Lazkao Txiki, 20 años en el recuerdo

Fue el 3 de abril de 1993 cuando Lazkao perdió a uno de sus vecinos más conocidos y queridos. Joxe Migel Iztueta, Lazkao Txiki, fallecía hace 20 años y desde entonces Lazkao lo ha recordado cada mes de abril con un pequeño homenaje, como el que ayer tuvo lugar en la plaza que lleva el nombre del reconocido bertsolari, con su estatua de testigo. Dicen quienes conocieron a Lazkao Txiki que quizá a él, poco amigo de reconocimientos, no le hubiera hecho demasiada gracia, pero que, al menos, estaría contento de que el protagonismo se lo llevaran los niños. Cuentan que en vida disfrutaba mucho cuando los tenía alrededor. «Hoy estaría asombrado de ver a tanto pequeño artista junto a su figura», subrayaba Joxepa Madariaga, encargada de presentar la cita.

Con la complicidad del sol, el anual homenaje reunió en torno a Lazkao Txiki Zelaia a un buen número de lazkaotarras al mediodía.

Organizado, una vez más, por Gerriko kultur elkartea y la colaboración del Ayuntamiento, contó con la ayuda de buena parte de las entidades culturales locales. Tres dantzaris del grupo Oin Arin interpretaron el pertinente 'Agurra' para abrir el programa, y les siguió un nutrido grupo de alumnos de la escuela de música local que, cómo no, lleva el nombre de Lazkao Txiki.

Una cincuentena de chavales ofrecieron un popurrí con conocidas canciones de Oskorri. Y otro grupo se atrevió a cantar varios bertsos dedicados al gran bertsolari lazkaotarra, a quien preguntaron cómo veía desde arriba «el panorama actual», haciendo referencia a la crisis. Tampoco faltó la mención a dos importantes aniversarios en la vida educativa y cultural lazkaotarra. El euskaltegi-barnetegi Maizpide, referente en la enseñanza del euskera para adultos, acaba de celebrar sus bodas de plata. Y la Ikastola San Benito, el único centro educativo actualmente en Lazkao, está a punto de hacer lo propio con las de oro.

No fueron los únicos bertsos que se pudieron oír durante el homenaje, ya que también participaron los alumnos lazkaotarras de la Goierriko Bertso Eskola, divididos en dos grupos, con su profesora Amaia Agirre. En el de los pequeños, Ane, Mara, Markel, Manex, Aitzol y Aratz cantaron con desparpajo un repertorio preparado por ellos mismos; en el de las mayores, Aizpea, Irati, Oihane, Leire y Ainhoa hicieron partícipe a Lazkao Txiki de la imagen que ofrecen desde hace algunas semanas las calles de Lazkao con bolsas de basura colgadas de balcones, en forma de protesta.

El homenaje se cerró con la habitual romería y el siempre exitoso reparto de suculento caldo entre los asistentes.

Gracia y originalidad

Como bien recordó ayer Joxepa Madariaga, de la asociación cultural Gerriko, algunos de los asistentes al acto de recuerdo a Lazkao Txiki de ayer tuvieron la oportunidad de conocerle 'en carne y hueso', pero otros muchos, los más jóvenes, lo hicieron ya a través de la serie de dibujos, basada en su personaje o bien como estatua de piedra. A ellos les quedan como legado sus bertsos, dicen los entendidos que sin lindezas técnicas, pero con una originalidad y gracia sin igual.

Nacido en 1926 en el caserío Abaliñe de Lazkaomendi, Iztueta contaba que decidió ser bertsolari cuando, con nueve años, escuchó una actuación de Uztapide y Zelai. Con 17 empezó a cantar en festivales, y aunque participó en muchos campeonatos, era más bien bertsolari de plaza, de sobremesa, de fiesta.

Su última actuación fue en un Bertsolari Eguna, en San Sebastián, el 24 de enero 1993. Al día siguiente debía someterse a una operación.

Tras un tiempo en coma, falleció el 3 de abril.