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Las diez noticias clave de la jornada
Susana Soto, Directora de San Telmo

«San Telmo será una especie de enciclopedia de la sociedad vasca»

Falta un año aproximado para la inauguración de San Telmo. Su directora habla de las claves para comprender en qué va a consistir este museo

TERESA FLAÑO

Miércoles, 19 de mayo 2010, 09:49

Ayer se celebraba el Día Mundial de los Museos y si hay uno que durante años no tenía especial motivo para celebrarlo era San Telmo. Ahora, con el proyecto de rehabilitación y ampliación encauzado y con el museográfico en pleno desarrollo su directora, Susana Soto, dice que «nos podemos equivocar en el enfoque, pero la investigación está totalmente contrastada».

- Para hablar del futuro San Telmo es necesario comenzar por su pasado. ¿Cuál es el arranque?

- Teníamos un museo abierto al público que llevaba décadas esperando una renovación. Se seguía manteniendo como en 1902 cuando se inauguró como museo histórico, artístico y arqueológico. En España, prácticamente cada provincia tiene un museo similar. Hacia los años 70 hubo un movimiento por el que se fueron convirtiendo en museos de sociedad. San Telmo, por todos los avatares que había sufrido de aprobaciones y desaprobaciones de proyectos, no llegó a entrar en ese cambio. Llegamos a 2005-2006 sin una definición del museo. En 2007 el visitante encontraba colecciones etnográficas muy centradas en el mundo rural, artísticas, históricas con mucha armería y poco más.

- En el 2007 se decide que no va a ser un centro especializado.

- No podíamos partir de cero. Se decidió que debía mantener su esencia, pero con el enfoque al que habían ido otros museos de Europa de intentar que las colecciones, que en sí mismas no son extraordinarias, cobren valor para explicar la sociedad que las ha creado. Es darle una mirada contemporánea.

- ¿Qué idea central se plantearon para diseñar el futuro museo?

- Decidimos que las colecciones ilustraran lo que se contaba, no sólo que se exhibieran, y que estén en relación con la sociedad vasca. El reto estaba en enfocar todas estas colecciones a un punto común que hablara de esa sociedad. Para ello se creó una comisión científica, porque detrás de un museo o una exposición, por muy sencilla que parezca, es necesaria una profunda investigación. Hay está la diferencia entre los buenos y los malos museos. Cuando se ha trabajado lo que se ofrece tiene contenido.

- ¿Qué resultados tuvo?

- Presentó una serie de temas sobre los que el museo tenía que hablar sin determinar cómo debía hacerlo. Fue un documento base para que trabajáramos los técnicos. Los temas fueron la lengua, la religiosidad, la transformación de la sociedad hacia la industrialización, la inmigración, la creación artística...

- ¿Y la violencia?

- Por supuesto. Los temas tienen que enfocarse desde una mirada contemporánea. Ayudarnos a entender que la sociedad en la que ahora vivimos ha pasado antes por situaciones similares. Se mostrará en qué momentos claves ha habido enfrentamiento entre dos posturas. Se insistió mucho en que los temas no se abordaran con un carácter meramente histórico sino que reflejaran que éste es un momento más dentro de un camino. Si se entienden las crisis anteriores se comprende dónde se está ahora.

- Antes comentaba que en el siglo XXI el museo estaba igual que en el XX. ¿Va a aparecer ese siglo?

- Sí. Hay que tratar el surgimiento del fenómeno urbano con ciudades como San Sebastián y Bilbao, la República y la Guerra Civil, la post- guerra, el movimiento artístico que surgió aquí en los años 70. También el tema de la violencia y la identidad y la no identidad. La idea es crear un espacio que trate la sociedad de hoy con sus retos. Hay fenómenos como la crisis de sostenibilidad o la paz que son contemporáneos, pero haciendo un recorrido por el museo se verá que están presentes desde la prehistoria y que también suceden en otros lugares.

- ¿El trabajo de investigación habrá sido muy intenso?

- Sí, colosal. Todos los técnicos del museo, hay catorce, han estado volcados en buscar el engarce entre las propuestas de la comisión y nuestros fondos. Se han realizado muchas propuestas: sí seguir un orden cronológico, temático. El resultado final es uno, pero podían ser otros muchos. Nos podemos equivocar en el enfoque del tema, pero la información científica está absolutamente contrastada con las pautas de la investigación actual. Va a ser impecable.

- Las instituciones hablan de un museo singular, pero se habrán fijado en otros centros.

- Hemos hablado con muchos. Primero con los del País Vasco porque San Telmo, al ser una mirada global de la sociedad vasca, pretende ser una especie de enciclopedia. También queremos que después de visitarnos la gente quiera acudir a otros más especializados de Gipuzkoa. Hemos trabajado con el Bellas Artes de Bilbao, Artium de Vitoria, la Fundación Oteiza, Chillida Leku, el Museo del Prado, el Reina Sofía. No va a ser un museo de Bellas Artes pero las Bellas Artes van a formar parte del museo.

- También se han inspirado en algún museo internacional.

- Hemos tenido bastantes referencias. Están el Museo de las confluencias de Lyon, que todavía es un proyecto; el Nacional de Bretaña, ambos en Francia. De Alemania tomamos como ejemplo el Museo de Historia de Berlín y el de la República Alemana de Bonn. Luego está el modelo por excelencia que ha marcado dinámica a nivel mundial, que ha sido el museo de las civilizaciones de Québec en Canadá. Además hemos entablado relaciones para exposiciones temporales.

- ¿El visitante que vaya al nuevo San Telmo se va a reconocer?

- El lema 'Ven a verte' es un poco eso. Ven a encontrarte en tu propia historia, pero también ante la de otros. Muchas veces como mejor te conoces es cuando te ves en contraste con alguien, cuando ves otras realidades. Vamos a cuestionar, no a contar un discurso.

- ¿Y el foráneo?

- San Sebastián es un punto estratégico turístico. El Basque Country se conoce en todo el mundo y San Telmo les va a servir para entender sus claves. Creará un poso que invite a volver porque vamos a abrir puertas hacia otros patrimonios.

- Estamos hablando de los contenidos, pero otra parte fundamental es el edificio.

- Tenía un importante valor patrimonial que ha ido creciendo a medida que se ha ido restaurando. Cuando los dominicos se marcharon del convento tras la desamortización de Mendizábal se llevaron todo y también hay que recordar que el archivo de San Sebastián se quemó. No había nada de información y ahora tenemos muchísima.

- ¿Cree que la 'pared orgánica' que va a envolver al nuevo edificio logrará calar entre los ciudadanos?

- Yo estoy enamorada de ella. San Telmo a nivel de arquitectura y de institución cultural va a aporta mucho. Va a ser un lugar de debate, entendido y querido. Hasta ahora era muy querido, pero nadie iba. Ahora la gente va a ir y con frecuencia. El bloque que sale a la plaza tendrá una vida abierta a la ciudadanía.

- Cuando se estaban planteando los contenidos de San Telmo la Diputación estaba organizando su plan de museos. ¿Han tenido que cambiar el planteamiento para adaptarse a las pautas forales?

- No. Conocíamos el panorama de museos no sólo de Gipuzkoa sino del País Vasco. Desde el principio, en 2006, al elegir este modelo llenábamos un vacío. Nos podíamos convertir en un aliado para todos. Diputación ha participado en la elección del proyecto expográfico elegido y también realizó alguna aportación al museográfico. San Telmo, dentro de sus planes, va a ser el motor de la red de museo, en el aspecto de exhibición. Va a ser el museo de los museos. En el País Vasco no hay un museo donde se pueda encontrar de forma global el devenir de su sociedad.

- San Telmo parece que se ha salvado de la crisis económica.

- Por una vez ha tenido suerte. La obra estará acabada para finales de verano. El proyecto museográfico está adjudicado, aunque no se puede llevar adelante hasta que acabe la obra. Son, como mínimo, seis meses desde que se finalice el edificio hasta que se pueda abrir. Para llevar las piezas, el edificio tiene que llevar funcionando unos tres meses para controlar la luz, la humedad y todo lo necesario para que las obras estén seguras. El polvo latente que queda es mucho. Hasta principios de 2011 para nosotros el edificio no estará acabado. Los tiempos que necesita un museo son más largos de los que la gente cree.

- Ahora que está la polémica Tabakalera. ¿Cuál va a ser el presupuesto de mantenimiento?

- Tenemos una cifra, pero tampoco la voy a adelantar. Nosotros no partimos de cero. Ya tenemos un gasto corriente habilitado, aunque ahora pasamos a otra división. Además vamos a buscar ingresos.

- En verano habrá una exposición en las salas Boulevard sobre el museo. ¿El ciudadano va a encontrar los contenidos definitivos?

- Es una muestra de Kutxa. Estuvimos dudando si realizarla porque no va a ser lo mismo que entrar en San Telmo. La arquitectónica que merece ser contada. Vamos a intentar centrar esta exposición en cómo ha sido el proceso. Hemos fijado los contenidos, y Kutxa las fechas.

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