550 bebés vascos son hospitalizados por la bronquiolitis cada invierno

Los servicios de Urgencias de Pediatría de los hospitales vascos atienden cada año a más de 3.200 niños con bronquiolitis, una infección que afecta a las vías respiratorias menores, los bronquiolos. De ellos, 550 se quedan hospitalizados durante tres o cuatro días. «Es la primera causa de ingreso de pacientes pediátricos. Supone el 20% de todas las hospitalizaciones de menores, algo que no sucede con ninguna otra enfermedad», alerta el jefe del servicio de Urgencias de Pediatría del Hospital Universitario de Cruces, Javier Benito. «El principal síntoma es la dificultad para respirar. Por debajo de los dos años es un enfermedad grave y por debajo de los seis meses, muy grave», resalta.

Este facultativo no duda de afirmar que esta enfermedad es la causante de «una epidemia» anual que va de noviembre a febrero y que alcanza el 'pico' máximo de incidencia en diciembre. «Precede en mes y medio a la gripe, pero es mucho peor que la gripe porque afecta a los niños muy pequeños». Si, además, son bebés prematuros, con cardiopatías o enfermedades pulmonares, la gravedad es mayor.

El pediatra no duda en calificar esta dolencia, provocada fundamentalmente por el virus respiratorio sincitial (VRS), de «problema de salud pública» por la facilidad de propagación de la infección y por las repercusiones que tiene en el ámbito sanitario, además de en el familiar. Es por ello, que reclama campañas para informar de las características de la enfermedad, consejos para seguir en las casas y guarderías, dado que a día de hoy no hay vacuna. «Creemos que llegará en un periodo de cinco a diez años», comenta.

Los síntomas de la bronquiolitis son parecidos a los de la gripe, pero con el paso de los días evolucionan a una insuficiencia respiratoria. El caso típico es del bebé que un buen día tiene algo de fiebre, tos y mucosidad nasal. 24 o 48 horas después, en vez de estar mejor, el niño tiene dificultad para alimentarse y dormir, respira con agitación e, incluso, con pitido. Por lo general, este es el momento en el que los padres corren angustiados al médico.

¿Cuál es la solución? «No hay un tratamiento medicamentoso específico. En algunos casos se recurre a corticoides y broncodilatadores, pero su escasa eficacia no justifica un uso generalizado», comenta el especialista. Por ello, Javier Benito señala que la solución pasa por «bajar la fiebre, aspirar las secreciones nasales, incorporar la cabecera de cuna para que respire mejor y darle de comer menos cantidades y más veces». Por supuesto, considera fundamental el seguimiento médico. «En los menores de seis meses es casi diario» porque se trata de pacientes «muy delicados» y «porque ayuda a tranquilizar a los padres».

Las guarderías, un riesgo

Mediado noviembre, el VRS, también conocido como 'virus de los bebés', ha empezado ya a campar a sus anchas allá donde hay niños más pequeños, que son los más vulnerables por tener el sistema respiratorio menos desarrollado. Los hospitales vascos se han percatado de que, un año más, puede saturar los servicios de urgencias pediátricas. «La bronquiolitis dispara las cifras de urgencias mucho más que la gripe», insiste el doctor.

¿Se puede hacer algo para prevenir la enfermedad? Benito es consciente de las dificultades de muchas familias para tener a los bebés en casa, pero no por ello elude decir que «llevar a un niño de menos de seis meses a la guardería es un riesgo». El consejo a las personas que cuidan de los bebés es que extremen la higiene de las manos. Asimismo, no se les debe llevar a espacios concurridos, evitar el contacto con juguetes de otros críos y, por supuesto, protegerles de ambientes en los que se fume. Una sugerencia que puede resultar chocante es la de las visitas a recién nacidos. El médico las desaconseja en esta época del año para protegerles de los virus que transportamos los adultos.

Benito insiste en llamar la atención de los responsables de los programas de salud pública para «hacer visible una enfermedad que pasa bastante desapercibida para el conjunto de la población, pese a su repercusión. Los pediatras queremos que se reconozca como un problema de salud pública». En este sentido, resalta el hecho de que para la bronquiolitis se haya establecido este año, por vez primera, un sistema de seguimiento semanal.