«Dificultades hay todos los días, pero eso se compensa con la ilusión y el compromiso»

A su modo de ver, «el mundo lleva concienciándose ya desde hace diez años sobre el impacto de la cadena alimenticia en el medioambiente». En ese sentido, «identificamos que había un problema grande» y bien es sabido por todos que «los sistemas tienen sus limitaciones y que tenemos que buscar nuevas formas», añadía.

Eso sí, para hacer frente a ese reto cuenta con el mejor equipo. «Hay muy pocas cosas que se pueden hacer solo en esta vida», lanzaba. «Hoy en día también tenemos más capacidad de conectar, algo que permite que los proyectos también se aceleren y que haya mayores posibilidades de éxito», defendía.

No obstante, como todos los proyectos, el suyo también ha tenido que superar baches: «Dificultades hay todos los días, pero eso se compensa con la ilusión y el compromiso. Los obstáculos son muy variados, son continuos y ante eso hay que intentar no desistir», avisaba.

En ese sentido, la aceptación del público es primordial. «Siempre afecta a cualquier tipo de producto que creemos, pero más a este porque es un producto de consumo. La comida es cultura y todos tenemos mucho que decir sobre ello», analizó. Y la comunicación juega un papel muy importante en el mundo actual: «Hay que informar de forma transparente al consumidor sobre qué es lo que cada producto ofrece y sobre sus beneficios».

Por último, el recibir apoyo económico privado y público es lo que ayuda a interpretar si una idea puede tener éxito o no. «Cualquier proyecto de base tecnológica debe tener dos patas desde el punto de vista de la financiación. Es una buena forma de autoexaminarse y ver si de verdad el proyecto merece la pena», terminó diciendo.