De excursión en barco por la bahía
El catamarán 'Ciudad San Sebastián' permite navegar del puerto donostiarra al de Pasajes
M.L.
Miércoles, 26 de agosto 2009, 03:31
DV. Cada viernes hasta lo que resta de verano, el barco propone a guipuzcoanos y foráneos embarcarse en una excursión por el litoral con destino a Pasaia. Por unas horas, el catamarán abandona las tranquilas aguas de la bahía de La Concha para dirigirse al Puerto de Pasajes y recorrer por mar cada uno de sus cuatro distritos. De Donibane a Antxo, pasando por Trintxerpe y, finalmente, San Pedro.
La aventura comienza en el muelle donostiarra, a pocos metros de donde se erige el Aquarium. Niños y adultos suben a bordo de la nave y toman asiento en alguna de las 120 plazas de las que ésta se dota. Llega el momento de levar anclas, de zarpar rumbo a otros muelles que aguardan la visita de quienes aprovechan la temporada estival para descubrir los rincones más cercanos a la capital guipuzcoana.
El inicia su viaje bordeando el paseo nuevo y saliendo a alta mar para a continuación, dirigirse, bordeando la costa, a la vecina localidad pasaitarra. La travesía requiere de a penas unos minutos para enseguida divisar la entrada a la población, entre el monte Jaizkibel y Ulía.
El tránsito a la bahía permite ir descubriendo, palmo a palmo, el municipio desde una perspectiva muy diferente a la que nos tiene acostumbrados.
Mecidos por las olas, los pasajeros del barco turístico divisan en primer lugar los faros que guían a los buques en su camino a puerto. Les siguen las casas sanjuandarras que se asoman al Cantábrico, luciendo una arquitectura típicamente vasca. Al otro lado, aparece San Pedro, un distrito que se recorre en dirección a Trintxerpe, donde amarran algunos barcos pesqueros.
Tras dar la vuelta frente al muelle del Hospitalillo, el continúa su marcha hacia Antxo y más tarde, Lezo. Un nuevo giro de timón permite continuar hacia el norte y de nuevo, sale al encuentro de los navegantes el hechizo siempre vivo de Donibane.
La belleza de este entorno no encuentra comparación en el viaje, en el que sólo el paisaje de rocas, mar y el resto de la naturaleza puede competir con la huella dejada por el hombre siglos atrás al pie de Jaizkibel.
Los visitantes aprovechan para tomar fotografías de ese casco histórico en el que el tiempo parece haberse detenido para siempre. Es el momento de emprender el viaje inverso, el de regreso al puerto donostiarra una vez completada la vuelta al de Pasajes. La embarcación deja la protección que le confiere la especial disposición de Pasaia y sus diferentes muelles para volver a adentrarse en el Cantábrico. San Sebastián espera a sólo unas millas para volver a pisar tierra. La excursión toca así a su fin.
Nueva nave
Todas aquellas personas que en los próximos días se animen a llevar a cabo esta salida marítima podrán, además, descubrir el nuevo catamarán en el que se desarrolla. Fue el pasado mes de mayo cuando se estrenó el buque provisto de 1,75 metros de eslora, 6 metros de manga, una velocidad que alcanza los 16 nudos, dos motores Cumins de 315 caballos y una capacidad para más de cien pasajeros -todos sentados- que se distribuyen entre sus dos cubiertas y la bodega.
Sus instalaciones se dotan de la más avanzada tecnología. Cuentan, asimismo, con visión submarina gracias a unas ventanillas situadas en el lateral del casco, un pequeño bar, baños y unos monitores que mostrarán en todo momento imágenes del fondo del mar, la situación por GPS y la velocidad de navegación.
Confeccionado en fibra de vidrio, el se botó al mar a finales de abril con el fin de llevar diversos ajustes técnicos ya en el agua. Así comenzó su andadura, relevando al anterior barco turístico confeccionado en hierro y de similar nombre, 'Ciudad de San Sebastián', que durante cuarenta años ha prestado servicio a donostiarras y turistas llegados de todas partes del mundo.