El 'veraneo' de Pablo Sorozabal en Beasain
Grabación de su obra. La casa de discos Columbia, en 1964, le ofreció grabar sus 'Veinte Canciones Vascas'. Él exigió hacerlo con la coral Loinaz y en Beasain, lo que obligó al músico donostiarra, que hoy cumpliría 125 años, a residir en la villa vagonera
JUANTXO UNANUA
Domingo, 18 de septiembre 2022, 00:11
Hoy 18 de septiembre, de haber vivido, el gran músico donostiarra Pablo Sorozabal hubiera cumplido 125 años. Este pasado mes de agosto, la Quincena Musical ... programó una de sus zarzuelas, haciendo un guiño a este aniversario. El maestro Sorozabal estuvo muy ligado a Beasain, una gran tarea musical le obligó a veranear en 1964 en la villa vagonera, él era un asiduo en Deba, en época de estío. Pero entre 1962 y 1964 fue un habitual en la villa, casi casi un beasaindarras más. La presencia en la villa del reconocido músico, compositor, y director de coros y orquesta, Pablo Sorozabal, se hizo habitual.
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La del verano de 1964 fue la más larga de sus estancias en Beasain y el Goierri. La razón, de gran calado, no era otra que la de la grabación por parte de la Coral Loinaz de cinco discos con sus 'Veinte Canciones Vascas' (todas en euskera, eran los años sesenta, a excepción de dos de ellas 'Maite' y 'Ay tierra vasca').
El reconocido músico ya conocía las voces de la coral Loinaz, aquellos años dirigidas por Juan Miguel Irizar, dado que en 1962, junto a la Orquesta del Conservatorio de San Sebastián, con Sorozabal de director, interpretaron las obras 'Ignis Flagrans Charitatis' del P. Massana y 'Gallia' de Gounod.
El resultado, cinco singles con las 20 obras, 18 en euskera y 2 en castellano, de Pablo Sorozabal, quien hoy cumpliría 125 años
Exigente y muy perfeccionista
Su 'veraneo' en Beasain hay que encajarlo en una propuesta quela casa discográfica Columbia realizó al maestro Sorozabal: grabar sus 'Veinte Canciones Vascas. El gran músico impuso dos condiciones, recuerda Josetxo Zufiaurre, entonces una de las voces de la coral, «hacerlo con la Coral Loinaz y en Beasain, concretamente en la Basílica de San Martín de Loinaz, que encantó al maestro donostiarra por su extraordinaria acústica». Columbia llevó allí toda la infraestructura y allí se realizó la grabación, en largas sesiones nocturnas del verano de 1964.
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El etnógrafo y excoralista Zufiaurre recuerda que Pablo Sorozabal, como músico, en los ensayos y grabaciones «era muy exigente buscaba lo más próximo a la perfección y lo conseguía a fuerza de trabajo». El resultado de aquel gran verano de largas sesiones de grabaciones, en la Basílica de San Martín de Loinaz, que eran nocturnas, fueron cinco discos 'singles' con cuatro obras cada uno, de las 'Veinte Canciones Vascas' de Sorozabal, 18 en euskera y 2 en castellano: 'Maite', en versión dedicada a la Coral Loina y su 'Ay Tierra Vasca'.
El propio músico dejó escrita la frase «El recuerdo de la magnífica coral Loinaz lo llevo colgado en la pared de mi corazón y le he puesto un clavo muy grande para que no se caiga nunca».
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