El pelotón sigue creciendo
El número de ciclistas aumenta entre el 5 y el 10% respecto a los últimos tres años. Un informe de la Fundación Cristina Enea recoge la opinión de los usuarios de la bici sobre las bondades y deficiencias de la red
AINGERU MUNGUÍA
Miércoles, 4 de agosto 2010, 09:42
El pelotón txirrindulari sigue creciendo en la ciudad. Esta semana se cumple un año de la apertura del bidegorri por el túnel de Morlans y DV ha querido testar el estado de la movilidad ciclista con datos del número de usuarios, cifras del sistema de préstamo, y con un informe sobre la red de bidegorris elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad de la Fundación Cristina Enea.
No es algo que necesite de mucha explicación porque cualquiera lo puede ver simplemente dándose un paseo por la calle: la marea ciclista aumenta. Cada vez se usa más la bici para circular por la ciudad. Según los datos del conteo de ciclistas que realiza mensualmente el Departamento de Movilidad, en el segundo trimestre del año (abril, mayo y junio) el uso de la bici se ha incrementado en un 7,86% respecto a 2009, un 9,95% respecto a 2008 y un 5,69% respecto a 2007. Estos conteos registraron el paso medio diario de 10.861 ciclistas durante la pasada primavera, unas cifras que pueden aumentar hasta un 20% en los meses de verano.
Estos registros se miden, cada mes desde 2001, en cinco puntos de la ciudad (calle Getaria, paseo Bizkaia, paseo de la Concha, puente de la Zurriola y plaza Euskadi). Sus cifras sirven para comparar y para ver la evolución de los usuarios que pasan por esos puntos, pero obviamente no registran los ciclistas que circulan por los nuevos bidegorris que se van abriendo, con lo que probablemente la cifra global de usuarios de la bici, y sobre todo de viajes de bici, es sensiblemente superior.
Sistema de préstamo
Esta tendencia al alza también queda refrendada con las cifras de abonados al sistema municipal de préstamo Dbizi, que sigue creciendo semana a semana. A finales de junio ya eran 2.806 los donostiarras adheridos -sólo se han producido 76 bajas-, una cifra que ya roza los 3.000 con los 177 nuevos abonados de julio gracias al efecto arrastre producido por las cuatro nuevas estaciones colocadas hace un mes.
En los dos años y medio que lleva funcionando este sistema, los donostiarras han realizado 150.770 viajes con estos ciclos. Casualmente, la última semana de junio de este año es cuando se registró el récord de retiradas y depósitos de bicicletas: 2.323. Esta modalidad de pedaleo con una bici que no es de tu propiedad está siendo un éxito, a pesar de las aún pocas estaciones (nueve), los pocos ciclos (150), y de la poca información que recogen los paneles informativos, que no explican lo fundamental: cómo se puede obtener la tarjeta de abonado, y cómo puede un turista utilizar las bicis sin ser abonado -220 visitantes compraron en julio tarjetas de un día, tres días, o una semana en la Oficina de Turismo-.
Relación con los peatones
¿Pero se ha reducido la conflictividad ciclistas-peatones? Pese a que el 80% de las vías ciclistas de la ciudad son carriles-bici segregados de calzadas y aceras -sólo un 15% de los trazados se comparte con los peatones-, es habitual escuchar quejas de viandantes por la actitud imprudente o simplemente ilegal de muchos ciclistas.
El Observatorio de la Sostenibilidad de la Fundación Cristina Enea ha realizado en los últimos meses un estudio sobre la circulación en bicicleta por la ciudad que se ha elaborado -esto es la novedad- con las opiniones de los propios ciclistas. El informe pretendía reflejar los puntos fuertes y débiles de la movilidad ciclista y para ello se realizaron dos jornadas ciclofotográficas, en septiembre y octubre pasado, en las que los propios usuarios de la bici iban haciendo fotos y tomando notas en su circulación por los distintos puntos. Estas aportaciones se complementaron con otras realizadas en un buzón digital por otros ciudadanos que no pudieron participar en los recorridos programados.
Los ciclistas participantes en la experiencia valoraron como positivos varios aspectos de la red de bidegorris. Entre ellos, las polémicas señalizaciones de paso ciclista por en medio de algunos carriles de circulación de coches como, por ejemplo, en la calle Nueva de Gros. Otros apartados a destacar son la anchura de algunos carriles bici como el del paseo Bizkaia o el bidegorri de Ramón María Lilí; las correctas señalizaciones de cruce en algunos pasos de cebra donde hay espacios independientes para los peatones y para los ciclistas; las indicaciones de advertencia a los peatones para informarles de que van a cruzar por un trazado ciclista (los usuarios del Atlético tienen una de estas advertencias de peligro al salir de las instalaciones de La Perla); o la posibilidad de utilizar ascensores públicos, como el de Federico García Lorca que permite a los vecinos de Riberas poder ir y volver en bici del centro de la ciudad a través del parque Cristina Enea.
Entre los aspectos negativos se identifican problemas de conectividad de varios carriles bici, por ejemplo en la plaza Euskadi (en el extremo del puente Santa Catalina) o simplemente situaciones en las que un bidegorri 'muere' en seco sin tener continuidad (calle Iztueta); se detectan en varios puntos una señalización vertical u horizontal insuficiente o deficiente (pintura borrada o que da lugar a confusiones); rebajes de acera mal realizados; invasión en la zona de circulación de bicis de contenedores, vehículos aparcados, o vegetación exuberante (hay que ir sorteando las ramas de los tamarindos); se critica el insuficiente vallado de separación respecto de la calzada (paseo de La Concha); y la escasez de aparcamientos, por un lado, junto a numerosas bicis deterioradas o abandonadas en los aparcabicis. En el informe hay un apartado de actitudes cívicas e inciviles en el que se verifica que hay ciclistas que se bajan de la bici y van a pie en aceras, zonas de coexistencia saturadas de viandantes o pasos de cebra que no tienen un paso propio para los ciclos. Pero también se señala la existencia de «personas que simplemente no cumplen con las normas de circulación y convivencia» y circulan en bici por las aceras, se saltan los semáforos o aparcan su bici en el mobiliario urbano o en los árboles.