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«Ella estaba muy contenta ya que el pequeño se había adaptado bien a la guardería»
Amigos de la familia y los vecinos de Zaldibia no pueden creer lo sucedido y se muestran «en 'shock'» y «consternados» ante la noticia
Atónito, roto y sin poder asimilar el fallecimiento de dos de sus vecinos , Facundo, argentino y amigo íntimo de la familia desde que aterrizara ... en Zaldibia hace 5 años, apenas podía responder al teléfono y atender a este periódico. Facundo no podía creerse lo que le ha sucedido a la pareja y el hijo de su amigo 'Lucho'. «Estoy roto, no puedo asimilarlo», acertaba a confesar el amigo de la familia. La relación y la confianza entre ambos era total. «Tenemos un hijo, más o menos de la misma edad, que iba con el suyo a la guardería. Cada mañana, mi mujer solía llevarlo a su casa para que fueran juntos, pero esta mañana la cosa ha sido distinta. Me ha llamado hacia las 9.00 horas para contarme lo que ha pasado y todavía no lo he asimilado. Sigo en estado de 'shock', estoy destrozado», explicaba.
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Desde su llegada al pueblo guipuzcoano, ambas parejas compartían planes, como confiesa Facundo. «Nos llamábamos mucho», añade, antes de volver a derrumbarse. «No me lo puedo creer», concluyó antes de colgar.
«Solía salir mucho a pasear con el perro y con el niño . Era una mujer muy alegre»
Juan
Vecino
Otra que tampoco puede creerse lo sucedido es Noemí, vecina del mismo bloque que la mujer y el bebé fallecidos. De hecho, vive en uno de los bajos puerta con puerta con la familia. «Ella es del 'bajo C' y yo del 'A'. Estoy bloqueada, no me creo lo que ha sucedido», narra desde la ventana de su domicilio. «Nos han despertado los bomberos hacia las 6.20 por si nosotros también teníamos algún problema con la caldera, pero no había ni olor a gas ni nada», explicaba. La joven recuerda que «ayer mismo (refiriéndose al martes) nos saludamos. «Ella estaba muy contenta ya que el pequeño se había adaptado bien a la guardería». Estaba feliz», destacaba Noemí. «Solíamos coincidir muchas veces cerca del colegio. Yo tengo dos pequeños de 6 y 11 años. Algo más mayores que el suyo, pero la guardería y el colegio están al lado y nos solíamos cruzar todas las mañanas. Si no era en la Ikastola era en el portal. Teníamos buena relación».
Además de los encuentros casuales en el portal o en las inmediaciones del colegio, la relación entre ambas se intensificaba en los meses de verano, coincidiendo con el calor. «En los meses de verano, cuando se podía, solíamos aprovechar para ir al río a bañarnos todos juntos. Era muy risueña, muy simpática», recordaba.
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Gemma, vecina del portal de enfrente de donde sucedieron los hechos, también destaca que su marido tenía mucha relación también con 'Lucho'. «Trabajaba como repartidor de la empresa Zuzen-Express», comentaba mientras señalaba la furgoneta de la empresa situada en la puerta del portal. «Era muy habitual verle a él por el pueblo, con la furgoneta, realizando cualquier tipo de encargo. Es un hombre muy simpático que te saluda siempre que te cruzas con él», apunta. «Estoy rota. No quiero pensar en lo que se le tiene que pasar por la cabeza y lo muchísimo que estará sufriendo. Me da mucha pena, tenía muy buena relación con mi marido. Es una auténtica desgracia esto que le ha ocurrido», lamentaba entre sollozos.
«A ella también se solía ver por el pueblo, paseando al pequeño o al perro. Todavía no soy capaz de asimilarlo. Es muy duro», remarca entre lágrimas. «Solíamos coincidir sobre todo por las mañanas cuando yo llevaba a mi hijo a la Ikastola y ella a la guardería. Es una pena».
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«Era simpatiquísima»
Juan miraba desde el otro lado de la acera el portal de la familia atónito y sin poder creer lo ocurrido. «Era una mujer simpatiquísima. Salía con el niño y con el perro a pasear y siempre saludaba», recordaba. «Esta misma semana nos hemos cruzado y estuvimos hablando y riendo juntos. Era una mujer muy alegre. La noticia ha afectado mucho al pueblo, estamos que no nos lo creemos todavía», destaca Juan vecino del barrio.
Ese mismo estado de incredulidad era el que compartía a primera hora de la mañana Lili González horas después de subir la persiana de una panadería situada a pocos metros de la casa. «A esas horas de la mañana Zaldibia suele ser un pueblo muy tranquilo, así que cuando hemos visto tanto despliegue sabíamos que había pasado algo grave. Pensábamos que podía haber sido algún accidente de algún vecino que se podía haber caído o que podía haber sufrido un golpe, pero jamás se nos había pasado por la cabeza que esto fuera a tener un final tan triste», afirmaba.
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«Ayer nos vimos. Estaba muy contenta porque el niño se estaba adaptando bien a la guardería»
Noemi
Vecino
La familia no era una clienta diaria de la panadería de Lili, aunque sí acudía de manera habitual. «Ella tenía un teléfono de prepago y venía asiduamente a recargar la tarjeta. Además, se le solía ver muy a menudos los fines de semana. Era habitual que viniera para comprar alguna que otra chuche o algún tipo de dulce para el pequeño o algún bollo para ellos» , confesaba Lili. «Era una chica muy agradable. Aunque no tuviéramos una relación muy cercana, Zaldibia es muy pequeño y todos nos conocemos y nos saludamos cuando nos cruzamos. Es un golpe muy fuerte. Además, siendo ella tan joven y con el bebé casi recién nacido... se me parte el corazón», añadía con tristeza.
Maite fue una de las primeras personas en enterarse de que «algo no iba bien». «Normalmente me suelo despertar sobre las 7.30 horas, pero hoy lo he hecho con las luces de las sirenas las 6.45 horas». Para esas horas se encontraban en la zona tres camiones de bomberos y dos ambulancias. «Siempre suele haber algún coche que pasea por la zona, pero tanta luz y tanta gente no era un buen indicio. Cuando nos hemos despertado y hemos empezado a hacer nuestra vida normal, nos hemos acercado al portal queriendo saber qué ha pasado y cuando nos han informado nos ha envuelto la pena. Todos los vecinos estamos muy tristes y consternados. Nos costará un tiempo asimilar una noticia tan triste y dolorosa como esta», confesaba Maite.
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