Los toros serios y nobles de la ganadería Palmosilla protagonizarán el penúltimo encierro de San Fermín

Penúltimo encierro de San Fermín el de este domingo. Solo quedan dos ganaderías por recorrer las calles del Casco Viejo de Pamplona: Palmosilla y Miura. Los primeros, propiedad de Javier Núñez, fueron la revelación de hace tres años. Este año, este hierro joven, vuelve a Pamplona a demostrar su valía.

Los astados, de encaste Domecq, pastan en la finca 'La China', en Tarifa. Suelen ser toros de pureza del encaste Domecq, pero también presentan una evolución moderna del toro bravo. Son serios y nobles.

El año pasado, los astados de La Palmosilla abrieron los encierros de San Fermín con un corneado y seis traumatismos. Duró 4'02'' por dos toros que permanecieron mucho tiempo en el ruedo.

Por la tarde, serán lidiados por Jiménez Fortes, Fernando Adrián y Ginés Marín.

Como manda la tradición, la leyenda viva de la crianza de bravo, los temidos Miura, serán los encargados de recorrer por última vez los 846 metros que separan los corrales de Santo Domingo de la plaza de toros y lo harán mañana lunes.

Estos imponentes astados, de encaste Cabrera, pastan en la emblemática finca de 'Zahariche', en el término sevillano de Lora del Río. Su nombre despierta respeto. Los Miura son sinónimo de fuerza, bravura e imprevisibilidad, y su sola presencia basta para poner en vilo tanto a corredores como a espectadores. Con este encierro, cumplirán su participación número 43 en Pamplona.