Una persona detenida por el incendio de la casa Isasaga

Será que no hay dos sin tres. Ayer sobre las 10.30 de la mañana comenzaba a salir humo de la buhardilla del número 20 de la calle Santa María, casa Isasaga que la víspera primero a las 8.00 y posteriormente a las 19.00 registró sendos incendios, la segunda ocasión en dos focos diferentes a los de la mañana, circunstancia que acabó por corroborar el convencimiento de los bomberos de que aquello no espondía a ningún hecho fortuito para pasar a dar cuerpo a la sospecha de que allí había gato encerrado. Edificio que durante la jornada del jueves fue inspeccionado por especialistas de diferentes departamentos de la Ertzaintza, entre ellos por miembros de la Policía Científica y al que a su vez acudieron trabajadores de Iberdrola a comprobar que no había corriente eléctrica en la casa. Actuaciones que acabaron con el precintado del edificio.

Y a la mañana de ayer viernes, sobre las 10.30 ante su incredulidad, quienes hacían cola en las panaderías de la calle se percataban de que empezaba a salir, nuevamente humo de la buhardilla, que enseguida dio paso a una densa columna.

Voz de alarma que rapidamente movilizó a la Policía Municipal, Ertzaintza, Protección Civil y bomberos, que zanjaban la cuestión sin que de nuevo el fuego acabara por convertir en cenizas una vivienda de estructura de madera. En esta ocasión, testigos presenciales constataban que minutos antes del incendio una inquilina había accedido al edificio tras romper el precinto por lo que era detenida.