Un sector con muchas aristas
Jueves, 9 de diciembre 2021, 12:49
Olga Campandegi - Redera
Es un sector con arraigo en el pueblo y una forma de vida
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Desde los 20 años he estado vinculada al sector pesquero. Desde aquellos inicios han pasado más de tres décadas y aquí seguimos, haciendo de nuestra profesión, la de redera, una forma de vida.
Para mí es una manera de entender la vida y un reflejo de lo que ha sido mi familia. Soy madre, hija, prima... de pescadores y eso es algo que no hemos perdido. Y no es un caso excepcional porque, a día de hoy, el sector pesquero sigue teniendo mucha importancia en Hondarribia. Tiene un gran arraigo entre los vecinos y, además, desde fuera se nos sigue viendo como una localidad con puerto pesquero y mar. Es nuestra historia, nuestro presente y confiamos en que también parte de nuestro futuro. Es cierto que cada vez es más exigente, pero todavía hay nuevas generaciones a las que les motiva un sector con una enorme tradición en nuestra localidad.
A las cerca de 15 rederas que seguimos trabajando en Hondarribia nos toca preparar la campaña de la antxoa, dejar todo listo para que los arrantzales puedan seguir pescando. Es un trabajo con poca visibilidad, pero fundamental para que la cadena de valor del sector pesquero no se rompa. Por eso nos cuidan, conocen nuestra importancia, aunque nosotras, casi siempre mujeres, no salgamos a faenar a nuestras costas.
María Luisa Amunarriz - Excompradora de pescado
Hondarribia cuenta con pescado fresco y de calidad
Siempre he estado relacionada con el sector pesquero, aunque desarrollando diferentes funciones en él, y he vivido de primera mano la evolución de un mundo que ha variado sustancialmente desde que yo lo conocí. Tanto las ventas como los propios barcos han experimentado unos cambios sustanciales en todo este tiempo.
Mis inicios están en el barco familiar con el que comenzamos a capturar desde merluzas hasta txitxarros. Fue un primer paso que me acercó a un mundo nuevo. Una experiencia que no fue excesivamente larga, pero sí muy gratificante. Por aquel entonces, Hondarribia contaba con 68 barcos, una flota más que interesante. Pero mi relación con el mundo pesquero se amplió cuando comencé a colaborar con una compradora de pescado, a la que le ayudábamos a la hora de meter en las cajas todo el producto adquirido. Y de ahí a ser yo misma la que comprara el producto para una pescadería. Una evolución que, como el propio sector, he vivido en primera persona.
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Porque Hondarribia tiene sabor a mar y cuenta con producto de muy buena calidad, fresco. Y eso es un valor que debemos conservar para garantizar el futuro del sector pesquero.
Pedro Carrera 'Pellote' - Arrantzale
Una nueva generación de arrantzales ya está aquí
Nos sentimos orgullosos de nuestra profesión. Tanto es así que si pudiera volver a vivir, repetiría. Son muchos años, con momentos buenos y malos, pero con un balance positivo por todo lo que la pesca me ha dado.
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En el año 2000 me embarqué en una embarcación de Hondarribia, aunque yo soy natural de Pasaia. Es una profesión que conocía por motivos familiares, ya que mi padre estuvo 17 años en la pesca de bajura y mi tío, toda su vida. En cualquier caso, poco tiene que ver la realidad que conocieron ellos a la que estamos viviendo nosotros porque hay barcos y, sobre todo, personas que van desapareciendo. Aún y todo, Hondarribia, que llegó a ser el puerto de referencia del atún rojo, sigue manteniendo su estatus, aunque en el pueblo su importancia se ha visto superada por la hostelería, que también se beneficia del gran trabajo que realizamos.
Una de las buenas noticias para el sector es que hay una nueva generación, formada, con arrantzales de alrededor de 25 años, que está llegando con muchas ganas. Y eso es una grandísima noticia para mantener vivo el espíritu y las ganas de seguir avanzando en un sector que ha sido vital en Hondarribia y que quiere seguir siéndolo. Al pasado lo miraremos con nostalgia, pero al futuro con todo el optimismo para continuar avanzando.
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Estitxu Ortolaiz - Fotógrafa
El sonido del mar y la oscuridad de la noche, un privilegio
Es un colectivo importante en Hondarribia porque muchas familias viven de la pesca: pescadores, rederas, venteras, compradores, pescaderías y restaurantes, entre otros. Hay mucha tradición. Además, es uno de los puertos más importantes que hay en la actualidad.
Durante un año, tuve la oportunidad de subirme varias veces a distintos barcos y ver trabajar a los arrantzales, y fue una sensación maravillosa. Descubrí un mundo muy distinto del que imaginaba. Un trabajo más duro y sacrificado de lo que pensaba. Pero también descubrí el compañerismo, la amistad y el trabajo en equipo. En el mar dependen unos de otros. Siempre se protegerán y ayudarán. Son una gran familia. Además, trabajar con esos paisajes espectaculares, el sonido del mar y la oscuridad de la noche, fue un verdadero privilegio.
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Por eso en mis exposiciones he querido darle valor a un trabajo que es esencial y que en muchas ocasiones está infravalorado. Es una forma de vida muy dura, no sólo para el que sale a faenar, sino también para todo su alrededor. Pero a la vez es un trabajo gratificante, esencial y lleno de valores.
Aún recuerdo que cuando era pequeña el puerto era un lugar vivo, lleno de gente, de barcos, con olor a salitre y pescado. Pero cada vez quedan menos, y es una pena.
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