
Secciones
Servicios
Destacamos
Ana Grandío de Fisiogenómica
Miércoles, 5 de marzo 2025, 09:29
La dismenorrea hace referencia al dolor intenso que se experimenta durante la menstruación. Si bien es normal sentir algo de incomodidad durante el período, la menstruación no debería de doler.
De hecho, las inflamaciones recurrentes pueden terminar provocando una fibrosis crónica del tejido endometrial.
Es fundamental entender qué factores pueden estar generando ese dolor. Solo al comprender esto podremos tomar las medidas correctas para abordar el problema de manera efectiva.
La dismenorrea primaria se refiere al dolor vinculado a la menstruación cuando no se encuentra evidencia de patología orgánica pélvica. Suele aparecer en la adolescencia, pero con el tiempo o tras el parto puede disminuir.
En cambio, la dismenorrea secundaria hace referencia al dolor menstrual causado por enfermedades pélvicas o trastornos orgánicos como la endometriosis, los quistes de ovario, adherencias u otras condiciones.
1) Aumento de los niveles de prostaglandinas en el organismo:
Las prostaglandinas son compuestos químicos que intervienen en las contracciones uterinas. Durante la menstruación, estas contracciones ayudan a expulsar el revestimiento uterino. No obstante, cuando hay un exceso de estas sustancias, las contracciones se intensifican y pueden ocasionar dolor.
2) Desequilibrio de los ácidos grasos poliinsaturados
Otro mecanismo que puede interferir en el proceso de la inflamación y provocar menstruaciones dolorosas, es el desequilibrio de los ácidos grasos poliinsaturados.
El ácido araquidónico, un tipo de omega-6, es esencial para la producción de prostaglandinas y lipoxinas, mientras que los EPA y DHA, pertenecientes a los omega-3, favorecen la producción de protectinas y resolvinas.
La insuficiencia de EPA y DHA impedirá la rápida reducción y resolución de la inflamación.
3) Desajuste hormonal
Si el cuerpo funciona de manera óptima, antes de la menstruación se reduce la concentración de estrógenos, lo que ayuda a evitar la inflamación y el dolor. Sin embargo, si estos niveles no descienden adecuadamente o si la progesterona disminuye demasiado pronto, puede aparecer el dolor. Es decir, el dolor menstrual puede ser un indicador de hiperestrogenismo y puede ir acompañado de acné, síndrome premenstrual, reglas irregulares o abundantes, etc.
Por ello, es crucial cuidar la salud hepática, ya que este órgano se encarga de eliminar el exceso de estrógenos, que a menudo se produce debido a una alimentación inadecuada.
El uso de analgésicos y antiinflamatorios se ha convertido en una solución habitual para muchas mujeres que padecen dolor menstrual. Sin embargo, lo que no se sabe es que recurrir a estos medicamentos mes a mes interrumpe el proceso natural de resolución de la inflamación.
Los antiinflamatorios actúan controlando el pico de prostaglandinas y, de este modo, ofrecen un alivio temporal del dolor. Sin embargo, esta disminución momentánea no erradica la inflamación, ya que las prostaglandinas, aunque se reduzcan inicialmente, tienden a incrementarse nuevamente.
De igual forma, se suele recomendar el uso de píldoras anticonceptivas, una medida que en realidad solo aborda el problema de forma superficial.
Para contrarrestar el exceso de inflamación, debemos seguir una dieta antiinflamatoria.
Alimentos que aumentan la liberación de prostaglandinas: carne roja, embutidos grasos, lácteos de origen animal, grasas saturadas y alimentos de índice glucémico alto (pan, bollería, azúcares)
Xenoestrógenos (alfa-estrógenos): pesticidas, químicos, anticonceptivos hormonales...
Fritos
Verduras inflamatorias: tomate, pimiento, berenjena, espárragos
Cereales con gluten
Café y alcohol
Sal en exceso
Fuentes de EPA y DHA: pescado azul y marisco
Alimentos ricos en apigenina (perejil, apio), ácido acetilsalicílico (zanahoria, cilantro), resveratrol (arándanos), magnesio (pipas de calabaza, verduras de hoja verde, almendras, arroz integral, quinoa) y kaempferol (manzana, puerro, cebolla)
Semillas de chía (omega-3)
Jugo de granada
Grasas monoinsaturadas: aceite de oliva, aguacate
Especias antiinflamatorias: cúrcuma, jengibre
Lácteos de origen vegetal (evitar soja)
Verduras amargas: rúcula, escarola, rabanitos, alcachofa, endivias. Para apoyar mejorar la desintoxicación hepática
Infusiones y alimentos depurativos: boldo, romero, diente de león, brócoli, ajo, zumo de arándanos
Ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) y magnesio: tienen propiedades antiinflamatorias.
Aceite de onagra: contiene ácido gamma-linolénico (GLA), que puede ayudar a reducir la inflamación y los calambres menstruales.
Sauzgatillo: regula los desajustes hormonales.
Cofactores hepáticos: taurina, glutation, extracto de rábano negro o N-Acetilcisteína, entre otros.
Extracto de semillas de uva
Cápsulas de cúrcuma o jengibre
Vitamina D: el déficit de esta vitamina se ha relacionado con un mayor dolor menstrual.
No te resignes a vivir con dolor. ¿Te sumas al cambio?
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.