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José Miguel Ayerza cree que el reto de Gipuzkoa es engancharse a los mercados que empiezan ya a recuperarse. /MIKEL FRAILE
JOSÉ MIGUEL AYERZA, SECRETARIO GENERAL DE ADEGI

«No queremos despido libre, sino que las plantillas se adapten ante la crisis»

Advierte que «todos deberemos hacer esfuerzos mucho mayores para lograr una recuperación que no será como antes»

DAVID TABERNA

Domingo, 1 de noviembre 2009, 03:07

DV. Aunque reconoce que la recuperación en Gipuzkoa no ha empezado, confía en que las empresas se «enganchen» a la mejora de los países del entorno. Para ello, José Miguel Ayerza advierte que Administración, empresas y trabajadores «deberemos hacer grandes esfuerzos» para mejorar la competitividad del territorio y enfilar una línea de crecimiento, que en ningún caso será como hasta hora. «Debemos recuperar valores como el trabajo, el esfuerzo, el compromiso... No estamos hablando de despido libre, sino de que los trabajadores se adapten a la nueva realidad de sus empresas», apunta.

- En enero, frente al criterio general, Adegi cogió la delantera y avanzó la recesión y despidos en la mitad de las empresas. En mayo, en cambio, sorprendía a todos y apuntaba que la caída se había detenido, mientras el resto de instituciones cercanas dudaban de que se hubiera tocado fondo. Y ahora en octubre señala que la actividad cae un 20%. ¿Es una rectificación en toda regla o simplemente una muestra más de que esta crisis no hay quien la entienda?

- Se están produciendo cambios de manera muy rápida. En ese contexto, hacer previsiones es algo complejo. La diferencia es que a principios de año lo que dimos fueron previsiones y ahora en octubre hemos hecho una encuesta de coyuntura a las empresas donde nos cuantifican la caída de la actividad de un 20%. Pero no hay ninguna contradicción. Simplemente es un análisis de la evolución de la economía. Nosotros no queremos entrar en ese debate de las previsiones, sino centrarnos en la realidad de las empresas, con datos concretos.

- ¿Y esos datos qué dicen?

- La facturación de las empresas se ha reducido un 20%, situándonos en niveles de 2006. La utilización de la capacidad productiva alcanza el 67%, 16 puntos menos que en 2008. Y un 87% de los encuestados admiten que tiene un bajo o muy bajo nivel de pedidos. Ésa es la situación real a día de hoy. A nivel macroeconómico, en mayo vislumbramos cierta mejoría que ahora se están confirmando: en este tercer trimestre Alemania, Francia, EE UU están ya en cifras positivas de crecimientos intertrimestrales. Por lo tanto, estamos en una fase de estabilización que no se contradice con la situación actual de nuestras empresas. El reto de Gipuzkoa es engancharnos a esos mercados con los que ya tiene relación.

- Pero cuando hablamos de mejoría, ¿a qué nos referimos? A las cifras récord de 2008 seguro que no.

- Cualquier mejoría se va a producir sobre una base muchos menor, de prácticamente el ejercicio 2006. Recuperar los niveles de actividad de los últimos años va a requerir un tiempo largo. Y para lograrlo tenemos carencias.

- ¿A qué se refiere?

- A la falta de competitividad y a la incertidumbre sobre la evolución del mercado doméstico.

- Pues España no levanta cabeza.

- La drástica caída del mercado español nos obliga a reorientar una parte importante de la actividad de las empresas al ámbito internacional. De cada cien euros que factura una empresa guipuzcoana, un tercio se comercia en Euskadi, otro tercio en España y otro tercio va al mercado internacional. De esa parte que se exporta, el 70% se concentra en Europa (Alemania y Francia, fundamentalmente). Mientras que a los países emergentes (Brasil, India y China) sólo exportamos un 6,26%. Por tanto, un reto importante es reorientar la actividad. Para hacer eso es fundamental la competitividad y la productividad. Desde 2000 a 2008 en Gipuzkoa la productividad ha crecido un 10% y, en cambio, los costes laborales un 40%. Eso supone una evidente pérdida de competitividad. Por eso, innovación -la capacidad de generar valor añadido- e internacionalización son claves para ganar competitividad. Junto a ello, añadiría la necesidad de ganar tamaño y la diversificación del producto.

- Bien, pero los empresarios guipuzcoanos qué le dicen. La producción industrial sigue en caídas del 24%, y muchos EREs temporales dependerán a fin a de año de si entran pedidos. ¿Lo están haciendo?

- El nivel de pedidos sigue estando en niveles muy bajos. Por eso, hay que ver la evolución internacional para ver si podemos engancharnos a esa recuperación. Por un lado hay incertidumbre y por otro esperanza de que esos datos macroeconómicos que todavía no tienen reflejo en la economía real se empiecen a vislumbrar en el nivel de pedidos. Pero por ahora es más esperanza que constatación. Ahora mismo no se vislumbra una mejoría como para asegurar que la recuperación pueda estar empezando. Lo que hay es una estabilización de la caída.

- Pero Adegi ya ha advertido que la mejora de los países del entorno podría no ser suficiente. ¿Entonces?

- Podría no ser suficiente porque un tercio de nuestra actividad depende del mercado español.

- Algunos sindicatos acusan a los empresarios de haber aprovechado la crisis para desprenderse de parte de sus plantillas.

- Los empresarios están haciendo un gran esfuerzo por buscar nichos de mercado en esos países emergentes. Hay que ser conscientes de que ese reposicionamiento de nuestras empresas en el mercado internacional va a requerir grandes esfuerzos. Los trabajadores de menos de 40 años no han vivido ninguna crisis, lo que ha podido llevar a una sensación de bienestar perpetua. Pero cuando hablamos de recuperación, debemos tener claro que vamos a tener que hacer esfuerzos mucho mayores de los que hemos venido haciendo para lograr resultados menores. Todos debemos poner en relieve valores como el trabajo, el esfuerzo, el compromiso... Y también valorizar la importancia de tener un puesto de trabajo.

- Cuando habla de esfuerzos, ¿a qué se refiere exactamente?

- La competitividad es cada vez más necesaria y el impulso que deberá dar la economía guipuzcoana por internacionalizarse va a requerir el esfuerzo de todos: el apoyo de la Administración, el esfuerzo de las empresas por crear nuevas estrategias y el de los trabajadores para mejorar la productividad.

- ¿Eso significa bajada de sueldos o despido libre?

- No tiene nada que ver con el despido libre, sino con la flexibilidad. El mercado laboral es bastante rígido e impide adaptarse a las nuevas situaciones con la suficiente flexibilidad, algo que sí pueden hacer, por ejemplo, Alemania o Francia. Todo el mundo achaca la flexibilidad a un despido más barato, pero no hablamos para nada de eso. Nos referimos a flexibilidad interna desde el punto de vista organizativo, para que las empresas puedan adaptar su jornada a una bajada significativa de la producción. O para que personas que trabajan en un área que deja de ser competitiva se puedan mover dentro de la empresa hacia otras áreas donde se invierta más. Es decir, que los trabajadores tengan una capacidad de adaptación a las nuevas situaciones que requiere la empresa. La rigidez del mercado laboral no lo permite. Pero el objetivo de la flexibilidad, que quede claro, es mantener el empleo. Ahora las empresas se ven obligadas a rescindir contratos porque no hay otra forma de flexibilizar.

- Pero hablando del corto plazo. ¿Qué deben esperar las personas que están bajo un ERE temporal que probablemente acabe en diciembre?

- Tener que prescindir de un puesto de trabajo no es una situación querida por nadie. De hecho, se está haciendo un esfuerzo tremendo en el mantenimiento de la actividad. Con caídas del PIB del 3,7%, el desempleo en Gipuzkoa ronda el 10%. En la crisis de los 90, llegamos a tener tasas del 24% de desempleo con caída del PIB del 1%. Eso demuestra el esfuerzo de las empresas por mantener su capital humano. Son personas que se han formado en esas empresas y cuya cualificación es necesaria para competir en el mercado.

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