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Villa Pepita, uno de los tres edificios de Ibarralde kalea que no se incluirán finalmente en el Catálogo Municipal de Patrimonio. FOTOS K.I.

Tolosa

El Pleno acuerda inicialmente la inclusión de 38 edificios al Catálogo Municipal de Patrimonio

Las villas Pepita, Jesusa y María finalmente no contarán con protección al existir un proyecto de desarrollo urbanístico; fueron objeto de debate

Viernes, 8 de agosto 2025, 20:48

La mayoría del Pleno acordó en la sesión de julio la aprobación inicial inclusión de 38 nuevos edificios al Catálogo Municipal de Patrimonio, tras ... las conclusiones extraídas del estudio realizado sobre 48 edificios –47 iniciales más la adhesión en último momento de la casa Mocoroa, en la calle Santa Clara– y la elaboración de sus fichas. Es la continuación del trabajo que el Ayuntamiento lleva realizando desde 2022, siguiendo las indicaciones y propuestas contenidas en los documentos del departamento cultural del Gobierno Vasco, para ampliar este texto municipal y albergar en él a un volumen mayor de chalets del casco urbano, edificios residenciales colectivos e institucionales.

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La decisión tuvo los votos favorables de los concejales de EH Bildu (9) y la abstención de EAJ-PNV (7), por lo que desde este momento y durante un año, tendrán una protección cautelar, en la que no podrán ser objeto de derribo u obras que puedan afectar a su fachada. Tan solo se permitirán obras para mantener su viabilidad y diseño actual. El dictamen para la modificación del catálogo tendrá una exposición pública de 30 días hábiles.

Ander Figuerido, concejal de Urbanismo, fue quien presentó este punto a votar durante la sesión plenario de julio. Recordó los antecedentes de esta renovación del Catálogo Municipal de Patrimonio, y explicó por qué de los 41 edificios amparables por el Plan de Ordenación Urbana (PGOU), al que pertenece este documento, se ha pasado a 38. Como indicó, las villas Pepita, Jesusa y María, de Ibarralde kalea, no se trajeron a su inclusión al tener un proyecto de desarrollo urbanístico, además de por el lamentable estado que presentan el número 1 y 5, que llegó incluso a pedirse una licencia para su derribo. Por tanto, no se trajo a votación, pero teniendo en cuenta el valor de su conjunto, se acordó documentar su testimonio urbanístico. Esto es, el hecho de haber formado parte del paisaje de Tolosa.

Debate sobre edificabilidad

Expuesto el punto a debatir, llegó el momento del debate, que se tornó en un cruce entre el portavoz de EAJ-PNV Xarles Iturbe y el concejal Figuerido. Tal y como argumentaba, desde su grupo municipal veían como un «problema» que esta renovación o decisión se tome sin revisar paralelamente el PGOU, lo que hará que en el futuro ambas se desarrollen en «disincronía». Quiso avisar además de que la decisión de incluir tres subámbitos con edificabilidad declarada en el plan, desde 2009, y que afectan a cinco viviendas –Subámbito 14.1 Kondeaneko Aldapa, 8 y 10, Ibai-gain y Villa Maria Juanita; subámbito 14.2 Kondeaneko Aldapa 30; y subámbito 12.3 paseo San Francisco, 20 y 22–, mientras que las villas de Ibarralde no se protegerán, puede llevar a un «choque jurídico-urbanístico». El equipo de gobierno tomó la decisión bajo un argumento que consideran los jeltzales «débil y jurídicamente dudable», como es el hecho de que haya transcurrido el tiempo para ejercer el derecho de edificabilidad que otorga el PGOU, de 2, 4 o 6 años desde 2009. Sin embargo, en el caso de las villas Pepita, Jesusa y María, aunque hayan pasado 13 años desde que se presenta un proyecto de urbanización, en 2024, fuera de plazo, se excluyen.

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A pesar de tratarse de una aprobación inicial, Xarles Iturbe entiende que «de un plumazo» hay propietarios y vecinos de estos subámbitos que perderán unos derechos «por la puerta de atrás» y que verán esto, «entre comillas, como un ataque». Por ello, pidieron una segunda opinión para evitar males futuros en los tribunales. Para finalizar, preguntó si se ha tenido en cuenta a los vecinos en el proceso, por cómo les pueda afectar el hecho de que sus inmuebles estén ahora protegidos.

El concejal de Urbanismo, Ander Figuerido, señaló que la prioridad fue renovar el catálogo al ser un proceso más breve que el del PGOU, y que la necesidad actual era proteger los edificios, como Villa Sagrado Corazón o Villa Itxaropena, que estaban en riesgo de derribo. Asimismo, indicó que aunque tarde, en las villas de Ibarralde se ha presentado al menos una intención de desarrollo urbanístico, antes de que se comenzara con el proceso de protección.

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Sobre la edificabilidad, aseguró que se quiso dar prioridad a la ocupación de viviendas deshabitadas, puesto que lo más importante es que con estos edificios se protege la identidad del pueblo y las infraestructuras, «que vale más que hacer diez bloques de pisos». Y en cuanto a los derechos de edificación de los propietarios y vecinos, matizó que lo que el PGOU da no es un derecho en sí, y que ello conlleva «una responsabilidad». La protección de los edificios lleva consigo bonificaciones fiscales y el acceso a ayudas del Gobierno Vasco, y afirmó que se ha informado a los vecinos y que se les informará de las decisiones que se vayan dando y las ventajas que supondrá.

Con todo, la votación supone un paso adelante para que estos 38 edificios sean protegidos y la historia visual de Tolosa se mantenga durante los años.

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