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Imagen de la humareda causada por el incendio. calabor

Un incendio devasta una panificadora de Barakaldo y provoca un gran susto a miles de vecinos

El fuego, ya extinguido, ha arrasado el obrador de Kurrusku Kai Alde, donde los trabajadores han intentado apagarlo: «Hemos vaciado todos los extintores pero sin suerte»

Lunes, 19 de abril 2021, 10:29

Daños materiales importantes en una panificadora y un gran susto para miles de personas que han visto esta mañana, sobre las 09.30 horas, cómo ... una enorme columna de humo negro ascendía hacia el cielo en el límite entre Barakaldo y Sestao. Una señal de alarma que ha sido visible incluso desde Leioa o Trapagaran. Es el resultado del pavoroso incendio que ha acabado con el obrador central de la empresa Kurrusku Kai Alde, que cuenta con una treintena de despachos de pan y pastelería en la ¡Margen Izquierda. Afortunadamente, la humareda se ha ido hacia la zona del Carrefour de Sestao y no ha afectado en exceso a cuatro centros escolares que están a escasos metros del lugar del siniestro. La suerte también ha permitido que el fuego no llegara a los depósitos de etileno, propano y gasoil que tenían dos empresas adyacentes. «De lo contrario, se podría haber descontrolado, porque ha sido, de por sí, ya un fuego grande», comentaba el responsable del operativo de Bomberos, Javier Pinos, que ha actuado junto a 27 compañeros de los parques de Urioste, Artaza, Derio y Basauri.

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Las llamas han comenzado poco después de las 09.15 horas, muy cerca de la rotonda que está junto al puente del río Galindo y que canaliza el tráfico hacia el Megapark, al final de la cuesta de Paules. Se trata de un entorno no muy poblado pero que registra una intensa actividad humana por la presencia de empresas, supermercados y centros escolares (Ibaibe, Paules, Minas e Instituto Beurko). Las causas del incendio se están investigando. No obstante, uno de los empleados del negocio de panaderías le ha comentado a un ertzaina que «ha prendido un horno que estaba apagado» y que las llamas se han podido avivar con restos de gasoil, ya que una parte de la maquinaria que había en el pabellón es mixta (funciona con electricidad pero también con combustible por si hay un corte en el suministro). Al ver el fuego, los trabajadores, una decena, han cogido los extintores para intentar solventar la situación. «Hemos estado muy rápidos y hemos vaciado todos los que teníamos, pero no hemos podido salvar la nave. No ha habido suerte, pese a que hemos hecho todo lo que hemos podido», se lamentaba uno de ellos.

En ese momento, los empleados han optado por desalojar ante el riesgo que corrían sus vidas. Sólo a unas decenas de metros, el profesor de gimnasia de la Ikastola Ibaibe ha visto cómo empezaba a ascender el humo. Inmediatamente ha dado aviso a los Bomberos y ha confinado a los alumnos en el gimnasio. El 112 ha recibido un buen número de llamadas por lo aparatoso del suceso. En pocos segundos, la columna de humo ha pasado de gris a negro (posiblemente al arder cableado eléctrico, combustible y plástico) y ha ascendido hacia el cielo formando un hongo visible desde varias localidades de alrededor.

El tráfico ha sido parado, la zona acordonada y un super de la franquicia DIA ha tenido que evacuar también a sus clientes y bajar la persiana durante un par de horas. «Cuando he llegado salía un poco de humo, pero no mucho, y le he comentado a las compañeras: 'Oye, chicas, esto no es normal, ¿no?', y de repente ha empezado a salir mucho más», ha explicado una de las trabajadoras, Tamara López. «Nos ha dicho la Ertzaina al de un rato que debíamos desalojar por miedo a que explotara algo. Sí, hemos pasado miedo. No había muchos clientes, estaban ya pasando por caja y les dijimos que se fueran. Había gente en el parking, pero la policía cortó de inmediato el tráfico», ha relatado. «Han salido los empleados del obrador y a uno le hemos dado agua porque tosía y estaba muy rojo».

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Sobre las 10.15 horas se han vivido momentos de tensión, ya que se ha escuchado un ruido fuerte y seco, como una explosión. Los Bomberos, que desplegaron hasta seis dotaciones de tres parques diferentes, trabajaban con intensidad en ese momento. Al parecer, el estruendo procedía del colapso del tejado de la nave, cuya estructura es de vigas metálicas. El intenso calor las ha deformado y han acabado por ceder. El resto de la estructura se ha apuntalado y no parece que vaya a caer, al menos, por el momento.

A unos 300 metros del obrador, sentados en un banco, permanecía una decena de panaderos. Estaban desolados. «Hemos salido con lo puesto. A todo correr. Nos hemos dejado desde las llaves de casa hasta la cartera y el móvil. Pero, bueno, lo más importante es que no ha habido daños personales», decía uno de ellos. El propietario del negocio estaba también abatido. Miraba el humo con tristeza en la mirada. «Hay un buen número de familias que viven de esta empresa. Somos 40 empleados en fábrica y hoy, en el turno de mañana, estábamos unos diez», se dolía Luis Gómez, en el negocio del pan desde 1983. «Está asegurado pero a ver cómo lo hacemos porque esto tiene pinta de que va a quedar todo destrozado». La empresa tiene otro punto de elaboración más pequeño, así que tendrán que tirar de ese recurso en las próximas semanas.

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En el lugar se ha personado la alcaldesa de Barakaldo, Amaia del Campo, que ha mostrado su alivio porque no se hubieran registrado heridos. El fuego ha causado también gran inquietud en los negocios contiguos al de la panificadora. Se trata de una óptica y una empresa de alquiler de equipos y material de soldadura. «Esperemos que todo salga bien y no hayamos sufrido muchos daños», se conjuraba su gerente, Javi Llamas, que seguía el trabajo de los Bomberos y no dudaba en echar una mano para explicarles cómo está configurada su empresa y en qué lugar están sus depósitos de etileno y propano, que no se han visto afectados. Al parecer, afortunadamente, el fuego ha arrasado el obrador, pero no parece que haya afectado demasiado a los locales colindantes.

Las autoridades han recomendado a los vecinos y los colegios cercanos no abrir ventanas (algo difícil porque se está dando clase con la máxima ventilación posible por el Covid-19). En la Ikastola Ibaibe se ha optado por confinar a los alumnos hasta que pase la situación de emergencia. «Nos hemos dedicado a cerrar las ventanas. No se nos ha llegado a meter ni el humo. Hemos actuado con calma», ha apuntado Marta Candela, secretaria del centro.

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