Ion Izagirre y Pello Bilbao, dos euskaldunes en foto-Philips

Me atrevo a escribir que es la primera vez en la historia que una foto-finish resuelve un sprint entre dos euskaldunes. Al menos en la Itzulia o en una prueba de esta talla internacional. No, no me he equivocado en el titular. Porque en este tipo de llegadas tan apretadas siempre me acuerdo de cómo denominaba mi buen amigo José Antonio González Linares al aparato que resuelve las dudas de los jueces árbitros: foto-Philips.

Algunos se precipitaron incluso a la hora de dar ganador a Pello Bilbao ante Ion Izagirre. La repetición de televisión aclaró la duda. Por centímetros, sí, pero la rueda delantera del último ganador de la Itzulia cruzó por delante la línea de meta de Hondarribia. En un cerrado sprint, los dos se dejaron el último gramo de fuerza que les quedaba... hasta en los codos. Bonita llegada y bonito triunfo.

El ciclismo vasco está de enhorabuena. También el guipuzcoano. Dos triunfos de etapa en tres días. Y además Ion Izagirre gana posiciones y tiempo en una pelea por la clasificación general que continúa abierta, incierta. Queda mucha tela por cortar.

Supo aprovechar el de Ormaiztegi los movimientos posteriores a la ascensión a Erlaitz. Hizo daño el puerto, pero faltó algo de continuidad hasta que se formó el pequeño grupo de cabeza. Anduvieron avispados Ion Izagirre y Pello Bilbao. Astana tenía la baza de Alex Aranburu para un sprint reducido en Hondarribia, pero el ezkiotarra no pudo aguantar el ritmo de los mejores, cedió tiempo y sus compañeros de equipo ejecutaron otro plan. En la fuga de cinco colaboraron bien todos salvo el compañero de Roglic, que ejerció de vigía. McNulty y Bilbao, los mejor colocados en la general, cargaron con la mayor responsabilidad a la hora de tirar y el de Ormaiztegi, implicado como el que más a la hora de tirar, jugó sus cartas con inteligencia y éxito.

Tenemos nuevo maillot amarillo, McNulty. Presumo que Jumbo, la escuadra de Primoz Roglic, recibirá críticas por su actuación. Sin embargo, mi análisis va en otra dirección. Pienso que actuaron con la vista puesta en la jornada final de mañana, la reina, con doble paso por Arrate. Hasta cierto punto les interesa ceder el liderato.

Observo dos razones para proceder de esa manera. La primera es que Roglic no dispone de equipo suficiente para controlar una carrera con tantos candidatos y tan estrechas diferencias en la clasificación general. Es cierto que Vingegaard efectuó una buena labor en Erlaitz y que dos compañeros, Tolhoek y Foss, viajaban cerca. Pero no veo autoridad suficiente para controlar ese pelotón. Cuando las cosas se ponen serias de verdad, desaparecen de los primeros puestos. También es importante superar la jornada de hoy con el menor desgaste posible.

Y la segunda razón es que con McNulty al frente, no se moverá Tadej Pogacar. O eso creo. Me sorprendería que UAE obrara de esa manera. No veo al esloveno ganador del Tour de Francia al ataque para desbancar a su compañero. Al menos, si no le ve flaquear antes. Tener quieto a Pogacar es un alivio para su compatriota, que se jugará todas sus cartas en la última etapa.

Ya vimos en Ermualde qué dos corredores son superiores al resto en montaña: Roglic y Pogacar. Ahora le corresponde al de Jumbo atacar en lugar de defender para traducir eso en segundos. Ayer actuó con mucha sangre fría. Veremos si se le congela o no. Que también puede suceder.

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