«Para la Tabakalera actual utilizaría el concepto de okupa»
El que fuera primer responsable de Tabakalera y quién sentó las bases de proyectos posteriores reflexiona sobre sus años en Donosti justo cuando se inician las obras en el edificio
JUAN ARTEAGA
Sábado, 16 de abril 2011, 12:19
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El que fuera primer responsable de Tabakalera y quién sentó las bases de proyectos posteriores reflexiona sobre sus años en Donosti justo cuando se inician las obras en el edificio. A su prestigiosa trayectoria como director de varios de los museos y espacios culturales más conocidos a nivel europeo, el actual director del Macba barcelonés sorprende por presentar un perfil de gestor económico obligado por la situación de crisis, más acentuada en el sector cultural.
- Desde la distancia espacial y temporal ¿que percepción tiene de sus primeros años en Tabakalera?
- Tengo recuerdos muy buenos y otros no tan buenos. Hubo un momento en el que Tabakalera podía cambiar muchas cosas en el contexto cultural y social vasco. Eso creó muchísimas expectativas que poco a poco se vieron frustradas. Un elemento que causó frustración es que yo no conseguía comunicar apropiadamente el proyecto y toda una serie de evoluciones en las relaciones con las instituciones me hicieron pensar que la única forma de hacerlo progresar es que otro equipo tomara la gestión. También me di cuenta que su evolución daba vueltas entorno a lo mismo. Probablemente hubo un fallo de comunicación que llevó a una falta de convicción de las instituciones. También hay que decir que la relación con Altadis no era lo que es ahora. Yo me fui en Diciembre de 2003 y el edificio todavía era propiedad de Altadis. Fue un año después, cuando cambió el gobierno español, Altadis hizo una propuesta aceptable de venta del edificio a las instituciones. Desde las instituciones se vio que aquello era posible y real cuando hasta entonces hubo serias dudas en el sentido de que el contexto político era poco propicio al entendimiento entre las instituciones vascas y el gobierno central de entonces.
-¿Cómo percibe la Tabakalera actual?
- Hay una serie de redimensionamientos que configura el proyecto actual que no lo conozco con detalle. Conozco poco el proyecto que desarrolló Joxean Muñoz, con quien tengo una relación de amistad. Yo no inventé nada, el proyecto que desarrollé decía lo que decían las tres instituciones vascas que se pusieron de acuerdo en ese momento, pero a la hora de darles contenido es donde los acuerdos no tenían lugar. En ese momento, la preocupación de ciertas instituciones era cómo llenar el espacio, cuando yo siempre defendí que ése debía ser el último de los problemas. Otra preocupación era reubicar instituciones ya existentes en Tabakalera cuando yo defendía que debía empezar por un elemento nuevo que ni la ciudad ni el país tenían. Ahí propuse el Museo de la Televisión como espacio de reflexión del mundo de la imagen, las nuevas tecnologías, integrando la historia del cine, la publicidad, la fotografía. No llegué a poder convencer a nadie. La sostenibilidad también era la gran duda porque el pacto inicial de la instituciones preveía un salto cualitativo y cuantitativo en inversión en cultura pero luego no fue así.
- ¿Qué aportación haría al proyecto?
- Hay que tener en cuenta la situación financiera, poco propicia para que las instituciones se embarquen en grandes proyectos. Para desarrollar un proyecto Tabakalera lo que haría es un desarrollo de proyecto acupuntura, utilizar el concepto de 'squat', del okupa, y utilizar Tabakalera como un gran revulsivo para regenerar el tejido creativo del País Vasco. Darle la vuelta a una tendencia, que existe desde décadas, como es que San Sebastian es una ciudad que pierde a sus creadores porque las condiciones de vida y trabajo no son propicias al desarrollo de proyectos que necesitan espacio barato y condiciones propicias a la receptividad de la innovación. Imaginé Tabakalera como instrumento destinado a crear un nuevo tipo de hábito. Tenía que tener ese elemento nuevo, que no estaba en la vida cotidiana del guipuzcoano, del vasco, del turista o del artista, entorno a eso se podía articular todo aquello que le diera sentido.
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- ¿Cree que los políticos utilizan la crisis como excusa para restar ambición artística al proyecto?
- Depende de qué políticos. Creo que la crisis está siendo utilizada para más cosas de lo que debería. La cultura en Europa no tiene un mercado privado y muy pocos creadores pueden vivir de la creación. La institución pública tiene la función de ayudar a que se mantenga una diversidad en la creación. Ahora escucho que las Administraciones deben apoyar las manifestaciones culturales que tienen mercado pero si ya tienen mercado son las mejor preparadas para sobrevivir. Si eso significa que todo lo que no tiene mercado va a desaparecer estamos ante una pérdida de biodiversidad cultural que sería perjudicial.
- ¿Como fue su relación con las instituciones políticas implicadas?
- Extraordinariamente cordial. Aprendí muchísimo. Al final me hubiese gustado hacer realidad alguna de esas propuestas y no fue así pero la relación con personas fue fantástica.
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- ¿La dilatación en el tiempo para este proyecto cultural no es un ejemplo de cómo la complejidad política del País Vasco afecta al resto de ámbitos?
- Hasta que no vives en el País Vasco no te das cuenta de qué quiere decir que la situación política es compleja. Los medios que transmiten esas realidades también dan una visión incompleta, como no puede ser de otra forma. Vivir no es lo mismo que leer. Mirando hacia atrás, las situaciones políticas complejas no se reducen al entorno vasco, todo entorno en que confluyan los intereses de más de una administración son muy complejas aunque estén gobernadas por miembros de un mismo partido. Eso también lo he vivido con el Patronato del Macba.
- ¿Cómo se puede insertar Tabakalera en paisaje institucional del arte y la cultura en una época tan convulsa?
- La primera cuestión que es ponernos de acuerdo en la visión. Si no nos lo creemos no tendrá lugar, no ocurrirá. Utilicé una imagen que era una línea paralela que pasaría por París, todo lo que quedara por debajo debería tener una centralidad en San Sebastián para el sector de la cultura visual, nuevas tecnologías, etc. No hay una institución por debajo de París que se esté planteando esos problemas. Desarrollar un centro sobre cultura visual desde Donosti con un espíritu muy abierto, poroso, me parecía una apuesta de futuro pensando en que a la producción cultural vasca le conviene mucho tener altavoces porque el mercado interno es muy pequeño frente a las culturas dominantes. Esto en Cataluña lo tenemos muy claro.
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- ¿Cree que la ciudad ha puesto resistencias a este proyecto?
- Me previnieron del carácter conservador de la ciudad desde el primer minuto pero el ejemplo más claro era el Kursaal, que casi provoca una revolución y ahora la ciudad está orgullosa del edificio.
- Forma parte del comité de expertos que asesora al Ministerio para el Plan Nacional de Artes Plásticas. ¿En qué va a consistir y qué medidas se van a tomar?
- Estamos en el inicio de un periodo de reflexión que tomará su tiempo. Estamos definiendo unos objetivos, escuchando a los diferentes actores y grupos de interés. Ya es un paso importante que el Ministerio se decida a actuar en un sector que está muy abandonado. ¿Cómo se imagina el modelo cultural y artístico que surgirá de la postcrisis? Está bastante crudo porque venimos de una tradición donde el papel de la administración pública es potente. En el sector cultural se ha crecido en los últimos quince años y ahora estamos encogiendo pero lo que tiene que ver con cultura de calidad , museos, teatros, la demanda de público crece. Todos nos estamos llevando una torta bastante considerable. La solución es cambiar de mentalidad, tener criterios de calidad y no confundir cual es la misión de las instituciones públicas por mucho que se busque el apoyo de la iniciativa privada, que tiene intereses que no son opuestos pero tampoco idénticos.
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