Borrar
Las 10 noticias clave de la jornada
AITOR HERNANDEZ
Dos modelos para Euskadi
+ POLÍTICA

Dos modelos para Euskadi

ALBERTO SURIO

Domingo, 28 de septiembre 2008, 05:34

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El socialista Jesús Eguiguren acaba de publicar su tesis doctoral en un libro titulado El arreglo vasco que versa sobre «Fueros, constitución y política en los siglos XIX y XX». La obra desactiva las tesis históricas manejadas en la bibliografía oficial sobre la abolición de los fueros. Eguiguren sostiene que la ley confirmatoria de los fueros de 1839 constituyó una buena solución y flexible, no el principio del fin de los mismos, que compatibilizaba el particularismo foral con el constitucionalismo español. «No hay soluciones definitivas, sino progresos pragmáticos y flexibles», sostiene el autor, que efectúa una investigación diferente sobre las raíces históricas de la crisis política vasca.

Este ensayo sobre las fórmulas pragmáticas de compromiso en el pasado constituye una referencia distinta que contrasta de nuevo con la encrucijada ideológica en la que se encuentra instalada la política vasca del presente, evidenciada en el último pleno de política general del viernes. El debate, aunque no ha ofrecido claves novedosas, muestra dos modelos de cara al futuro en relación con el autogobierno, el representado por Ibarretxe y el que encarna Patxi López. Con el trasfondo polémico del derecho de autodeterminación, la pregunta adicional es a quién va a desgastar más una crisis económica que aumenta el alejamiento de la ciudadanía respecto a lo público. Hasta las elecciones, las espadas estarán en alto.

Mientras tanto, pese al agotamiento de la hoja de ruta anunciada hace un año en el último debate parlamentario, el lehendakari ha decidido una vez más una huida hacia adelante para seguir jugando en un territorio que combina el victimismo de la confrontación con el Estado con la oferta negociadora, una simbiosis imposible entre la política del órdago y el pactismo fruto de los equilibrios en los que se mueve el propio tripartito. Ibarretxe prefiere rentabilizar un enfrentamiento entre Euskadi y España para que no se interprete el pulso que se avecina como una pugna entre el pasado y el futuro. Lo difícil va ser unir este discurso soberanista con una recíproca dinámica de entendimiento presupuestario con el Gobierno de Zapatero y entre el tripartito y el PSE. Parece un encaje de bolillos, pero hay boletos de que esto ocurra.

La clave de bóveda del discurso del tripartito pretende ensamblar su tesis sobre la autodeterminación con el nacionalismo del bienestar, que adquiere una dimensión especial en una coyuntura de recesión económica. No es nada nuevo, pero la ecuación revela un problema estratégico en el seno del soberanismo vasco, incapaz de entender que el problema de la falta de masa crítica a su alrededor no se debe a una supuesta desorientación de la sociedad, ni a su adormecimiento fruto de la anestesia de Zapatero o de los ruidos de los medios de comunicación, sino a que es una consecuencia del legítimo pluralismo vasco, de un desencuentro ideológico que revela formas de entender distintas la identidad del país y su relación con España.

El planteamiento del lehendakari no busca precisamente el pacto entre dos concepciones doctrinales y dos visiones sobre la realidad vasca. La gran contradicción es que se reivindica la culminación pragmática del Estatuto de Gernika y el traspaso de determinadas competencias «para mejorar el bienestar de los vascos», pero a la vez se esgrime la bandera de la autodeterminación que tiene como trasfondo un explícito o implícito rechazo a España a la que, incluso, se considera como «una rémora» del desarrollo económico vasco por su modelo de crecimiento, en unas clarificadoras palabras de Joseba Egibar.

El debate del viernes fue el arranque de una muy dura y abierta campaña electoral que Ibarretxe va a querer centrar en el banderín de enganche de la confrontación con Zapatero. Consciente del escaso eco que en la sociedad vasca ha tenido el 'monotema' de la consulta, el tripartito de Ibarretxe cambia ahora de guión parcialmente y utiliza la crisis económica para reforzar su estrategia soberanista.

El problema de Patxi López es que necesita transmitir con energía un discurso de alternativa y de cambio solvente y creíble en defensa del autogobierno vasco, que ofrezca confianza, que no rompe con España y que evite el recurso simplista al 'enemigo exterior'. Este guión, que ha jugado en el campo de los sentimientos, ha sido rentable durante mucho tiempo. Pero no es eterno.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios