«Un dependiente necesita años de cuidados y se miran mucho los gastos»
El sector privado también acusa un descenso de demanda, que achacan a la crisis y a la Ley de Dependencia
A. A.
Lunes, 20 de junio 2016, 07:09
Las empresas privadas de atención domiciliaria no se consideran competencia del servicio público. «Somos complementarios. De hecho, lo primero que hacemos cuando alguien viene a pedirnos información es remitirle a su trabajador social. Quien tiene una persona dependiente en casa necesita de todas las ayudas. De hecho, muchos de nuestros usuarios cuentan con el servicio del ayuntamiento durante unas horas y nos contrata para las franjas que no están cubiertas», explican desde la empresa donostiarra Adas, que presta servicios en todo Gipuzkoa.
El descenso de demanda también les ha afectado. Lo achacan a la crisis y al impacto de la Ley de Dependencia. «Hemos sufrido el azote de la crisis con algo de retardo, pero ha llegado. La falta de recursos en las familias se nota. No es lo mismo necesitar unos cuidados de manera puntual, en el caso de una persona que está enferma o que ha sido operada y está en rehabilitación, que requerir ayuda durante años. Una persona con Alzheimer, por ejemplo, puede vivir hasta los noventa años y necesitar cuidados durante veinte. Las familias tienen que mirar mucho los recursos y los gastos, y la prestación por dependencia ayuda pero no llega para todo», explican desde la empresa.
La competencia es feroz. Las prestaciones económicas por dependencia les deja en «desventaja» respecto a los costes del servicio, dice. «Con la ayuda que reciben las familias pueden cubrir más horas si contratan de forma privada a una persona, por mucho que nosotros ajustemos el presupuesto. Nuestras trabajadoras están dadas de alta en el régimen general, por lo que el coste por hora es más alto que el de una trabajadora doméstica», añade. La formación especializada en geriatría y enfermería les permite diferenciarse, subraya, y atender a un perfil de personas que necesitan cuidados profesionales. «El mejor reconocimiento es cuando viene un familiar y nos dice que cuidamos muy bien de su aita o de su ama. Valoran lo que pagan, porque saben el trabajo que hay detrás».