«No se deben buscar soluciones rápidas e incompletas a tantos años de dolor»
Oliver Wilkinson Norirlandés miembro de Healing Through Remembering
A. GONZÁLEZ EGAÑA
Jueves, 23 de febrero 2012, 04:35
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El norirlandés Oliver Wilkinson narró ayer en una conferencia en San Sebastián organizada por Lokarri su experiencia en el trabajo a favor del diálogo y del reconocimiento del sufrimiento causado en el conflicto irlandés y abogó por gestionar la reconciliación sin «pasar página». Desde su experiencia como secretario honorario de la fundación norirlandesa intercomunitaria Healing Through Remembering reclamó a las instituciones que «no busquen soluciones rápidas e incompletas porque ha habido muchos años de destrucción y dolor».
-¿Cómo se debe afrontar en Euskadi el pasado y construir el relato de tantos años de terrorismo?
-Cuando empezamos en Irlanda del Norte a abordar el pasado se invitó a gente de todo el mundo para escuchar sus experiencias y aprender de ellos. Eso es lo estoy haciendo aquí, es la forma de poder avanzar.
-¿Qué pasos de los que ustedes han dado pueden ayudar a los vascos en ese camino de la pacificación?
-Lo más importante que hemos aprendido es que no se deben buscar soluciones rápidas e incompletas porque ha habido muchos años de destrucción y dolor. Se ha construido una sociedad dañada que tardará muchos años en ser reparada. Lo más importante es no andar con prisas, no impacientarse en conseguir una solución rápida. Hay que darle su tiempo a la gente para que hable, principalmente a los que no suelen hablar entre ellos, simplemente para que se escuchen. No tienen por qué estar de acuerdo entre ellos sino simplemente que se respeten y reconozcan su derecho a tener su versión de la verdad. Este proceso de escuchar las historias de otros traerá unas soluciones inclusivas que se pueden mantener en el tiempo y que llevarán a que la violencia no vuelva a repetirse nunca más.
-¿Cuál es su vinculación con el conflicto irlandés?
-Por mi trabajo estuve vinculado al tema judicial y he participado en grupos de apoyo a las víctimas. No soy víctima de primera mano, pero donde yo vivo ha habido 3.500 personas asesinadas, 40.000 heridos y muchísimos pueblos y ciudades destruidos por las bombas. Tenía 10 años cuando empezó la violencia en Irlanda y ahora tengo 56, de modo que mi vida entera ha estado afectada por la violencia, desde que tuve que encontrar novia, buscar trabajo..., todas las cosas cotidianas han estado influenciadas por el conflicto. Mi motivación ahora es que mis hijos tengan un futuro mejor.
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-¿Cómo se debe construir el relato de lo ocurrido?
-Nosotros todavía lo estamos construyendo. Cada persona que ha sufrido tiene su propia historia. Algunos se han reunido en grupos pequeños que recuerdan todos los años a sus víctimas, hacen marchas, manifestaciones, incluso teatro para relatar cada uno su historia.
-Se está hablando mucho de que ETA debe reconocer el daño causado y pedir perdón a las víctimas. ¿Cómo se deben dar esos pasos?
-Es una pregunta difícil de responder. Ahora mismo en Irlanda hay personas que pertenecieron al IRA y que incluso mataron y están en el Gobierno. Y la gente lo ha aceptado. El IRA nunca ha pedido perdón. Ése es un asunto muy difícil porque si lo hicieran tendrían que tener mucho cuidado en cómo se hace. Pedir perdón es fácil, pero ¿a quién se lo piden? y ¿por qué actos lo están pidiendo? Cuando se ha producido algún acto de perdón algunas víctimas han llegado a decir que no es de verdad, que no lo sienten. Lo que realmente buscan es un perdón personal. Prefieren que el individuo que ha causado el daño le pida perdón al que lo ha sufrido. Si mañana ETA pidiese perdón muchas víctimas se enfadarían y pensarían que no es verdad, creerían que lo hacen por razones políticas y que no asumen su responsabilidad. Las víctimas se sentirían aún más victimizadas.
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-¿En qué debe consistir la reconciliación social, qué pasos hay que dar? ¿Y cuánto dura?
-En Irlanda del Norte estaremos hablando de este tema durante esta generación y la siguiente porque los afectados son tanto los que han sufrido la violencia como sus hijos y nietos. Van a pasar muchos años hasta que lo tengan realmente superado. Hay un dicho en Irlanda del Norte que lo resume muy bien: «Una persona no muere hasta que fallece la última persona que le conoció». Ése es el plazo en el que hay que respetar la memoria de esa persona, trabajar el pasado y el compromiso de no repetición. La reconciliación consiste en inculcar y educar a nuestros hijos sobre la no violencia, los historiadores deben dejar escrito lo que ocurrió, pero será una cuestión de varias generaciones. Lo importante es empezar desde ya porque puede ser una tentación dejar estos asuntos difíciles a nuestros hijos y nietos. Tenemos que ser valientes para hablar de lo que duele desde ya mismo.
-¿Qué parte activa deben tener las víctimas para que no se olvide lo ocurrido?
-Uno de mis poetas favoritos dice: «Tenemos que recordar para poder elegir qué queremos olvidar». En decir, tenemos que asegurar que todas las historias sean respetadas y escuchadas con cuidado porque se lo debemos a los que han sufrido. Hay que reconocer el daño causado, asegurando que las necesidades de las personas que han sufrido estén totalmente cuidadas. En dos palabras, hacer lo que las víctimas piden que, al fin y al cabo, es que nadie en el futuro sufra lo que ellos han sufrido. Que no haya nunca más ninguna víctima.
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