López de Uralde repite con mucho gusto en el campeonato de quesos de Ordizia

El queso del pastor alavés tras obtener 1.633,5 puntos fue el mejor entre los 43 ejemplares presentados. Entre ellos, 18 eran de productores guipuzcoanos. Del total de quesos que aspiraban a la txapela, 21 eran ahumados y 22 naturales.

López de Uralde es un pastor de la vieja escuela. Sus manos muestran el rastro del duro trabajo en su explotación. Parco en palabras pero directo en su mensaje, dejó claro que su mujer e hijo se encargaban de la elaboración del queso en Larrea (Álava). «Es un queso muy bueno. Mantecoso y con mucho gusto», aseguró.

La familia de Patxi cuenta con un rebaño de unas 500 ovejas que pastan a sus anchas en los terrenos cercanos a su caserío, en las laderas del monte Aldaia. El pastor alavés reconoció que acudió a Ordizia «con esperanza. Hay que venir con esperanza siempre, pero como no puedes ver cómo es el queso por dentro, pues, siempre tienes dudas, pero no descartaba que pudiéramos ganar». Su intuición no le falló a Patxi y se hizo con el preciado galardón que colocará con el de 2018, y los terceros y otros premios que ha recibido en Ordizia y en otros muchos certámenes a los que se ha presentado en su larga andadura como productor de queso Idiazabal.

La entrega de premios es lo más esperado en el concurso de Ordizia, aunque el bullicio de los pastores comenzó a llenar el frontón Beti Alai a partir de las 11.00 horas. El momento en el que los pastores fueron acercándose. Después de saludar y charlar con sus colegas, cada uno de ellos buscaba su queso entre los 43 que llenaban las mesas colocadas ante los miembros del jurado. Cada pastor seguía los movimientos de los cuartos del ejemplar que habían presentado y buscaba la reacción de los jueces, que a duras penas dejaban verla. 'Corazón de tango', de Doctor Deseo, se escuchaba por la megafonía pero el sonido del grupo vizcaíno se perdía entre el murmullo generalizado de los asistentes a la criba de los 14 mejores entre los mejores presentados en esta edición.

Julen Arburua, ganador del año pasado, se mostraba algo nervioso antes de conocer el nombre del ganador y era consciente de que era muy difícil repetir la victoria. «Como todos, hemos venido con ilusión y un poco de esperanza», aseguraba aún y todo. Sobre el queso que había presentado el pastor navarro destacaba que «era muy parecido al del año pasado» en cuanto al sabor, pero «algo más seco».

El joven pastor se mostraba contento con la calidad del queso que estaba ofreciendo a sus clientes que, según señaló, «han respondido muy bien» a esta situación tan especial. «Al principio del confinamiento, hubo un poco de parón, pero después se puso en marcha la venta y estamos contentos. Hemos ofrecido venta directa y entrega a domicilio». En ese momento se daban a conocer los nombres de los 14 pastores que optaban al gran premio de Ordizia.

El gesto de Julen confirmaba que no había logrado el deseado pase. Quienes sí lo hicieron fueron Ander Barandiaran, de Idiazabal; Zabaleta S.C, de Munain; Mausitxa, de Elgoibar; Berastegi elkartea (Azpeitia); La Leze S.C., de Ilarduia; SAT Olano, de Egino; Marta Pérez Loperena, de Egozkue; Ricardo Remiro, de Eulate; Joseba Insausti Mujika, de Ordizia; Unai Lekuona Ruiz de Luzuriaga, de Araia; Ipiñaburu E.T.C., de Zeanuri; Patxi López de Uralde Fernández de Larrea; Albi S.C., de Arruazu; y Francisco Javier Muñoa, de Zerain.

Tras el anuncio de los afortunados que lograron pasar a la última criba, se procedió a la entrega de diplomas de manos del alcalde ordiziarra, Adur Ezenarro, y del gran maestre de la cofradía de Ordizia, Jesus Mari Ormaetxea.

La subasta de la mitad del queso ganador fue de forma presencial y comenzó con un precio de salida de 6.000 euros. Tras varias ofertas realizadas por Martín Berasategi o Xabier Zabaleta, el queso fue para Alberto Fernández, de Tecnomoto, situado en el barrio Igara de Donostia. Ayer, se pagaron 9.200 euros por la mitad del queso vencedor.