Tres inauguraciones para el Paseo Nuevo
1916 El primer tramo lo inauguró la reina María Cristina el 10 de julio de 1916
JAVIER SADA
Domingo, 25 de julio 2010, 04:15
La idea de construir un paseo alrededor de Urgull, con distinto trazado al que luego se proyectó, fue planteada por el arquitecto José Goicoa en el último tercio del XIX pero, adelantado a su época, no pudo desarrollarse por las dificultades que puso sobre la mesa el Ministerio de la Guerra, al que pertenecía el terreno.
Entrados ya en el siglo XX, y una vez hubo perdido todo interés militar, los hados estuvieron a favor de la construcción del paseo en cuyos planos habían intervenido desde Tirso Jarauta, en 1881, hasta finalmente el arquitecto militar Luis Balanzat, pasando por Azqueta. Facilitó o más bien impulsó la acción municipal el conocer que, estando prevista la venta del monte, un señor inglés, secundado por el donostiarra José María Aristeguieta, había propuesto la compra de una parcela para construir un hotel.
El alcalde Marino Tabuyo y los concejales Navas y Uhagón, secundados por el diputado de este distrito, Lizasoain, y el siempre dispuesto a colaborar Fermín Calbetón, acudieron al Senado para solicitar que, al margen de lo que ocurriera con el monte (se compró en 1921), se cediera al Ayuntamiento una franja de tierra para construir el paseo.
Obtenidos los correspondientes permisos la llamada Junta de Progreso de San Sebastián se puso manos a la obra y el 10 de julio de 1916, a las cinco de la tarde, una caravana de automóviles se acercó al que se llamaría Paseo del Príncipe de Asturias para proceder a la inauguración del primer tramo. El acto fue sencillo, siendo el coche de la reina María Cristina el primero que circuló por el nuevo vial.
Al año siguiente, tal día como el de hoy, 25 de julio, San Sebastián se disponía a inaugurar el segundo tramo. Trabajaron en su diseño el ya citado Balanzat y el arquitecto municipal Alday y, como estaba previsto, a las seis de la tarde se procedió a cortar la cinta de protocolo ubicada junto a un curioso juego floral en el que podía leerse 'Viva la reina María Cristina, protectora de San Sebastián'. Al acto acudió el rey Alfonso XIII junto a su madre y el príncipe Pío de Saboya. El alcalde, señor Laffitte, entregó a la reina una bandeja de plata con artísticas tijeras y, cortada la cinta, todos los invitados recorrieron el paseo a pie mientras en las cercanías lucía sus galas el cazatorpedos 'Villaamill' que se dirigía a Pasajes.
Durante el lunch, el alcalde aprovechó para pedir al rey que se interesara por el proyecto de construir un paseo similar al que se estaba inaugurando, desde Sagüés hasta el Faro de la plata que por Ley estaba aprobado fuera subvencionado el Estado.
El tercer tramo fue el más polémico porque se pretendía llevarlo sobre las casas del muelle, para terminar en la calle que desde hacía dos años llevaba el nombre de Mari. Muchos pensaron que su construcción sería un desastre estético, así como el edificio que pensaba construir la Diputación en Kai-arriba. Finalmente, como es sabido, el paseo terminó sobre el todavía inexistente Aquarium. Cuando se construyera la parte final, todavía faltaba un tramo que llegado el momento se abriría sin ceremonial alguno, la prensa escribió que el paseo tendría 1.700 metros.
La tercera inauguración fue presidida por el rey y las reinas María Cristina y Victoria Eugenia, correspondiendo el papel de anfitrión al alcalde señor Zuaznavar. Caída la monarquía el paseo se llamó "de la República", de José Antonio Primero de Rivera en 1937 y Paseo Nuevo en 1979.