Diez consejos para navegar por internet… y ahorrarte más de un disgusto

La pandemia del coronavirus ha impulsado (aún más) el uso de internet en nuestros hogares y muchos usuarios han descubierto -obligados por las circunstancias- todas las virtudes y posibilidades que ofrece la red: comercio electrónico, teletrabajo, redes sociales, juego online… pero también sus peligros. De ahí que el 'Día Internacional de la Internet Segura' que se celebra hoy bajo el lema 'Una Internet mejor comienza contigo: más conectados, más seguro' sirve como una llamada de atención en el uso responsable de internet y las nuevas tecnologías, especialmente entre los jóvenes. Aprovechando la efeméride, no hay mejor ocasión para recordar una serie de consejos para exprimir al máximo las posibilidades que ofrece internet… y no llevarnos más de un disgusto.

La seguridad en internet ha evolucionado a pasos agigantados en los últimos años. De hecho, la gran mayoría de navegadores (Chrome, Safari, Firefox, Edge, etc.) ofrece ya una capa extra de protección para que nadie pueda acceder a los datos y credenciales que introducimos en una web concreta, ya que están cifrados: es lo que se llama navegación segura. Por ello, cuando accedas a cualquier página de internet, comprueba que hay un pequeño candado al comienzo de la barra de direcciones (además de que empieza por https), ya que ello certificará que su conexión es fiable (lo que no significa que sea segura al 100%). Aunque hay excepciones a la norma, si una página web no dispone de esta navegación segura, desconfía.

Youtube, Tik Tok, Facebook, Twitter… las cientos de plataformas y redes sociales que ofrece la red son un espacio ideal para interrelacionar a todo tipo de usuarios anónimos y desconocidos. Eso sí, conviene mantener una serie de precauciones y cautelas ante nicks a menudo desconocidos cuyas intenciones ignoramos: no revelar la dirección de nuestro domicilio o el número de teléfono, no enviar fotos personales… y, por supuesto, configurar correctamente el acceso que damos a nuestros perfiles de Facebook, Telegram o similares. Al respecto, hay que tener muy en cuenta el auge y poder de convocatoria que han experimentado los 'juegos oline', que seducen y enganchan a multitud de jóvenes hoy en día.

El número de marcas que se han visto obligadas a apostar por el comercio electrónico se ha multiplicado a raíz de las restricciones puestas en marcha durante la pandemia del Covid-19. Eso sí, ante todo, responsabilidad: no te dejes llevar por las desorbitadas ofertas que ofrezca cualquier plataforma online. Comprueba que cuenta con una navegación segura y compra únicamente en aquellas páginas web que sean conocidas, que te inspiren confianza y que tengan buenas valoraciones por parte de los usuarios. Las plataformas de pago (Paypal, Stripe, etc.) ofrecen un plus de garantía.

Navegar a alta velocidad en el hogar es algo muy estandarizado en nuestros hogares… pero no tanto hacerlo con seguridad. Por ello no debemos confiarnos: evitaremos que cualquier 'invitado de excepción' se cuele en nuestra conexión y nos provoque una importante lentitud a la hora de navegar por internet o reproducir cualquier serie o película en streaming. ¿Cómo? Cambiando el usuario y contraseña que trae por defecto nuestro router y mejorando, en la medida de los posible, el cifrado que ofrece.

Si necesitas conectarte a internet fuera de tu hogar y no quieres dejar a cero tu tarifa de datos en el móvil, es muy probable que acostumbres a acceder a una Wifi pública de cualquier restaurante, biblioteca, etc. Mucho cuidado: cualquier usuario que esté dentro de la misma red puede robar tus datos, de ahí que evita a toda costa entrar en la aplicación de tu banco o realizar cualquier tipo de compra online o transferencia. Y una puntualización: no te confíes, por mucho que el acceso a la red Wifi pública esté bajo contraseña.

Phishing, spyware, malware, ransomware… los ciberdelincuentes tienen a su disposición multitud de herramientas para hacerse con tu información personal, robar las contraseñas de tu banco o secuestrar -literalmente- tu ordenador. Para evitarlo, es imprescindible garantizar la seguridad de nuestros datos con un buen antivirus, que aportará un extra de privacidad y te privará de muchos quebraderos de cabeza.

Internet es un' océano de conocimiento' en el que se puede encontrar cualquier tipo de información. Eso sí, hacerlo con responsabilidad nos evitará más de un disgusto: no accedas a páginas web de dudosa reputación, no abras mails de remitentes desconocidos, ni hagas click en popups sospechosos de virus. Y menos entres en repositorios o páginas web que ofrecen gratuitamente y sin coste alguno todo tipo de juegos, películas de estreno o música. Educar en ello a nuestros hijos es básico para no encontrarnos con imprevistos inesperados.

Un clásico: utilizar fórmulas tan 'originales' como '123456', '123456789', 'picture1' o 'password'. No te engañes, por muy pintorescas que resulten se trata de los términos más utilizados por los internautas a la hora de 'proteger' sus cuentas de email, redes sociales o cualquier otro tipo de servicio en internet. Otro clásico: añadir una contraseña con derivados de nuestro nombre (o el de familiares) y fecha de nacimiento. Y uno más, repetirla en todas las páginas y servicios de internet… para no olvidarnos de ella. ¿Consejo? Idea contraseñas únicas para cada servicio, cámbialas frecuentemente, alterna números, letras y caracteres especiales… Y si no las recuerdas, utiliza un gestor de contraseñas.

Si bien internet ofrece un amplio abanico de opciones para los más pequeños, es especialmente recomendable no dejarles 'solos ante el peligro': antes de que se queden viendo vídeos de dibujos en Youtube o un baile gracioso en Tik Tok, ante todo educación, tanto en el tipo de contenidos que visualizan como en la cantidad de tiempo que invierten en ello. Y, muy recomendable, establecer algún control parental en nuestro dispositivo (ordenador, móvil o tablet) para controlar y limitar el acceso a contenidos no aptos para su edad.

Quizá la recomendación más básica y obvia, pero también la más difícil de cumplir a veces. Si no, ¿por qué accedemos a abrir mails de desconocidos sin pensárnoslo dos veces? ¿Y por qué aceptamos todos los permisos que nos piden los programas y aplicaciones de nuestro móvil? Si bien internet ofrece gran cantidad de beneficios y posibilidades, también lo es que entraña una serie de riesgos si no ponemos los medios adecuados para ello. Navegar con responsabilidad apenas exige conocimientos técnicos, ni tiempo: solo menos confianzas y más sentido común.