El búnker que guardará el patrimonio
Inaugurado Gordailua, el edificio que albergará piezas de Diputación, San Telmo y Kutxa. A partir del mes que viene comenzará el traslado de los objetos que se concluirá en seis o siete meses
TERESA FLAÑO
Martes, 21 de junio 2011, 14:11
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Una gran construcción cubierta de rejas o un gran bloque de cemento, casi sin huecos por los que entre la luz, con una segunda piel que parece una jaula de acero se alza en el barrio de Belaskoenea de Irun junto al alto de Arretxe. Se trata de Gordailua, el edificio que ayer inauguró el diputado general Markel Olano y que es «un gran espacio destinado a la recuperación, restauración, almacenamiento y difusión del patrimonio cultural mueble del territorio histórico». En total serán 55.000 las piezas que ocuparán este mega almacén que proceden de las colecciones propias y de las custodiadas por la Diputación Foral de Gipuzkoa, fondos del Museo San Telmo, parte de la colección de Kutxa así como el depósito arqueológico y paleontológico del territorio histórico.
Han pasado seis años desde que se inició el proyecto en 2005, con algunos contratiempos como la necesidad de tirar el viejo edificio en el que en un principio se iba a asentar Gordailua porque no cumplía los requisitos necesarios, y es ahora cuando toca darle vida. La construcción y el equipamiento completo han supuesto una inversión de 16 millones de euros.
José León Lasarte, uno de los arquitectos que han diseñado el edificio, explicó que la idea que habían querido mantener es la de «un edificio que guardara los tesoros de Gipuzkoa, de ahí que el exterior se asemeje a una gran jaula. Es un edificio-búnker, con muy pocas ventas para mantener las condiciones de oscuridad, humedad y temperatura que requieren las piezas».
El edificio dispone de 8.450 metros cuadrados de superficie útil -9.116 construidos-, que se distribuyen en tres plantas destinadas a la recuperación, restauración, almacenamiento y difusión del patrimonio cultural mueble.
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Tanto José León Lasarte como Jon Berasain -de la empresa Albayalde encargada del plan de estudio y organización de las colecciones-, fueron los cicerones de la visita que se realizó ayer con motivo de la inauguración. Berasain explicó que «hemos buscado optimizar la gestión cultural, crear una distribución jerárquica desde que llega la pieza hasta que quede depositada en el almacén».
Pilar Azurmendi, directora de Patrimonio de la Diputación Foral, recordó que «las piezas que ahora se encuentran, unas 400, son solo una pequeña muestra de las que van a llegar. El proceso de traslado, que va a empezar el mes que viene, durará entre seis o siete meses. Resultará complicado porque por una parte las piezas están distribuidas ahora en distintos almacenes y hay que estudiar y meditar muy bien dónde se van a instalar porque será una ubicación definitiva, después no se podrá cambiar. Además son tres colecciones importantes las que van a llegar aquí por separado y luego se clasificarán por temas, de forma que se mezclarán». También recordó que «a pesar de que los fondos van a ser importantes en cuanto a calidad, no hay peligro de saturación. En principio tenemos calculado que no se completará hasta dentro de 15 o 20 años. La capacidad total es para unas 100.000 piezas».
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Cuando la pieza llega a Gordailua, que consta de tres plantas, accede al interior por uno de los dos muelles de carga -uno de ellos es para las de mayores dimensiones-, donde, si está en buenas condiciones, pasa al almacén de tránsito. Es una zona considerada 'sucia' porque es ahí donde los objetos recién llegados se estabilizan, es una especie de frontera sanitaria para no dañar los que ya se encuentran almacenados. También hay zona con una piscina donde se limpiarán piezas arqueológicas, como pecios, para desanilizarlos.
Otras estancias que se encuentran en este sótano son las dedicadas a la aclimatación -para aquellas piezas que vienen de lugares con climas distintos- y la cámara de registro con una sala fotográfica y zona para rayos X.
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Todavía en el mismo piso, las piezas que necesiten tratamiento pasarán a los talleres de intervención, unos espacios flexibles para que se puedan adecuar a las diferentes categorías a las que correspondan los objetos: Etnografía, Bellas Artes... Son los talleres que ahora se encuentran en Arteleku. Destacará por sus condiciones especiales, más propias de un laboratorio de alta seguridad, el taller de arqueología con campanas extractoras para cualquier tóxico que pueda aparecer.
Un gran almacén
Continuando por la ruta que seguirán las piezas, el recorrido llega a la segunda planta, prácticamente ocupada por un enorme almacén que servirá de depósito. Unos grandes archivadores, que se desplazan con ruedas, darán una sensación muy compacta porque el almacenamiento será muy denso. Ahí también se encuentra una verja que separa la estancia donde previsiblemente estará en el futuro el depósito arqueológico del Gobierno Vasco. Además, este piso cuenta con unas salas especiales para la buena conservación de telas y monedas, así como con otra con unas condiciones de seguridad todavía más estrictas para los objetos de mayor valor.
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La planta intermedia, la primera, es la más visible y se puede denominar noble. Combinará actividades de exposición y almacenamiento. También estarán las dependencias de atención al cliente e investigación. Es aquí donde los estudiosos podrán solicitar el material necesario para sus trabajos. Una cristalera separa las dependencias de las oficinas y de documentación del almacén propiamente dicho para que el público pueda hacerse una idea de cómo están guardadas las piezas. De momento, y para que los visitantes de ayer comprobaran el sistema, se han colocado algunas de las 4.000 piezas de Porcelanas del Bidasoa y también una pequeña parte de la colección de cerámica vasca de la Diputación de otras 4.000. También hay estelas, hierros y pinturas.
La diputada de Cultura María Jesús Aranburu explicó que «en esta zona noble se harán exposiciones temporales. Además, tras el acuerdo alcanzado con la Kutxa, se organizarán con los fondos aquí depositados dos grandes exposiciones itinerantes que recorrerán todo el Estado y otras más pequeñas que podrán exhibirse en todos los municipios guipuzcoanos. También está planeado que se realice un importante programa de visitas colectivas o individuales, mediante cita previa, porque queremos que se visualice el trabajo que aquí se desempeña. Por esta misma razón los talleres de restauración no estarán abiertos solo a los especialistas de la Diputación sino a otros técnicos que tengan acuerdos forales. Es importante traspasar el conocimiento de tantos años y por eso nos gustaría que se organizasen cursos de formación, restauración o gestión de material».
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De momento todavía está despejada la gran terraza que hace de tejado del edificio, pero esta fisonomía cambiará en breve cuando se instalen en ella las placas fotovoltáicas, hasta 2.000 metros cuadrados, que permitirán producir energía para que Gordailua sea lo más sostenible posible
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