Un tercio de los vascos cree que una reducción para el cuidado de familiares afecta negativamente a la trayectoria laboral
Las mujeres ocupadas dedican una media de 2,2 horas al día al cuidado de personas mayores frente a la 1,6 horas de los hombres
El peso de los cuidados sigue recayendo principalmente en las mujeres. Aunque cada vez son más los hombres que dedican parte de su tiempo a ... a cuidar a mayores y niños, la brecha de género en las tareas de cuidado sigue siendo significativa. Según datos de Eustat recogidos en su Encuesta sobre la Conciliación de la Vida Laboral, Familiar y Personal en 2024, las mujeres ocupadas dedican una media de 2,2 horas al día al cuidado de personas mayores y 4,7 horas a menores de 15 años. Por su parte, los hombres dedican 1,6 y 3,5 horas, respectivamente. La diferencia total es de 1,8 horas diarias.
Estas desigualdades se reflejan también en las dificultades percibidas para conciliar vida laboral y cuidado de personas dependientes. Mientras el 30,2% de los hombres declara tener una «alta dificultad» para compaginarlas (tres décimas menos que en 2023), el porcentaje asciende al 41,2% en el caso de las mujeres, lo que supone un aumento de 6,1 puntos respecto al año anterior.
Las dificultades de conciliación no se limitan al cuidado de personas mayores, sino que también afectan de forma significativa a la crianza de hijos y al tiempo libre para realizar actividades personales. Aunque se ha registrado una mejora respecto a 2023, con una reducción de 3,1 puntos porcentuales, aún el 26,1% de las personas ocupadas encuentra complicaciones para compatibilizar su empleo con el cuidado infantil. Sin embargo, aunque el 26,9% expresa grandes dificultades para compaginar su actividad laboral con la realización de actividades personales, se ha producido una bajada de 0,8 puntos.
En este contexto, los datos de Eustat revelan que, en los hogares donde ambos miembros de la pareja están ocupados, la responsabilidad del cuidado de menores durante la jornada laboral recae principalmente en los centros escolares (87,7%). En menor medida, esta tarea es asumida por familiares o personas no remuneradas (4,2%) y, en un porcentaje aún más reducido, por ambos progenitores de forma conjunta (3,9%).
La percepción social y laboral en torno a los permisos por cuidado también muestra diferencias de género. Un 19,1% de los hombres teme que solicitar un permiso de paternidad pueda afectar negativamente a su carrera profesional, una inquietud que se intensifica entre las mujeres: el 28,5% considera que el permiso de maternidad puede tener consecuencias negativas. Estas diferencias se agravan si se analiza el impacto percibido en las posibilidades de promoción: solo un 9,5% de los hombres cree que ejercer la paternidad puede perjudicar su desarrollo profesional, frente al 24,8% de mujeres que consideran que la maternidad representa un obstáculo real.
A este escenario se suma un creciente temor a que solicitar una excedencia o una reducción de jornada por motivos familiares afecte de forma negativa a la trayectoria laboral. Esta preocupación ha aumentado 5,8 puntos porcentuales respecto al año anterior y es más frecuente entre las mujeres (35%) que entre los hombres (29,3%). No obstante, casi la mitad de la población ocupada considera que acceder a una excedencia (49,1%) o a una reducción de jornada (48,8%) no representa una dificultad significativa.
17,1% de los trabajadores teletrabajan
En cuanto a las tareas del hogar, el reparto sigue siendo desigual. Las mujeres ocupadas dedican 2,1 horas diarias a las labores domésticas, frente a las 1,6 horas que destinan los hombres. Aunque la brecha se ha reducido desde 2015, aún persisten diferencias significativas. Esta desigualdad repercute también en el nivel de satisfacción dentro de la pareja. El 15,6% de las mujeres se declara «muy insatisfecha» con la colaboración de su cónyuge o pareja, frente al 77,6% de hombres que afirma estar «muy satisfecho» con la implicación de su pareja. Sin embargo, la satisfacción con el tiempo personal dedicado a estas tareas es similar: un 52,1% de hombres y un 49,0% de mujeres se declaran satisfechos.
El aspecto peor valorado es el de la promoción laboral con un 4,0, seguida por la flexibilidad de horarios con un 6,5, el descanso durante la jornada laboral con un 6,6 y la remuneración salarial con un 6,9. Los aspectos más valorados son la jornada laboral y las vacaciones y permisos con un 7,4 y la estabilidad con un 7,8.
En cuanto al teletrabajo, el 17,1% de las personas ocupadas trabaja desde casa, al menos de forma ocasional. De ellas, el 7,4% lo hace la mitad o más de los días laborables, mientras que el 9,7% lo realiza esporádicamente, una cifra que ha crecido respecto a 2023 y 2020.
En cuanto a los tipos de jornada, se observa un descenso sostenido de la jornada partida, que ha pasado del 40,9% en 2015 al 27,3% en 2024. En sentido contrario, la jornada continuada ha aumentado del 50,8% al 60%, y la mixta, del 8,3% al 12,7%.
Respecto a las preferencias laborales, la mayoría de la población ocupada prefiere ser asalariada (86%) frente a autónoma (14%). También hay una inclinación clara hacia el empleo público (62,3%) frente al privado (37,7%). En cuanto al tamaño de la empresa, la preferencia está más equilibrada: el 57,6% prefiere grandes empresas, y el 42,4%, pequeñas.
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