San Adrián: el túnel del tiempo
Aranzadi ·
Los últimos hallazgos en el enclave entre los montes Aizkorri y Aratz confirman la presencia humana en el Paleolítico medioR. Korta
Jueves, 10 de agosto 2023, 02:00
Los últimos hallazgos que la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha documentado en el túnel de San Adrián certifican su condición de enclave de un grupo ... humano durante el Paleolítico medio, y encaminan la próxima campaña a seguir la pista de los Neandertales en la zona. Según Aranzadi, nunca antes se había encontrado cultura neandertal a una altitud tan grande como es el caso de San Adrián, que se encuentra a 1.000 metros de altitud en el singular entorno abierto entre los montes Aizkorri y Aratz, y que acoge bajo las paredes del túnel una buena parte de los periodos de presencia humana en nuestro territorio, desde la prehistoria hasta nuestros días.
Coordinados por los arqueólogos de Aranzadi Alfredo Moraza, Manu Zeberio y Jesus Tapia, una decena de estudiantes y voluntarios han localizado el pasado mes de julio fragmentos de fauna y una docena de utensilios de piedra en la zona más próxima a la antigua Ermita (polvorín carlista). La mayor parte de esos huesos presenta signos de uso humano para su descarnado –huesos golpeados y rotos para extraer la médula–. En cuanto a los utensilios de piedra, la mayoría son lascas y un raspador, ejecutados tanto en sílex, –procedente de Urbasa y Treviño– como en arenisca. Son piezas elaboradas a través de técnicas muy específicas y especiales que nos ponen en relación directa con el grupo humano de los neandertales. Estas piezas aparecieron al final de la campaña por lo que el próximo año el equipo de arqueología seguirá la pista de los Neandertales en San Adrián.
Un gran muro
Antes de desaparecer hace unos 40.000 años, durante la Edad de Hielo, los neandertales mantuvieron relaciones con nuestra especie en distintos lugares de Eurasia, y en nuestro genoma subsisten algunas huellas genéticas en una pequeña proporción.
En el otra área de trabajo, en el emplazamiento del antiguo ostatu o venta caminera, se ha podido certificar la presencia de un muro de grandes proporciones, unos 13 metros de largo y 1,20 de ancho, prácticamente reducido a sus cimientos. Este muro podría haber sido una fortificación militar habilitada en un momento bastante temprano (en torno a los siglos XI o XII aproximadamente). Un castillo que pudo ser edificado por el Reino de Pamplona con el objeto de garantizar el control de este estratégico sector, a caballo entre los territorios actuales de Gipuzkoa, Álava y Navarra.
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