Apertura de los pastos comunales

Como viene siendo habitual, el pronóstico meteorológico parece que no va a sumarse a la fiesta y sencillo acto del comienzo, oficial, de una nueva temporada de pastos en las tierras comunales de Aralar que tendrá lugar este primero de mayo, viernes, en las campas de Larraitz. Esperado y ancestral viaje trashumante, del valle a la montaña, para los rebaños, ganado vacuno y caballar, en busca del forraje con el que alimentarse hasta el otoño, etapa en la que regresar al valle. Forraje, que al día de hoy, reclama calor para brotar en abundancia.

Un trasiego, desde un punto de vista documentado, con más de 600 años de historia, y a efectos prácticos, anterior, a aquel 14 de noviembre de 1409, fecha de la firma de la escritura, que ponía fin al litigio, que desde años antes, mantenían, en torno a la titularidad de estas tierras, Juan de Amezketa, y las localidades agrupadas en torno a Villafranca: Legorreta, Itsasondo, Arama, Altzaga, Gaintza, Zaldibia, Ataun, Beasain y Lazkao, y las pertenecientes a la unión de Amezketa (Bozue): Abaltzisketa, Orendain, Ikaztegieta y Baliarrain.

Un origen, como decimos, más antiguo todavía, en consideración de los historiadores, Serapio Mujika y Carmelo Etxegaray, autores de la «Monografía Histórica de Villafranca», Mancomunidad a la que le dedican un interesante capítulo, no exento de dificultades de convivencia entre las partes.

En cualquier caso, una organización administrativa; la Mancomunidad Enirio Aralar, a la que pertenecen esos 15 ayuntamientos, tan antigua como los propios consistorios, que mantiene plena vigencia y responsabilidad administrativa de las algo más de 3.300 hectáreas de terreno, que abarca todo el área central de la vertiente guipuzcoana de la sierra, que desde su fundación preside Ordizia.

Unas tierras, que al igual que en el neolítico, su principal aprovechamiento se centra, hoy, en sus pastos, fundamentalmente destinados al ganado lanar, aunque también disfrutan de las verdes praderas, el ganado vacuno y caballar.

Uno de mayo, primer día del quinto mes, al que hace 16 años, la Mancomunidad quiso darle cierto aire festivo, sencilla celebración del comienzo de la campaña, bautizada como el 'Día de Aralar' a la que desde entonces acude, puntualmente. Echa a andar así, sobre todo para los pastores, pero también para los ganaderos, una nueva campaña que asistirá a una subida escalonada del ganado, que concluye, oficialmente a finales de diciembre, si bien el comienzo del invierno, meteorológicamente hablando, es el que determina la fecha de regreso trashumante al valle, normalmente para finales de octubre.

Así las cosas, tal y como se viene celebrando desde 1998, fecha en la que la Mancomunidad, junto a la Dirección del Parque y la Diputación, decidían convertir este día en celebración, este viernes vuelve una nueva edición del 'Día de Aralar', que echará a andar a las 10 de la mañana con la apertura de los puestos de artesanía, y animación de calle con los trikitilaris, que pondrán el ambiente festivo durante todo el día. A las 12 del mediodía, chupinazo de apertura de los pastos y desbloqueo de la langa; la verja de acceso a la sierra.

A esa misma hora, representación, de la mano de la asociación Nabarralde, 'Aralar, la montaña que une Gipuzkoa y Nafarroa'. A las 12.30, espacio musical con las voces de las hermanas Ansa; Arantxa, Ainhoa y Maider. A la 1 del mediodía, demostración del aizkolari, Joxe Mari Esnaola. A continuación bertsolaris, Mikel Mendizabal y Bixente Gorostidi. Durante todo el día, exposición de ganado: vacas, yeguas, caballos, ovejas, carneros, etc. Demostraciones de artesanía, así como venta de productos autóctonos: queso de oveja, de cabra, talos, sidra, pan de caserío. Por la tarde, a las 5, romería a cargo de Jesús Mujika y Josu Puldain.