La terapia multidisciplinar de la obesidad, clave para su tratamiento

Según el laboratorio farmacéutico Novo Nordisk, el 74% de la población vasca reconoce la obesidad como enfermedad, pero un 69% aún considera que es algo evitable. A simple vista la obesidad es algo fácil de definir. Si una persona consume más calorías que las que gasta aumenta de peso. Pero realmente no es tan sencillo.

En la obesidad influyen múltiples factores que hay que tener en cuenta a la hora de tratarla. Ese sería el resumen de lo que se trató en el foro 'Abordaje integral de la obesidad desde distintas perspectivas', organizado por EL CORREO en colaboración con Novo Nordisk, y en el que participaron Guillermo Herrero, director de Salud Pública y Adicciones del Gobierno vasco, Fernando Goñi, endocrino del Hospital de Basurto, y Federico Luis Moya, Presidente de ANPO (Asociación Nacional de Pacientes con Obesidad). La periodista Ainhoa García fue la encargada de moderar el debate que comenzó cómo no podía ser de otra manera, explicando qué supone la obesidad realmente. «Es una enfermedad crónica –que afecta al 13,5% de los adultos vascos– se produce porque hay una alteración de los mecanismos de regulación», introdujo Goñi. «Hay razones de tipo genético, ambiental, social… y luego nuestro organismo come por diferentes causas, por sobrevivir, por placer y por razones sociales», resumió el experto, quien quiso resaltar que para diagnosticar obesidad no hay que quedarse solo con el IMC. «Esto no tiene en cuenta ni la edad, ni el sexo ni la complexión. Puedo tener dos personas con el mismo IMC y una tener obesidad y la otra no, porque una tiene un exceso de grasa y la otra lo que tiene es músculo».

Tal y como comentaron en el foro, hay que tener en cuenta que la obesidad no es solo un tema estético, sino que provoca más de 200 enfermedades. «Acompaña a enfermedades metabólicas como la diabetes, cardiovasculares, ictus, apnea del sueño, incontinencia urinaria, infertilidad, hígado graso no alcohólico e incluso hay 13 tipos de cánceres asociados», enumeró el endocrino. De ahí la importancia de la actuación. «Es una epidemia mundial, y el paciente tiene que acudir a la consulta, pero tiene que ser por decisión propia».

Sin embargo, para muchas personas con obesidad, acudir al médico se hace difícil debido al estigma social. «Aún se oye eso de 'cierra la boca y camina'», lamentó Federico Luis Moya. «Es un deporte de equipo y deberíamos estar todos enfocados en mejorar la salud de las personas», recalcó el presidente de ANPO.

Moya es un buen ejemplo de que la obesidad no está solo causada por comer de más. En su caso, el detonante fue quedarse fuera de un campeonato de natación tras lo que colgó el bañador. «Pasé de hacer ejercicio 8 horas diarias y controlar la alimentación a no saber qué tenía que comer después de dejar el ejercicio», relató. A esto se le unió la muerte de su madre, tras la que se refugió en la comida. «El día que no me pude atar los cordones de los zapatos para ir a trabajar y tuve que pedir ayuda a mi padre cambié el chip», reconoció. Había alcanzado un peso de 183 kilos y las 'dietas fotocopias' no le servían de nada. «Hacía lo que me mandaban, pero no bajaba de peso, así que opté por la cirugía bariátrica».

Ese sería uno de los tratamientos actuales, pero no el único. «Lo primero a tener en cuenta es que tiene que ser individualizado. Y, por suerte, ahora disponemos de herramientas terapéuticas como fármacos, sobre la base de hábitos alimenticios y de actividad física, así como la cirugía bariátrica», dijo Goñi.

Solo faltaría que fueran financiados. «Si conseguimos reducir la prevalencia podríamos compensar el gasto sanitario», reconoció Guillermo Herrero, quien se mostró partidario de las unidades multidisciplinares. «La obesidad es un problema integral por lo que hay que meter en la ecuación a todos los profesionales. Y tener en cuenta el componente psicológico que es importante». «No vivimos así porque queremos, y quien diga que sí miente o está intentando tapar otros problemas», aseveró Moya. «Y hay mucha gente que se opera y se olvida cuando llega a su peso ideal, pero es un error porque es una enfermedad crónica. Es para toda la vida. lo que significa que podemos volver a recuperar el peso si surge algo que nos haga volver a caer. No debemos olvidarnos».

Guillermo Herrero quiso incidir en un problema creciente. «En Euskadi el porcentaje de niños y adolescentes con sobrepeso es mayor que la media del Estado y esto redunda en que tengan más posibilidades de tener obesidad de adultos. Además, es un hecho que depende de muchos factores. Hay mucha influencia social, con menos ingresos más porcentaje de obesidad. También afecta el nivel de estudios de los padres, la publicidad…». Además «la oferta alimentaria tiende a ser cada vez más calórica, con más edulcorantes y menos nutritiva y ya vemos que la actividad física está viéndose afectada por el uso de pantallas».

Esto lleva a pensar, ¿dónde se ha quedado la dieta mediterránea? «Hay un porcentaje muy alto que la sigue, pero por ejemplo solo el 50% de los niños come fruta a diario y si hablamos de verduras el porcentaje baja al 23%», especificó el director de Salud Pública y Adicciones del Gobierno vasco.