¿Vivienda nueva?: tendencias en decoración en 2024

El cambio de año siempre trae nuevas tendencias en decoración, interiorismo y hogar. Algunas de ellas llevaban años ganando terreno, pero otras no siempre se ven venir. Unas y otras serán aquellas que los expertos en estas materias nos recomienden cuando acudamos a ellos para decirles que estamos buscando un nuevo hogar o que queremos dar un nuevo aire a nuestra actual vivienda. Y si simplemente queremos cambiar detalles, siempre viene bien saber qué es lo que se lleva.

Así, debemos saber que la nueva decoración clásica es uno de los estilos que más se lleva. Se trata de 'vaciar' un espacio y ver qué elementos merece la pena mantener, recuperar o destacar. En torno a ello, se construirá el resto de la decoración. Siguiendo con esta línea, debemos ser conscientes del auge de los materiales nobles y naturales, como el mármol (lleva años siendo imprescindible en cualquier reforma) y la caliza.

Lo vintage se seguirá llevando en muebles y, entre los sofás, destaca cómo los sofás esquineros son, por mucho, la opción más demandada: optamos mucho antes por su sofá grande, con varias plazas, que nos sirva tanto para sentarnos y recibir una visita como para tumbarnos a descansar, que por un sofá de menor tamaño acompañado de varios sillones o sillas.

Hay otros muchos detalles y estilos que tienen cada vez más adeptos, como es el caso de la palillería o los listones en paredes para dar calidez al espacio, las rayas en cortinas, butacas o cojines; los dameros estilo XXL, no tanto en azulejos (aquí las ilustraciones parecen imponerse a la geometría en este 2024) sino en alfombras; o los volantes en textiles. Y también se lleva mucho el contraste de estilos entre interior y exterior: lo moderno en un ambiente rural o lo rural en un entorno moderno.

No, no nos referimos al minimalismo, una corriente que nunca pasa de moda, sino a esa tendencia de tener menos muebles o menos piezas decorativas, pero que sean de calidad o de autor. No es necesario tener muchos muebles, sino tener los justos pero que, eso sí, sean piezas con personalidad, que llamen la atención por sus formas o materiales. Para tener cualquier otra creación que quede a su sombra, es mejor renunciar a ella. Lo mismo sucede con las obras de arte o con los elementos de decoración: es mejor que sean de calidad, llamativas o de autor, aunque sea solo una, a que sean varias sin demasiado valor o estética. En definitiva: aquello que esté de relleno, sobrará.

Pantone, una referencia mundial en lo que a tonos se refiere, adelanta cuál será para ellos el color de cada año. A finales de 2023 sorprendió con su 'peach fuzz' o, dicho de otra manera, el color melocotón. Es un tono entre el naranja y el rosa, que transmite paz y equilibrio, suave y aterciopelado y que, según la marca, «tiene un espíritu envolvente que enriquece la mente, el cuerpo y el alma». Un contrapunto, sin duda, al explosivo y atrevido magenta del año pasado.

No obstante, esta tonalidad melocotón también supone una apuesta, más moderada que la de 2023, eso sí, en cuanto a decoración. Es por ello que hay quien prefiere elegir tonos que llevan tiempo ganando terreno y que son una elección siempre acertada. Es el caso, por ejemplo, de los colores tierra, que llevan años siendo una tendencia y que durante este 2024 no dejarán de serlo. Entre ellos, está muy de moda el terracota, un color terroso que encaja a la perfección con muchas otras tonalidades.

En esta misma línea de conexión con la naturaleza, gana también terreno el verde oliva. No es siempre sencillo utilizar esta paleta de colores en decoración, pero este tono, tanto en su versión suave como en la más intensa, está siendo ya uno de los colores protagonistas porque, de alguna forma, nos trae el bosque, y su paz, a nuestras habitaciones.

Hay otras dos propuestas que también están teniendo su cuota de mercado: una es el rosa palo y la otra es el azul claro. Ambos pueden ir mucho más allá de los espacios infantiles, porque combinan a la perfección con muchos otros tonos. El rosa palo es el 'legado' de dos grandes éxitos de 2023: el magenta que propuso Pantone y la 'barbiemanía'. Para este 2024 se propone, eso sí, en un tono más moderado.

Algunos expertos señalan también tres colores que desaparecerán ya de las paletas de los profesionales de la decoración: el mostaza, muy de moda hace años pero que dará paso a tonos más suaves del amarillo, como el color mantequilla; los lilas, una propuesta de Pantone en 2020 pero que se ha visto que no son en absoluto sencillos de encajar; y tonos empolvados, especialmente el rosa.

Hay que tener en cuenta que las tendencias en decoración y en hogar muchas veces deben ir de la mano de las nuevas formas de vida y deben ser, por supuesto, prácticas y fácilmente aplicables para una mayoría de las personas. Por ello, no se puede obviar que los hogares tienen hoy en día un menor tamaño que antaño y que, por ello, debemos aprovechar

muy bien los espacios. En este sentido, los muebles multifuncionales han llegado también para quedarse.

Estamos hablando de, por ejemplo, sofás con almacenamiento pero que, además, también se pueden convertir en cama, mesas que pueden ser tanto abatibles como extensibles, radiadores que se pueden utilizar como estantería o mesitas auxiliares que pueden funcionar como puf o asiento. En el mundo de la multifuncionalidad, las posibilidades son infinitas.

La tecnología está, y seguirá estando, cada vez más presente en nuestros hogares. La domótica, de una manera u otra, está ya integrada en las casas, sobre todo si estas son de reciente construcción. Iluminación que funciona por medio de asistentes de voz, motores que suben o bajan las persianas o llamadas al telefonillo o timbre que se ven reflejadas en nuestros teléfonos móviles son solo algunos ejemplos que dejan claro cómo la domótica, de una u otra forma, ya ha entrado en la mayoría de los hogares.

Pero las posibilidades que nos ofrece la tecnología son infinitas y, día a día, siguen evolucionando. Uno de los inventos que más gancho está teniendo es el espejo táctil con sistema de regulación de la iluminación: tocando el espejo, aumentas o reduces la intensidad de la iluminación que en él está integrada. Otro es esa televisión que, cuando está apagada, se transforma en un cuadro de arte que, además, puede cambiar de obra tantas veces como queramos.

Además, hay que tener en cuenta que, normalmente, los avances en tecnología suelen ir supeditados a otras tendencias de mayor magnitud. Y, en este sentido, hay dos que destacan: la seguridad y la sostenibilidad, porque todos queremos hogares seguros, sostenibles y eficientes. Para una casa segura, es imprescindible la tecnología y la integración de los diferentes sistemas en la red. En este terreno, la biometría está cada vez más implantada: hasta hace poco, nos podía parecer propio de una película acceder a nuestros hogares con nuestras huellas dactilares o con técnicas de reconocimiento facial, pero hoy es una realidad cada vez más frecuente. Por otro lado, los sistemas inteligentes nos avisarán también de cualquier fuga de gas o del humo, por ejemplo.

En el ámbito de la eficiencia, la tecnología también tiene mucho que decir. Con aparatos baratos y muy sencillos de usar podremos programar cuándo queremos que se enciendan las lámparas si nos vamos de vacaciones o a qué hora queremos que se conecte o desconecte la calefacción o el aire acondicionado. Además, cada vez es más sencillo saber cuánta energía consume cada uno de nuestros aparatos y, consecuentemente, darle un menor o mayor uso.

Hay un nuevo concepto que también ha llegado para quedarse y no es otro que el de 'cohousing', es decir, cada vez es más habitual que la vivienda se comparte entre amigos, compañeros de trabajo, distintas parejas... La estructura padres + hijos conviviendo bajo el mismo techo ya no es, ni mucho menos, la única. Ello ha llevado también a otras dos tendencias. La primera es la de los espacios flexibles, ya que, en muchos casos, es necesario que la misma estancia sirva, por ejemplo, para dormir o trabajar, o sea en ocasiones sala de estar, y, en otras, un pequeño gimnasio. Por otro lado, cada vez se llevan más los espacios compartidos. Lo pueden ser entre los diferentes inquilinos de una misma casa, pero también entre los propietarios de una misma comunidad. Hasta ahora en algunos casos se compartían el jardín o la piscina, pero ahora cada vez se lleva más tener en común un 'txoko' o sociedad, una sala de proyecciones, un gimnasio o una sala de servicios, con lavadora o secadora, entre otras utilidades.