«Nos han deportado desde Brasil y sólo íbamos a pasar nuestras vacaciones»

DV. El viaje a Brasil de Ainhoa Aizpurua y Laura Insausti, donostiarras de 33 y 30 años, se convirtió en una pesadilla nada más poner pie en tierra en Río de Janeiro, el pasado jueves. Como ya ocurrió la pasada primavera con decenas de turistas españoles, a quienes se les impidió la entrada en el país suramericano cuando iban a pasar sus vacaciones, las dos jóvenes fueron retenidas por la Policía brasileña en el control de aduanas del aeropuerto y deportadas en el siguiente avión de vuelta a España. «'¡Españoles fuera!', gritaban. 'Os tratamos como tratan a los brasileños para entrar en España', nos decían», cuenta Ainhoa ya en Barajas, con voz cansada después de casi dos días sin dormir y un «cabreo» comprensible que traspasa el hilo telefónico.

El enfado, desde luego, no es para menos. «Un policía nos sacó de la fila en la que esperábamos el control de pasaportes y nos envió a una sala para hacernos preguntas: cuánto tiempo íbamos a pasar en el país, cuánto dinero llevábamos encima, cuánto íbamos a gastar en su país, dónde nos íbamos a alojar. Teníamos todo en regla, pero nos dijeron con mucha violencia verbal y muy mala educación que nos volviéramos a España o que de lo contrario nos detenían», resume Ainhoa, que ayer aún confesaba estar en estado de . «Nos tuvieron retenidas por separado, sin poder hablar entre nosotras. A mí un policía me preguntó dónde guardaba el dinero y le dije que en una riñonera que escondía bajo la camiseta. Entonces me dijo que me quitara la ropa y que le enseñara el dinero, a lo que me negué. Fue un momento horroroso», describe.

En el aeropuerto sólo pasaron una hora y media. Hacia las nueve de la noche, les trasladaron «a empujones» hasta la puerta de embarque del vuelo de regreso a España. «Mi amiga Laura quería quedarse porque no habíamos hecho nada. Les pedíamos hablar con el consulado, pero entonces nos amenazaban con meternos en la cárcel. Los pilotos y las azafatas nos aconsejaron que subiéramos al avión, que era mejor para nosotros, que ya sabían los problemas que estaban teniendo los turistas».

«Trato vejatorio»

Así que las dos amigas entraron al avión, sin maletas, totalmente desorientadas y humilladas. «Hemos recibido un trato vejatorio, ni siquiera nos dieron ninguna respuesta de por qué nos deportaban. Ahora que estamos en Barajas hemos sabido que han enviado a la Policía española un alegando 'mal comportamiento'. ¿Qué mal comportamiento? ¡Sólo queríamos pasar nuestras vacaciones en Brasil!», se enoja Ainhoa.

El plan previsto empezaba en Río de Janeiro, donde se iban a encontrar con otras dos amigas que habían pasado unos días en Argentina y otros dos amigos de Iguazú. Los seis iban a recorrer el país durante 18 días. Primero Río, luego Isla Grande y para terminar Buzios. «Habíamos estados dos años ahorrando para estas vacaciones», dice Ainhoa.

Nada más aterrizar en Barajas, las donostiarras se dirigieron a la comisaría del aeropuerto para interponer una denuncia, que también presentaron en los juzgados de Plaza de Castilla. «Hemos llamado al Ministerio de Exteriores y no nos han ayudado en nada. Que sentían lo que habíamos pasado, pero que no podían hacer nada. Nos sentimos totalmente desprotegidas. No hemos cometido ningún delito». aldaz@diariovasco.com