Las 'seroras' tocaban las campanas

Muchas veces ocurre que al acceder a una iglesia valoramos lo que sus bóvedas y cubiertas albergan, trabajos de gran valor artístico a cuya ejecución en pleno siglo XXI sería imposible buscarle precio. Pero la labor de la limpieza no tiene precio, es percibida y apreciada por quienes acceden a los templos por un motivo u otro ligado a las celebraciones religiosas, ya sea una misa, una boda, funeral, bautizo o comunión. Antaño hasta realizaban el toque de las campanas, tarea para la que hoy ya no hace falta subir al coro o hacerlo desde abajo, moviendo las campanas por medio de las largas sogas. Esta faena ya esta mecanizada. Pulsar un botón y arrancar las campanas en su volteo es todo uno.