El embrión de un centro pionero
El 12 de julio de 1975, hace medio siglo, se inauguró con un carácter pionero y ambicioso Policlínica Gipuzkoa. Su embrión está en 1958, pero no fue hasta 1970 cuando se creó la sociedad
Viernes, 11 de julio 2025, 14:13
Corría el año 1958 cuando Carlos Elósegui, alma mater a la hora de llevar adelante el proyecto de Policlínica Gipuzkoa, comentó en una reunión informal a sus compañeros médicos que en San Sebastián existía la necesidad de crear una clínica privada que pudiera dotarse de los avances técnicos más modernos.
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Fueron cuatro (el director del Hospital Militar y cirujano de la Cruz Roja, Manuel Cárdenas; el ginecólogo Julio Albea, el neurocirujano Mariano Arrázola y el propio internista, Elósegui) los compañeros facultativos que se pusieron de acuerdo en la necesidad y viabilidad del proyecto y empezaron a dar los primeros pasos para buscar un terreno donde poder ubicar el nuevo centro hospitalario, además de contactar con otros médicos que pudieran sumarse a esta ambiciosa y atractiva empresa.
Elósegui, después de haber estado capitaneando el Hospital Provincial durante nueve años, reemprendió en 1968 el proyecto de Policlínica Gipuzkoa, que había quedado apartado durante diez años, junto con algunos compañeros médicos provenientes del Hospital y otros de la Cruz Roja. La intención de estos pioneros era construir una clínica privada de calidad que respondiese a los retos del futuro, lo cual pasaba necesariamente por contar en todo momento con una tecnología médica punta y con una capacidad que rondase las doscientas camas. «Nuestra intención fue crear un centro hospitalario donde las directrices de trabajo dependieran en exclusiva de los médicos y no tener que amoldarnos, como en las instalaciones públicas, a un modelo de política sanitaria donde las directrices venían marcadas de antemano desde arriba», razonaba el doctor Elósegui hace ahora 25 años.
En esta definitiva tentativa se invitó a participar en el proyecto de Policlínica a todos aquellos médicos que, trabajando en el Hospital Provincial, quisieran sumarse en la creación del nuevo centro. Por motivos operativos, el núcleo activo hasta la apertura en 1975 lo compusieron nueve personas: Carlos Elósegui, Mariano Arrázola, Antonio Palacios, Ignacio Gorostidi, Mª Carmen Martínez de Ubago, Manuel Cárdenas, Benedicto Zaldúa, Carlos Sanz y Vicente Asuero.
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Durante cinco años, estos médicos visitaron clínicas europeas y españolas para conocer los detalles y las experiencias que pudieran tener cabida y acomodo en Policlínica Gipuzkoa. «Una clínica no es una casa. Y son los médicos, en colaboración y simbiosis con los arquitectos, quienes deben marcar las líneas directrices a la hora de construir los quirófanos o las consultas, ya que somos los que mejor conocemos los intríngulis y necesidades de estas dependencias», confirmaba Mariano Arrázola.
Todo el trabajo y la ilusión de los 33 socios médicos y de los 23 socios no médicos (su participación era esencial en términos económicos, pero también por la experiencia que aportarían en una gestión que no podía depender exclusivamente del idealismo médico) se vio culminada el 16 de abril de 1970 con la firma de la escritura de constitución de la sociedad Policlínica Gipuzkoa.
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Marcando el camino
Después de cuatro años de trabajos en la construcción y acabado del edificio, el 12 de julio de 1975 pudo inaugurarse Policlínica Gipuzkoa, con un carácter siempre pionero y ambicioso. Como muestra de ello, fue el primer centro sanitario del Estado que contó con un escáner en 1976. Han sido 50 años de hitos en el terreno de la medicina y la atención.
En 1997, Policlínica Gipuzkoa inició la remodelación de sus plantas de hospitalización, una obra dirigida por el arquitecto donostiarra Fernando Arizmendi. Así, en el año 2000, Policlínica Gipuzkoa contaba con 149 camas en 63 habitaciones individuales, 40 estancias dobles y seis suites. La dulcificación de las habitaciones se consiguió mediante una combinación atrevida de una gama de colores en puertas y paredes, una resolución de alto standing en los aseos o la integración en el espacio del mobiliario, aire acondicionado, televisión y teléfono.
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A comienzos del siglo XXI, Policlínica Gipuzkoa ocupaba una superficie construida de 19.000 metros cuadrados distribuidos en ocho plantas, pero ya contaba con un ambicioso plan de expansión que le permitiría crecer físicamente y poder ampliar sus servicios (nuevos quirófanos o desarrollo de la cirugía ambulatoria), así como desarrollar nuevas tecnologías como la telemedicina.
Si hay algo que ha caracterizado, y caracteriza, a Policlínica Gipuzkoa, además de su apuesta decidida por contar con los medios sanitarios más avanzados, ha sido el potencial humano que, a lo largo de estos últimos 50 años, ha trabajado denodadamente por ofrecer un servicio sanitario personalizado y de calidad a la sociedad guipuzcoana.
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El cambio de siglo no cambiaría el espíritu ni vocación de Policlínica Gipuzkoa, que en 2015 comenzaría una nueva etapa en su trayectoria.
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