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Futuro. A pesar de la falta de confianza que reflejan las encuestas, el lehendakari Patxi López cree que la sociedad vasca respaldará cada vez más su gestión en el Gobierno Vasco. :: REPORTAJE FOTOGRÁFICO: IOSU ONANDIA
Patxi López, Lehendakari

«Espero que el PNV se centre en una oposición constructiva»

Convencido de que el cambio que impulsa desde hace siete meses calará en la sociedad vasca, el lehendakari Patxi López inicia 2010 con paso firme, seguro de su pacto con el PP pero con el deseo de que el PNV haga «una oposición constructiva, con críticas pero con espacios para el entendimiento»

AMAIA CHICO

Domingo, 27 de diciembre 2009, 15:15

Convencido de que el cambio que impulsa desde hace siete meses calará en la sociedad vasca, el lehendakari Patxi López inicia 2010 con paso firme, seguro de su pacto con el PP pero con el deseo de que el PNV haga «una oposición constructiva, con críticas pero con espacios para el entendimiento».

- Termina el año y es hora de hacer balances, ¿cuál es el suyo?

- Entre los elementos positivos, destacaría que hemos sido capaces de abrir un nuevo tiempo en Euskadi, con un Gobierno Vasco de cambio, monocolor, que está poniendo el acento en las preocupaciones ciudadanas y que vamos a seguir desarrollando mucho más. Y en lo negativo, es un año de una gran crisis económica que no nos puede dejar satisfechos a nadie porque detrás de las estadísticas de desempleo hay dramas humanos a los que queremos atender como prioridad absoluta.

- ¿Le preocupa que un 70% de la sociedad, según el Euskobarómetro, no confíe en su Gobierno?

- Estoy convencido de que el cambio que quiere introducir este gobierno necesita más tiempo para llegar y ser entendido en toda su dimensión por la ciudadanía vasca. Además, la confianza se está midiendo en un tiempo de crisis económica que ha hecho que el desempleo y las necesidades sociales aumenten de manera significativa y eso siempre preocupa, aunque yo estoy satisfecho de cómo estamos atendiendo esos problemas. De hecho, hemos aprobado unos presupuestos en los que el foco central está en las políticas sociales, por un lado en las políticas de protección de todos los ciudadanos y, por otro, en las herramientas para salir cuanto antes y reforzados de la crisis. Creo que todo eso se va a visualizar pronto y va a cambiar mucho la opinión de la gente.

- Muchos ciudadanos, entre ellos muchos votantes socialistas, no entienden su pacto con el PP. ¿Se arrepiente de ese acuerdo?

- No, en absoluto. Estoy convencido de que en el origen del pacto había muchos votantes socialistas que no lo entendieron, pero en este tiempo se ha evidenciado que era un acuerdo para hacer país y no un pacto frentista. Este gobierno ha demostrado en siete meses que ha sido capaz de llegar a más acuerdos transversales que ningún otro en casi veinte años, ya que no sólo tenemos ese acuerdo de bases con el PP, también alcanzamos un acuerdo de estabilidad con el PNV que nos ha permitido aprobar los presupuestos con menos rechazo de la historia. Además, hemos llegado a acuerdos en la mesa de diálogo social con empresarios y los sindicatos CC OO y UGT, a acuerdos para la función pública con todos los sindicatos, incluido ELA. Y todas las semanas hacemos el ejercicio del diálogo con los grupos para sacar adelante iniciativas, de las que entre cientos de votaciones sólo hemos perdido dos.

- ¿Va a extender el pacto con el PP a las elecciones municipales y forales?

- No. Estoy diciendo que son los ciudadanos los que tienen que decidir. Nosotros tenemos un pacto con el PP para el nuevo tiempo en Euskadi, para el Gobierno Vasco. Veremos lo que deparan las municipales y las forales. Lo decidiremos después. Dependerá del resultado.

- Pero le gustaría...

- No nos cerramos absolutamente a nada y, como le digo, en siete meses hemos sido los únicos capaces de buscar acuerdos con todos los partidos. Pero lo analizaremos después, sin apriorismos de ningún tipo, porque el objetivo del PSE es ganar las elecciones para liderar las instituciones forales y el mayor número de ayuntamientos. Nuestro objetivo no es sólo consolidar el poder municipal que tenemos, sino ampliarlo.

- Hablando de los presupuestos, ¿por qué no dejaron margen de maniobra a la oposición al no aceptar ninguna enmienda?

- Hemos negociado con el PP, y hemos alcanzado un acuerdo con UPyD que supone una afección de unos 16 millones. También hemos hablado con el resto de los grupos, pero no ha sido posible el acuerdo porque su voluntad era votar no. Además, la modificación que planteaban los grupos de la oposición afectaba a un 1,1% el PNV, un 2,4% EB, y un 4% Aralar. Por tanto, cambiando la frase, se podría decir que la oposición estaba de acuerdo en el 96% del presupuesto, lo que significa un acierto en la dirección en la que está definido.

- ¿Cómo ve al PNV en la oposición?

- Ha pasado de situarse en el extremo de las críticas, negando la legitimidad al Gobierno, hablando de golpes de estado institucionales, a ser un PNV que empieza a ejercer el papel de oposición tal y como es. Tienen un control absoluto de todo, pero también hemos sido capaces de llegar a acuerdos en nada más y nada menos que garantizar la estabilidad en los gobiernos. Yo espero que el PNV se centre en la oposición constructiva, que critique lo que considere pero que defina espacios para el entendimiento.

- Ese apoyo mutuo en las instituciones para aprobar los presupuestos se ha entendido por terceros partidos como un cambio de cromos. ¿Por qué apoyan unas cuentas que no les gustan?

- Hay una asunción de la responsabilidad. En momentos de crisis, lo fundamental es garantizar que haya presupuestos aunque no sean los que cada partido por separado hubiera hecho. Y yo alabo esa responsabilidad que no es un cambio de cromos sino visión de país en un momento de dificultad.

- ¿Cómo interpreta el regreso de Ibarretxe a actos públicos?

- Quien tendrá que estar preocupado por ese regreso es el propio PNV porque creo que ha descolocado algo la estrategia del partido, que estaba intentando asentarse en la labor de oposición cuando Ibarretxe ha vuelto a su raca-raca de siempre, un raca-raca que ya fracasó. Euskadi no necesita vueltas atrás sino buscar acuerdos para mirar hacia adelante. Aún y todo, ha venido dos días y ha vuelto a desaparecer, por lo tanto no me parece que haya que tenerlo muy en cuenta.

- ¿Está dispuesto a reformar el Estatuto a corto o medio plazo?

- El Estatuto es un marco de autogobierno, de la conviviencia de los vascos que pensamos de manera diferente y un pacto entre vascos, y si queremos reformarlo será para mejorar esas tres cosas. Por tanto, necesita un requisito básico, el consenso. Hacer viajes hacia atrás, con proyectos ya fracasados, no tiene ningún sentido. No nos vamos a embarcar en una reforma del modelo estatutario para tener menos consenso que el que suscitó y suscita el Estatuto de Gernika.

- ¿Cuándo se va a concretar finalmente el traspaso de las políticas activas de empleo?

- Lo que puedo garantizar es que no hemos parado en la negociación. No sólo nos hemos encontrado con un veto del PNV que todavía ha sido incapaz de explicar, sino que además es una transferencia muy compleja. Pero estoy convencido de que el año que viene no sólo la tendremos sino que la tendremos en funcionamiento.

- ¿Se ha sentido traicionado por Zapatero por negociar con el PNV?

- Me he sentido perjudicado porque cada día que pasa sin tener las políticas activas es un día que perjudicamos a los ciudadanos. Ya hice esa crítica a mi partido, pero no he oído al PNV por qué lo hizo, por qué ha perjudicado tan notablemente a la ciudadanía vasca.

- ¿Tiene alguna nueva medida anticrisis preparada para 2010?

- Los propios presupuestos van dirigidos a combatir la crisis en tres vertientes: la protección social, la apuesta para sostener el tejido industrial; y el I+D+i, al que le queremos añadir una 'i' más, la internacionalización. Otra línea es la mejora de los servicios públicos, la sanidad y la educación.

- ¿Considera sincera la propuesta hecha pública en Alsasua por la izquierda abertzale?

- Ojalá lo fuera, pero en la historia de este país hemos tenido demasiadas palabras. Lo que hace falta es que pasen definitivamente a los hechos. Hemos conocido estos días cartas de presos, del propio Otegi... Bien. Pero si eso no se traduce en un hecho definitivo que es la ruptura con la violencia y el terrorismo quedarán en nada. Por tanto, más que generar expectativas alrededor de palabras, esperemos a ver si hay hechos para albergar algún motivo de esperanza. Mientras tanto, tenemos que seguir siendo muy prudentes, cerrando filas en torno a un Estado de Derecho que combate a una banda terrorista con todos los instrumentos, y siendo muy contundentes en la deslegitimación del entramado de la violencia, y lo tenemos que hacer juntos.

- Si esa apuesta por la política es sincera, ¿no cree que fue contraproducente el encarcelamiento de Otegi?

- Pero esto lo hemos visto en demasiadas ocasiones y nunca ha sido verdad. Un Estado de Derecho que impide que haya correas de transmisión y que se dé cobertura política a una banda terrorista está funcionando correctamente. Hay que impedir que el terrorismo tenga sus altavoces y mientras no demuestren lo contrario con hechos, es lo que han sido, altavoces y correas de transmisión de la violencia y de una banda terrorista.

- ¿Es imprescindible que Batasuna condene a ETA para que pueda volver a las instituciones?

- No, la condena no es un requisito político, en todo caso es un requisito ético y moral de quien hace política. La condena no fue lo que llevó a la ilegalización de las diferentes franquicias políticas que tenía el abertzalismo radical, fueron los hechos que les ligaban a una banda terrorista. Y por tanto, aunque eso lo tendrán que decir los jueces, la condena tampoco será requisito para que exista una organización política en el mundo del aber-tzalismo radical, el requisito es la ruptura de las amarras a ETA y a la violencia.

- ¿Cree que se ha cometido un error en el proceso de Egunkaria?

- Lo que espero es que se resuelva cuanto antes. Respeto las decisiones de la Justicia aunque corremos el riesgo de que una Justicia que tarda ocho años en hacer un juicio, alguien la entienda como poco justa.

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