¿Cuál es el origen de las alitas de pollo?

Todos conocemos las alitas de pollo. A día de hoy, a nadie le sorprende encontrarse este plato en las cartas de cualquier bar o restaurante, pero podríamos decir que su popularidad es, al igual que su origen, bastante reciente.

Este afamado plato esconde una curiosa historia ligada al cuándo y cómo comenzó a prepararse. Una historia que vamos a descubrir con motivo del Día Mundial de las Alitas de Pollo que se celebra cada 29 de julio.

Aunque son muchas las leyendas que rodean al origen de las alitas de pollo, hay una versión que tiene más peso que las demás y que se considera como la verdadera y oficial. Habría que remontarse a 1964, en Estados Unidos, para hallar la primera vez que se prepararon las alitas de pollo.

Se cuenta que fue en el bar Anchor (Buffalo, Nueva York) donde se sirvieron por primera vez las alitas de pollo. Pero no fue una decisión premeditada, sino fruto de la casualidad y de un confuso error. Y es que el proveedor cárnico de dicho restaurante entregó a la propietaria del mismo, Teressa Bellisimo, un pedido que, en vez de cuellos de pollo (especialidad del local) contenía alitas de pollo.

Para no desperdiciar la carne recibida, Teressa decidió freír las alitas de pollo y las sirvió acompañadas de una salsa picante. Quién sabe si por novedad o por lo delicioso que le salió, el plato resultó todo un éxito entre su clientela, lo que llevó a la propietaria a decidir incluirlo en la carta del restaurante.

Poco a poco, estas alitas fueron alcanzando mayor fama, traspasando las fronteras de Buffalo, primero; de Nueva York, después; para terminar como uno de los platos estrella de la cocina americana en la década de los 90, con una fama que se ha extendido a lo largo y ancho de todo el planeta.

Las alitas de pollo son, en la actualidad, uno de los platos más recurrentes en raciones, platos e incluso pintxos de restaurantes y bares de todos los niveles. Y es que hablamos de un producto tan sencillo de preparar como versátil, ya que no atiende a límites en la forma de prepararlo.

Podemos encontrar las alitas de pollo fritas u empanadas, siendo esta forma más propia del fast food; pero también asadas al horno o a la parrilla. Se sirven tanto en entero como deshuesadas, y pueden acompañarse de diferentes salsas (picantes y barbacoa son las más habituales) o habiendo sido las propias alitas previamente aderezadas. Alitas ahumadas, alitas adobadas, alitas marinadas… se puede encontrar este plato de tantas formas como queramos imaginar. ¿Tú cuál eliges?