Adiós entre flores y lágrimas

Las clases no se han suspendido, pero tampoco ha sido una jornada escolar al uso. Veinte minutos antes de las 15.00 todos los alumnos y profesores del instituto se han reunido para orar por la profesora. Después, tanto el director como el marido de la maestra Lassalle han tomado la palabra. «Han hablado de su gran dedicación por la enseñanza», ha contado a la salida el donostiarra Teo. Tras ello, «un emotivo minuto de silencio en el que hemos visto a los profesores muy afectados». Durante todo el día, este donostiarra ha notado «un ambiente muy pesado en el que nadie sabía muy bien cómo actuar».

En lugar de recibir las lecciones de matemáticas como todos los días, «hemos dedicado tres horas en clase para hablar con los profesores sobre nuestras emociones», ha contado el estudiante Dorian Lacasa. Algunos alumnos han intentado dejar el tema a un lado, pero Lacasa ha visto cómo la «mayoría de chavales hablaban de la agresión en el patio». Un suceso que nadie se podía esperar y menos «en un cole tranquilo como este».

El acto de recuerdo ha sido a puerta cerrada, solo para alumnos y profesores, pero eso no ha evitado que decenas de personas se hayan acercado a la puerta del instituto para dejar un ramos de flores. Alguno de ellos con mensaje incluido: «Para ti Agnès. Eres y serás siempre una estrella brillante y más que las otras. Nena y Luz».

Una de esas personas ha sido Alexia, que estudió en el liceo hace diez años. Con las lágrimas en los ojos ha señalado que «Agnès era una profesora muy buena y una persona muy bonita». Todavía sin creer lo sucedido, se ha alejado de la zona con una amiga notablemente afectada.

A las puertas del liceo, debajo de los paraguas, tres padres de Irun, Hondarribia y Hendaia han ojeado los ramos de flores mientras esperaban la salida de sus hijos. «Nos enteramos ayer del asesinato porque los propios chavales nos escribieron por el móvil», han comentado. Encerrados en las clases y pensando que se trataba de «algún atentado», estos padres señalan que «la policía llegó muy rápido». Si bien no se lo esperaban, aclaran que «esto puede pasar en San Juan de Luz o en Irun».

Los tres padres coinciden en que el miércoles, cuando sus hijos llegaron a casa, «no podían hablar de lo presente que tenían el susto y el miedo vivido». De todas formas, los chavales no han tenido problemas para volver al liceo, ya que «tenían ganas de hablar con sus amigos y desahogarse».