Servicios de Txingudi probará el uso de chips para aumentar el reciclaje

La zona oscura en el sistema de recogida y tratamiento de los residuos urbanos es, para Servicios de Txingudi, la que abarca desde el cubo domicialirio de cada uno de los vecinos hasta que el camión de recogida descarga. A partir de ahí, la empresa pública comarcal sabe de las toneladas de basura reciclable que tiene separadas y gestiona qué residuos van a una planta o a otra. Pero de lo anterior apenas sabe nada.

Por eso, Servicios de Txingudi decidió apostar por arrojar luz a la zona oscura, siguiendo el ejemplo de lo que hizo en el abastecimiento de agua con la sectorización informatizada de las infraestructuras y el control por radiofrecuencia de los contadores. En el asunto de los residuos la línea en la que se ha trabajo es la de incorporar un sistema de etiquetas inteligentes que identifiquen cada bolsa con un usuario, un cliente. Éste deposita la bolsa con el chip en el contenedor y el camión que lo vacía 'lee' cada pegatina que haya en el interior del mismo cuando lo vuelca en un su tolva. La infor mación pasa directamente a la PDA que lleva el conductor y, desde ésta, acaba en el servidor central de la empresa. Se reciben datos de frecuencia por hogar, cantidades, contenedores habituales... Y se puede estudiar el contenido de esas bolsas sabiendo incluso cuáles pertenecen al mismo usuario. El gerente de Servicios de Txingudi, Miguel Ángel Muñagorri, narró cómo «hemos ido haciendo pruebas, evolucionando el sistema» de la mano de las empresas guipuzcoanas Farsens Solutions y Bunt Planet. «Tenemos ya una fiabilidad del 99% y creemos que es el momento de lanzarlo para probarlo ya en el uso por parte de los ciudadanos».

Aunque la experiencia piloto quiere iniciarse este mes, aún no se ha definido cómo se hará. Si se usará sólo en las bolsas de la fracción resto, la no reciclable que se deposita en los contenedores verdes. O si la distribución de chips a quienes voluntariamente se animen a participar se realizará con las pegatinas 'sueltas' o ya directamente adheridas a bolsas. Lo que sí está claro es que empezará sólo con aquellos que quieran participar de manera voluntario y que los chips, sea en el formato que sea, se les distribuirán gratuitamente.

¿Bonificaciones?

Inicialmente se trata sólo de recabar información sobre la 'zona oscura' que detecta servicios de Txingudi en la recogida de residuos, pero el nuevo sistema «abre muchas posibilidades para el futuro», comentaba ayer el presidente de la Mancomunidad y alcalde de Irun, José Antonio Santano. «Nos podría servir, por ejemplo, para aplicar bonificaciones a quienes cumplan en la tarea del reciclaje», apuntó. Muñagorri recordó que «ahora mismo, nuestra tasa de reciclaje (en torno al 37%) crea un retorno económico que repercute a todos los clientes, a los que reciclan y a los que no. Si pudiéramos saber quiénes sí lo hacen, podría bonicárseles en sus facturas». Santano llegó a apuntar, además, que «entre el rendimiento por su venta y la reducción en tasas de vertedero, una mejora de unos puntos sólo en papel y cartón amortizaría el coste de estas etiquetas», que es de 0,05 cada una.

Ese futuro depende del resultado de esta prueba piloto que, a su vez, estará condicionada por el número de hogares que decidan participar. «No hay límite, lo hará todo aquel que quiera hacerlo», decía Muñagorri. Para Aitor Kerejeta, vice presidente de la Mancomunidad y alcalde de Hondarribia, ahí se encuentra una de las claves: «Aún pensando el mejor modelo teórico, sin la participación de todos no hay nada que hacer. Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad que no puede cargar sobre nadie más. Para benefeciar a la colectividad, para que aumentemos el reciclaje y en el futuro pueda repercutir sobre nuestras factura, desde Servicios de Txingudi apostamos por el conocimiento y la innovación. Pero la única manera de mejorar realmente es entre todos», sentenció.