entidad comarcal.

El debate resurgió en las Juntas Generales. El diputado acudió a la Cámara a petición de EB y Aralar. La portavoz de este grupo solicitó a la Diputación que encargara un informe especializado en el que se analizaran los pros y contras del quinto contenedor (destinado sólo a la recogida de materia orgánica) y del puerta a puerta.

Ormazabal indicó que la realización del estudio es imposible, dada la actitud de la Mancomunidad de San Marcos. «El oscurantismo es total. Consejeros de la entidad, es decir, concejales que representan a los ayuntamientos que forman la mancomunidad, han pedido datos y no se los han dado. Con esta actitud es imposible realizar informes».

Ormazabal indicó que este oscurantismo es extensible al Ayuntamiento de Usurbil. «Se le ha pedido que informe sobre el coste de la implantación del puerta a puerta pero, o no lo sabe, o no lo dice. El hecho es que no ha facilitado esta información».

Ormazabal señaló que la Diputación sí dispone de algunos datos sobre los resultados de este modelo de recogida en la citada localidad. «Han repetido machaconamente que se ha logrado un 85% de reciclaje, es decir, que envían a vertedero un 85% menos de basura. Esta cifra se ha convertido casi en un dogma. Sin embargo, los datos fiables indican que a día de hoy no llegan a recuperar ni el 60%».

El diputado foral señaló que el sistema puerta a puerta «nadie lo planteó en su programa electoral en las pasadas elecciones. Surgió a lo largo de la legislatura como oposición al Plan de Residuos aprobado de forma casi unánime en las Juntas Generales».

Ormazabal no excluyó la realización de planes piloto que permitan verificar el resultado del puerta a puerta. Señaló que en dos mancomunidades se ha aprobado (una tercera está a punto de hacerlo) que si algún ayuntamiento decide realizar una experiencia de este tipo, la inversión no recaiga en todos los municipios de la comarca. El sobrecoste del plan será sufragado únicamente por el ayuntamiento que lo ha puesto en marcha.

«Efectividad»

Mikel Izagirre, juntero de EB, fue crítico con este planteamiento, al tiempo que subrayó la «efectividad» del puerta a puerta. El juntero denunció que la Diputación «no ha movido un dedo por este sistema» y que pese a ello «varias mancomunidades han decidido dar vía libre a aquellos municipios que quieran ponerlo en marcha». Añadió que, no obstante, estos ayuntamientos «deberán asumir el coste que ello pueda suponer, mientras que los que han participado en la experiencia del quinto contenedor no han tenido que hacerlo, al ser financiado por la Diputación».

Izagirre destacó que mientras que Usurbil, Hernani y Oiartzun, «con 36.000 habitantes, recogen 250 toneladas de materia orgánica, los municipios que utilizan el quinto contenedor (Aretxabaleta, Azkoitia, Azpeitia, Zarautz, Zumaia y el barrio de Amara), con 80.000 habitantes, recogen 75 toneladas».

Luis Mari Oyarbide, juntero de H1!, indicó que este último argumento carece de rigor. «No se puede comparar el resultado de tres municipios donde todos los vecinos están obligados utilizar el puerta a puerta, con el que se obtiene en una experiencia voluntaria a la que, es obvio, no se ha apuntado toda la población».

Rebeka Ubera, portavoz de Aralar en las Juntas, pidió a la Diputación que evite el «debate en falso» en torno a los diferentes datos que se está dando sobre la recogida selectiva de residuos en Gipuzkoa y analice los diferentes sistemas. De esta forma, se obtendrán «datos reales que sirvan a la ciudadanía para optar por los más adecuados. Proponemos a la Diputación que, tal y como hizo con el quinto contenedor, ponga en marcha proyectos piloto del puerta a puerta, compare los resultados, y estudie la complementariedad de ambos», subrayó Rebeka Ubera.

La portavoz de Aralar señaló que lejos de la confrontación entre diferentes opciones, «el objetivo de las instituciones debe ser la consecución de la gestión de residuos más integral y ecológica posible».