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Cada vez más retos, cada vez menos tiempo

Cada vez más retos, cada vez menos tiempo

Ese horizonte del año 2030 que las Naciones Unidas ha marcado para lograr algunos objetivos está cada vez más cerca y ciertas metas parecen inalcanzables. Además, la reacción que debemos dar entre todos ante el cambio climático tampoco puede esperar más

Lunes, 30 de octubre 2023, 13:38

No son tiempos sencillos para la humanidad, pero a su vez son tiempos cruciales. Mientras el mundo llevaba año y medio mirando la guerra de Ucrania y Rusia, ha estallado un conflicto en Oriente Medio que es otro drama humanitario. Además, las diferencias entre el primer mundo y el tercero, lejos de reducirse, han aumentado y, por otro lado, los desastres naturales en diferentes puntos del globo son cada vez más frecuentes. Por si todo esto fuera poco, el cambio climático es una realidad y las señales que el planeta nos emite en este sentido son, sin duda, más evidentes que nunca.

Pese a este panorama, no todo está perdido y la reacción ante todos estos retos están en manos de cada individuo, en el plano personal, y de la sociedad, en el colectivo. Ese 2030 que las Naciones Unidas ha marcado como plazo para lograr muchas metas está cada vez más cerca y no todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible se alcanzarán, ni mucho menos, pero lo peor que podemos hacer es quedarnos de brazos cruzados y dejarnos llevar porque, con esa actitud, el mundo irá sin duda a peor.

En 2015, comenzó una carrera mundial para proteger al planeta y todos los seres que viven en él con la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos. Hoy, a medio camino de la fecha límite de 2030, el cumplimiento de esas metas está en serios apuros. Los avances se han estancado a raíz de la pandemia de la COVID-19, la crisis climática se está agravando y los Objetivos relacionados con el hambre, la salud, la biodiversidad, las instituciones fuertes, la contaminación y las sociedades pacíficas no van por buen camino. El resumen, según las Naciones Unidas, es que solo el 15 % de las 140 metas acordadas van por buen camino, mientras casi la mitad están moderada o gravemente desviadas y alrededor del 30 % no han registrado ningún avance o han caído por debajo de la línea de partida de 2015.

Según las Naciones Unidas, solo el 15 % de las 140 metas acordadas van por buen camino

En el Ecuador

«Hace siete años, el mundo se comprometió a erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad, y a garantizar que todos, especialmente los niños y niñas, tuvieran acceso a servicios básicos de calidad. Pero en el ecuador de la Agenda 2030 nos estamos quedando sin tiempo para convertir la promesa en realidad», declaró hace poco más de un mes Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF. Y es que de acuerdo con un informe titulado 'Progresos en el bienestar infantil: dar prioridad a los derechos de la infancia en la Agenda 2030', a este ritmo, solo un total de 60 países, donde vive apenas el 25 % de la población infantil, habrán alcanzado sus objetivos para 2030, dejando atrás a unos 1.900 millones de niños en 140 países.

«La educación se encuentra en estado de emergencia. Aunque en las últimas décadas se han realizado esfuerzos considerables para garantizar una educación de calidad para todos, los datos de la UNESCO demuestran que el número de niños sin escolarizar está aumentando. Los estados deben movilizarse urgentemente si no quieren vender el futuro de millones de niños», declaró la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay. Las cifras le dan, sin duda, la razón ya que hay 250 millones de niños y jóvenes sin escolarizar en el mundo. La educación ha entrado en estado de emergencia.

Otro dato que tampoco invita al optimismo, pero sí a la reflexión, es que, al ritmo actual, tardaremos 300 años en lograr la igualdad de género. «La discriminación de género perjudica a todos: mujeres, niñas, hombres y niños. Invertir en las mujeres eleva a todas las personas, comunidades y países. Es esencial promover la igualdad de género, mejorar la salud materna y empoderar a las mujeres dotándolas de libertad reproductiva, ya que esos progresos son fundamentales para alcanzar todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible », declaró António Guterres, secretario general de la ONU. La agencia aboga por alcanzar la paridad para crear un mundo más justo, resiliente y sostenible porque considera que la creatividad, el ingenio y la fuerza de las mujeres y las niñas son fundamentales para abordar los retos del futuro.

Un reto con soluciones

La humanidad tiene ante sí otro desafío enorme al que debe responder de manera activa y no es otro que la lucha contra el cambio climático. El mensaje de las Naciones Unidas al respecto es muy contundente: «Podemos pagar la factura ahora, o pagarlo muy caro en el futuro». Y, para ello, consideran un paso fundamental que los países industrializados cumplan su compromiso de aportar 100.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para que puedan adaptarse y avanzar hacia economías más ecológicas.

Pero no nos vayamos a cantidades tan importantes y a colectivos tan numerosos: contra el cambio climático, la solución está en cada uno de nosotros porque, a su vez, somos nosotros los responsables, algo que ya han demostrado los científicos dedicados a las cuestiones climáticas. Las actividades humanas generan gases de efecto invernadero que elevan la temperatura del planeta al ritmo más rápido de los 2.000 años pasados.

Basta con acordarnos de las primeras semanas de este otoño para caer en la cuenta de que el clima está cambiando, pero los registros nos hacen tomar cierta perspectiva y ver que esta realidad lleva años fraguándose. Sin ir más lejos, la última década (2011-2020) fue la más cálida registrada y cada una de las cuatro últimas ha sido más caliente que cualquier otra década desde 1850.

Y son también las Naciones Unidas quienes avisan de que el aumento de la temperatura es solo el principio. Como la Tierra es un sistema, en el que todo está conectado, los cambios de una zona pueden influir en los cambios de todas las demás.

Las consecuencias del cambio climático incluyen ahora, entre otras, sequías intensas, escasez de agua, incendios graves, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas y disminución de la biodiversidad. Además, puede afectar, y de hecho ya afecta, a nuestra salud, a la capacidad de cultivar alimentos, a la vivienda, a la seguridad y al trabajo.

Por suerte, ya conocemos las soluciones y estas pasan por el cambio de los sistemas energéticos de los combustibles fósiles a las energías renovables, como la solar o la eólica, que reducirá las emisiones que provocan el cambio climático. Las emisiones cero están previstas para 2050, pero alrededor de la mitad de los recortes en las emisiones deben producirse antes de 2030 para mantener el calentamiento por debajo de 1,5 °C. Esta gesta requiere grandes reducciones en el uso de carbón, petróleo y gas.

En este sentido, hay que destacar que, de acuerdo con el instituto vasco de medioambiente Ihobe, se han iniciado el 91 % de las acciones planificadas en el Plan de Transición Energética y Cambio Climático de Euskadi 2021-2024 y el 49 % de ellas ya están en ejecución. Esta hoja de ruta tiene como objetivo reducir en un 30 % la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) respecto a 2005, lograr que la cuota de energías renovables represente el 20 % del consumo final de energía y asegurar la resiliencia del territorio vasco al cambio climático.

Ahorro energético

Para alcanzar muchas de estas metas debe darse a nivel global una transición energética en la que llevamos ya años sumergidos, pero en la que no solo debemos cambiar el 'cómo', sino también el 'cuánto'. Y es que el ahorro energético es cada vez una medida más necesaria, sobre todo en el contexto de inestabilidad y crisis energética en el que nos encontramos. En este sentido, las apuestas de las Naciones Unidas pasan por acciones como subir la temperatura de los aires acondicionados en verano, bajar la de las calefacciones en invierno, mejorar el aislamiento de edificios, instalar sistemas más eficientes para calentar viviendas o incrementar las medidas para reducir el consumo de combustible en el transporte.

Esta cuestión va estrechamente ligada al consumo de energías renovables y, en este sentido, hay que destacar que el pasado 9 de octubre el Consejo de la UE aprobó manera definitiva elevar el objetivo de consumo final de energía renovable de la Unión Europea en 2030 del 31 al 42,5 %. Esta medida supone casi duplicar el consumo de energía verde en la UE en 2030 respecto al 22 % registrado en 2021.

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