Cinco claves del Carnaval de Tolosa

Tolosa se prepara para su celebración más importante, a solo cuatro días de dar inicio a los carnavales más emblemáticos del País Vasco. Con siglos de historia, esta fiesta ha desarrollado una identidad y una cultura propias, fruto de generaciones de tradición, hasta convertirse en un referente que despierta incluso el interés turístico. Cada día de la semana tiene su nombre popular, el disfraz se reserva para unos días concretos y la música de las txarangas es quien rige el pulso y gobierna el municipio marcando el ritmo de la celebración. Los Carnavales de Tolosa siguen un patrón tradicional; es una fiesta siempre igual y a su vez cambiante que logra reinventarse cada año ofreciendo siempre algo nuevo. Para comprender mejor su esencia y singularidad, repasaremos algunas claves que ayudan a apreciar mejor sus matices.

Tolosa estrenará este año un nuevo espacio festivo bajo el nombre 'Isabelita Gunea', que se ubicará en la céntrica plaza de la Alhóndiga dirigida al público infantil y juvenil que no puedan acceder a la plaza de toros. Nace como un entorno alternativo para que este público tenga una participación más activa en la fiesta. En 2024, el Ayuntamiento dio el primer paso para fortalecer la programación dirigida a este público, y tras varias sesiones de valoración con la ciudadanía, se determinó que era necesario mantener esta línea de trabajo. Será un recinto en el que se instalará una carpa cerrada que permanecerá abierta durante toda la semana en horario diurno. Su programación se complementará con conciertos en otros puntos del municipio, e incluirá espectáculos infantiles, talleres de carnavales y la mitología vasca, concursos de cocina, y una comida popular, un photocall y sesiones de DJ. En los momentos sin actividades programadas, el espacio podrá ser utilizado por txarangas y grupos carnavaleros, y por la noche permanecerá cerrada.

Color y música son los conceptos que se ha adueñado Jueves Gordo por las ya tradicionales y características chilabas y decorados de balcones. Este atuendo, convertido en símbolo del carnaval, es el elegido por los locales para acudir a la plaza del Ayuntamiento al chupinazo de las 12.00 del mediodía, acompañados por diversas txarangas que dan la bienvenida oficial a las fiestas. La tradición manda seguirlas por las calles de la Parte Vieja y el centro, saltando al ritmo de la melodía 'Saikoipatsu' y aprovechando las paradas para degustar los clásicos pintxos de txistorra, que los bares ofrecen de forma gratuita.

Esta atípica semana comienza el Jueves Gordo y finaliza el Martes de Carnaval ofreciendo seis días consecutivos de celebración con una programación que se divide en dos partes centrales, desarrollándose una semana antes del Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma. El Domingo, popularmente 'Zaldunita', arranca la fase más colorista a las ocho de la mañana con la Diana, una cita de pijama y zapatillas que a través de una kalejira va 'despertando' a la ciudadanía anunciando su llegada. Es uno de los momentos más especiales e «imprescindibles» para quienes sienten vivir el lado más purista. La Banda de Música interpreta la primera pieza del repertorio oficial de manera ininterrumpida, repitiéndola más de setenta veces a lo largo del recorrido.

Aquellos que visiten los Carnavales de Tolosa deben tener en cuenta qué días son ideales para disfrazarse. A pesar de que la fiesta se viva con fervor a lo largo de toda una semana, no todos los días están dedicados a los disfraces. El Jueves Gordo se viste la chilaba, una túnica colorida, pero el Viernes Flaco y el Sábado Regular son jornadas en las que la tradición no inclina a la gente a disfrazarse, por lo que quienes lo hagan se convertirán en el centro de atención. Tras la Diana del Domingo, es momento de dar rienda suelta a la creatividad y sumergirse en el espíritu festivo, ya que ese día marca el verdadero inicio de tres días consecutivos para disfrazarse. Un buen consejo es recurrir a la ropa y los complementos almacenados en el desván.

El carnaval tolosarra no se puede entender sin su música, que no solo anima las calles, sino que también las gobierna durante toda la semana transformando la ciudad en una efímera república independiente que se manifiesta en una profunda simbiosis entre la música, el humor y la sátira. El repertorio incluye una variada selección de canciones, interpretadas por txarangas y música de txistu, que van desde la alegría hasta la melancolía. Todas, sin excepción, profundamente pegadizas que conforman una amalgama de pasacalles, habaneras y jotas que los tolosarras han escuchado y disfrutado desde su infancia.

Aunque el repertorio original constaba de 23 piezas, que fueron recopiladas y armonizadas entre 1882 y 1886 por Rufo Montilla, entonces director de la Banda de Música, algunas de estas melodías se han perdido con el tiempo, y en la actualidad el repertorio oficial se compone de 17 piezas numeradas, a las que se suman otras representativas de distintas sociedades y txarangas, que han pasado a formar parte de la tradición musical.

Actualmente, Tolosa cuenta con 25 txarangas pertenecientes a sociedades populares, aunque en la práctica roza incluso la treintena. Cabe destacar que las txarangas solo pueden tocar piezas del repertorio carnavalero, y algunas han sido multadas por no cumplir esta normativa. Este año se inaugurará la primera compuesta únicamente por mujeres.

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