Un procedimiento inédito en Gipuzkoa para tratar la acalasia
El doctor Francisco Javier Zozaya y la doctora Julyssa Cobian, especialistas de la Unidad de Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa, explican qué es y cómo se diagnostica la acalasia, días después de realizar una intervención inédita en Gipuzkoa mediante la técnica endoscópica POEM
Martes, 9 de mayo 2023, 14:01
Los doctores Zozaya y Cobian, de la Unidad de Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa, realizaron el pasado 21 de marzo con éxito la primera intervención de Gipuzkoa de acalasia mediante la técnica endoscópica POEM, un tipo de procedimiento que solo se había realizado una vez antes en Euskadi. La paciente es una mujer guipuzcoana de 67 años de edad que tras la intervención fue dada de alta al día siguiente y se recupera satisfactoriamente tras doce años sin haber podido tragar alimentos de forma normal y sin dolor.
Este caso resulta especialmente llamativo porque la paciente llevaba mucho tiempo sin poder hacer una vida normal, debido a que tenía una severa paralización en el conducto que une el esófago con el estómago. En Policlínica Gipuzkoa, se le diagnóstico y aconsejó realizar esta técnica puntera, llamado POEM, que ha resultado un éxito para esta paciente.
Esta mujer presentaba una acalasia tipo 3. La acalasia es un trastorno infrecuente del esófago, que en su caso cursaba con lesiones severas en los nervios del esógafo, de forma que le impedía tener las contracciones rítmicas del mismo, conocidas como peristaltismo, y necesitábamos realizar un procedimiento que ha demostrado ser eficaz» explica el doctor Zozaya.
Tal y como recuerda el doctor Zozaya, esta paciente había acudido a consulta «con unos síntomas muy concretos, como el dolor centrotorácico asociado a la ingesta de alimentos y la dificultad para el paso de la comida del esófago al estómago, lo que se conoce como disfagia».
La paciente fue diagnosticada hace quince años en Gipuzkoa, aunque no se definió exactamente qué tipo de acalasia era, y se le remitió a un hospital de Madrid para someterse a una técnica quirúrgica conocida como «Miotomía de Heller». Esta intervención «consiste en cortar la musculatura que está contraída en la unión entre esófago y estómago y que teóricamente le estaba provocando esa sintomatología», explica Zozaya.
Tras la intervención con la técnica POEM los resultados «son prácticamente inmediatos porque cuando cortamos el músculo, ya no tiene capacidad de contraerse»
Después de aquella cirugía, la paciente siguió presentando síntomas, principalmente dolor torácico y, con el tiempo, disfagia. Es por ello que se intentaron realizar otras técnicas como la dilatación esofágica, que, tal y como afirma el doctor Zozaya, tiene un problema: «Es un procedimiento no controlado con el que se provoca un desgarro por ensanchamiento del músculo y no podemos saber cuánto hemos cortado o no».
¿En qué consiste la técnica POEM?
La técnica POEM consiste en realizar un corte de la musculatura de la unión entre el esófago y el estómago y, si es preciso, también de la pared del esófago por vía endoscópica, explica el doctor Zozaya. «Realizamos un túnel por dentro de la pared del esófago, nos introducimos a través de la mucosa y vamos avanzando entre las diferentes capas de la pared hasta la unión entre esófago y estómago. En ese momento -explica Zozaya-, cortamos parcialmente las fibras musculares tanto de esa unión como, en el caso de esta paciente, de gran parte del esófago».
«Esta intervención -explica el especialista de Policlínica Gipuzkoa- suele durar entre hora y media y dos horas, aunque en este caso fuimos algo más lentos por asegurar un buen control y evitar riesgo de complicaciones, por ello duró en torno a tres horas», reconoce el doctor Zozaya.
Tras esta intervención, los resultados «son prácticamente inmediatos porque cuando cortamos el músculo, ya no tiene capacidad de contraerse». Según el doctor Zozaya, los resultados se ven en dos o tres meses, «sobre todo cuando la paciente ya no presenta dolor ni dificultad para tragar y se repiten las pruebas que se realizaron al diagnóstico».
Postoperatorio de la técnica POEM
La intervención requiere un ingreso en las primeras 24 horas para controlar las potenciales complicaciones que pudieran surgir. Cumplido ese plazo, se realiza una gastroscopia de revisión para descartar cualquier complicación. El paciente se mantiene en ayunas hasta ese momento y, a partir de ahí, «comenzamos una reintroducción progresiva de la dieta, primero líquida y, a los días, triturada, luego blanda y finalmente, en una o dos semanas, normal».
El doctor Zozaya destaca que «es muy importante el trabajo en equipo y en Policlínica Gipuzkoa tenemos la suerte de contar con una Unidad de Trastornos Motores Esofágicos muy importante». En el caso de esta paciente que previamente estaba operada, acudió a consulta y ante la sospecha de una acalasia, fue derivada a nuestra Unidad donde «se le hizo un diagnóstico certero y pudimos indicar la realización de la técnica POEM. Pasó también por la consulta de anestesia para realizar el estudio preanestésico e ingresó en la misma mañana del procedimiento, tras haber estado en ayunas entre 24 y 48 horas, y se le realizó la intervención», resume.
En la gran mayoría de los pacientes el resultado es definitivo, porque se consigue una resolución completa de los síntomas. No obstante, el doctor Zozaya no oculta que «hay un porcentaje pequeño en el que la resolución es parcial y otro menor en el que, pasado un tiempo largo, vuelven a presentar síntomas. Esto se debe a que la musculatura tiende a regenerarse y vuelve a tener fuerza suficiente como para contraerse y presentar de nuevo sintomatología. Incluso en estos casos, se puede plantear hacer de nuevo esa técnica con un rePOEM».
¿Qué es la acalasia?
La doctora Julyssa Cobián, de la Unidad del Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa, explica que la acalasia «es un trastorno motor-esofágico que tiene como síntoma principal la dificultad para tragar, hay una falta de relajación de la zona que conecta el esófago con el estómago, conocida como la unión esofagogástrica». Al producirse esa falta de relajación, esa 'puerta' está constantemente cerrada y el paciente tiene dificultad para tragar. Por ello, «el síntoma principal es la disfagia, pero puede presentar otros, como el dolor torácico de origen no cardiaco y también regurgitaciones, que se dan cuando la comida sube hacia la boca».
La especialista reconoce que las causas normalmente no se conocen, «pero sí hay que descartar que no sean de origen secundario, es decir, que haya una pseudoacalasia o que haya un tumor de base que produzca toda esta sintomatología».
La acalasia «es un trastorno motor-esofágico que tiene como síntoma principal la disfagia, pero puede presentar otros como el dolor torácico de origen no cardiaco y regurgitaciones»
En lo que al diagnóstico se refiere, la doctora Cobián explica que «contamos con varias pruebas que nos pueden orientar, como la endoscopia, que consiste en meter una cámara por la boca para poder ver cómo están el esófago, el estómago y su unión, y que también nos permite tomar biopsias de esas zonas si pensamos que el origen puede ser secundario».
La otra prueba que suelen realizar es el esofagograma, «que nos da una imagen característica, sobre todo en acalasias que son avanzadas, cuando el esófago está dilatado y se ve cómo hay dificultad para el paso del contraste». Además, la prueba principal es la manometría de alta resolución, «en la que metemos una sonda por la nariz del paciente y esta llega hasta el estómago y, dándole tragos de agua, vemos cómo se mueve el esófago al pasar el líquido. Nos permite diagnosticar la acalasia y diferenciar de qué tipo es de entre los tres que conocemos».
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