Zurutadas
Pastelero, dale fuego...Un abrazo para la familia del Arrieta de Olaberria. Llegó el adiós, allí fui feliz haciendo algo tan bonito como ser músico de bodas, ¡y qué fritos nos daban!
Kaixo, gozozales. Egun on, para los que os gusta cantar. Hoy lo vas a hacer sí o sí. ¿Sabes qué día es mañana? Por ... ayer, me dijo el martes Txepe. Y se pone a cantar lo de: 'San Simon eta San Juan, joan zen uda eta negua heldu da'. Razón tiene esa canción que se pierde en el tiempo. Para mí, el verano termina y llega el invierno cuando nos clavan el cambio de hora, que sólo sirve para meternos la tristeza de tardes oscuras. ¿Veré algún día el cambio de horario? Lo descarto, igual que ver el TAV salir del túnel de Montezkue. Si mi amigo Ezkiaga, a sus 60 años, lo descarta, qué te voy a contar yo.
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PD 1. Canta conmigo 'Eres como una espinita que se me ha clavado en el corazón'. Si con esa melodía te saluda la Banda, intuyes que la mañana va a ser fantástica. A trancas y barrancas, entré con Tolosa Kantari en el Triángulo. Habrás adivinado qué cantamos. 'Artillero dale fuego, ezkontzen zaigula pastelero'. Algún despistado pensaría: ¿se casará algún pastelero? Un coro de más de cien personas, después de comer donde Kone (qué bien se come donde los jubilados), le dedicaron a quienes iniciaron esa historia tan bonita de Tolosa Kantari, su agradecimiento. Mi pueblo os debe mucho.
PD 2. Qué pensabas, ¿que no iba a hablar de mi feria favorita? Un año más, espectacular. Volví a casa entre enfadado y feliz. ¿Puede ser? Enfadado, porque me quedé sin degustar esa galleta con miel Abaraska que me han dicho que estaba riquísima. Mi enfado se acrecentó cuando no pude coger ese gateau basque que traen los de Iparralde y, como habrás adivinado, sí me dio tiempo para saludar a mis amigos de The Jubi's (qué bien tocan). Pues eso, que llegué tarde a casa. Pero no hubo morros. Utilicé uno de mis tres comodines. El de la flor. Fui al Tinglado y a los tolosarras Etxezarreta y Azurza les compré una preciosa flor. Y sólo me faltó cantarle a Feli lo de 'Cuando llegue, mi amor, te diré tantas cosas o quizás, simplemente, te regale un rosa'.
PD 3. La semana pasada me llevé una alegría. Resulta que los jóvenes también me leen. Y, por lo que deduzco, creo que sería obligado, en los colegios, contarles la historia de una Tolosa dominada por las tropas de un Napoleón muy jetas. Se hospedó en el chalet de los Urbieta, y les robó la vajilla. A uno de ellos le interesó mucho la historia del tesoro de los franceses. Y pensé, ¿si llevo escribiendo veinte años, alguien se acordará que hace mucho escribí la anécota del tesoro?
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PD 4. ¿Sabías que el Casino de Tolosa se inauguró en 1885? Primero estuvo en unos locales del ayuntamiento y luego compraron el Palacio de Idiáquez, donde se alojaron los oficiales del ejército de Napoleón. Ahora están de obras importantes, pero hace muchos años, se le estropeó la cafetera que tenían en el ambigú de arriba, y trajeron una nueva. Y no cabía, y el albañil tuvo que romper la pared y apareció un hueco. Metió la mano, y sacó una bandeja de plata. Vaya, volvió a meter la mano, y sacó un candelabro. Entusiasmado gritó: ¡he encontrado el tesoro de los franceses! La euforia general se disipó cuando llegó la vecina y les dijo que le había roto la pared, y que la bandeja era de ella.
Otro día te contaré la historia de los soldados de Napoleón y la Casa de las Damas.
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