«Somos uno de los centros que más ensayos clínicos realiza en Alzheimer y Parkinson»

El Alzhéimer es una de las enfermedades, junto al Parkinson, a las que el neurólogo guipuzcoano, Gurutz Linazasoro lleva dedicada prácticamente toda su vida profesional. Hasta ahora, hay muchos estudios que han ayudado a ralentizar la aparición del Alzheimer y sus síntomas, pero aún queda un mundo de investigación. Gurutz Linazasoro, jefe del Servicio de Neurología de Policlínica GIpuzkoa, es un experto en el tema con una amplia experiencia en el tratamiento e investigación de dicha enfermedad y no duda en compartir todo su conocimiento.

En este momento estamos trabajando en diferentes ensayos clínicos, principalmente para el Párkinson y el Alzhéimer. En el caso del Párkinson, tenemos actualmente tres ensayos clínicos en marcha. Dos de ellos aún abiertos en los que podemos incluir nuevos pacientes. En el caso del Alzhéimer, tenemos tres ensayos clínicos en marcha y tres nuevos en los que podemos incluir nuevos pacientes. Todos ellos son estudios en los que se utilizan medicamentos que van orientados a hacer que la enfermedad avance con más lentitud, por lo que están dirigidos a personas de muy reciente diagnóstico.

Llevamos desarrollando ensayos clínicos desde el año 1990. Son casi 34 años ya y en total son más de 70 ensayos clínicos en los que hemos participado. Por nuestra unidad han pasado, aproximadamente, 1.200 personas. Es una experiencia acumulada muy grande y, de hecho, somos uno de los centros del Estado que más ensayos clínicos realiza, porque tenemos toda la infraestructura necesaria para poder dar una respuesta ágil. También tenemos un equipo de profesionales muy experimentado y muy bien formado, que puede llevar los protocolos con un rigor extraordinario, que es lo que se exige para desarrollar un ensayo clínico. Estamos respaldados por un hospital, Policlínica Gipuzkoa, que actúa con flexibilidad y rapidez.

En el caso del Alzhéimer, nosotros estamos trabajando con dos medicamentos que se llaman Lecanemab y Aducanumab, que son los dos medicamentos que la FDA -Food and Drug Administration de EEUU- ya ha aprobado para su uso en pacientes con Alzhéimer en fases muy tempranas. La Agencia Europea del Medicamento aún no ha aprobado el Lecanemab y estamos a la espera de ver qué dice. Todos esperamos que sea aprobado porque los resultados demostraron en varios ensayos que es efectivo en ralentizar la enfermedad en un 30 por ciento. Esto significa que los síntomas tardan más en aparecer, lo que supone que el paciente y sus familiares vayan a tener una mejor calidad de vida.

No hay fechas exactas, depende de la Agencia Europea del Medicamento. Aunque todos esperamos que en el 2025 podamos empezar a ver este tipo de terapias comercializadas y potencialmente utilizables. Eso sí, son tratamientos que tienen que ser aplicados en un hospital porque se suministran por vía intravenosa y vienen precedidos de un estudio previo muy minucioso. Son tratamientos que pueden tener efectos adversos. Todo exige una adaptación del actual sistema para que sea beneficioso para todos. Es una oportunidad y una inversión.

Se estima que la enfermedad de Alzhéimer puede afectar a unas 13.500 personas en Gipuzkoa y unas 40.000 en toda Euskadi. En realidad, lo que habría que decir es que hay unas 40.000 familias afectadas por el Alzhéimer en el País Vasco. Esto tiene un impacto tremendo en la calidad de vida de las personas. Estamos ante un hito porque hacía más de 20 años que no surgían medicamentos para hacer frente al alzhéimer.

Estos medicamentos actúan eliminando los depósitos de una proteína que se llama amiloide. Desde hace años se sabe que el alzhéimer lo crean dos proteínas, una la mencionada y la otra la tau, que se pliegan mal y adquieren formas anómalas y que no pueden ser eliminadas. Estas se depositan en el cerebro y hacen que las neuronas no funcionen correctamente, las conexiones se alteran y con el tiempo incluso las neuronas se mueren. La consecuencia es que el cerebro se atrofia y que los síntomas de la enfermedad aparecen. Aún no se conoce cuál es el inicio de la enfermedad, pero sabemos que el amiloide está implicado, por eso intentamos actuar de esta manera. En el futuro, quién sabe si los tratamientos serán diferentes y si se combinarán medicamentos que actúen de la mano y vayan a por las dos proteínas. Todo se está investigando.

Sí. En el ensayo del Lecanemab inicialmente entraron ocho personas y en un desarrollo previo del medicamento participaron otras once. Esos ocho, actualmente, siguen en el programa. Pero no solo hemos participado en el desarrollo de estos medicamentos, también en el de muchos otros.

Nosotros lo que hacemos es contribuir a grandes ensayos multicéntricos, que colaboran con 200 ó 300 centros en todo el mundo. En el ensayo de Donanemab, por ejemplo, se incluyeron unas 1.500 personas. Es difícil juzgar la eficacia de cualquier terapia con esos ocho casos que nosotros aportamos, pero tras analizar los 1.500 casos se vio que tenía esa capacidad de ralentizar el curso de la enfermedad en un 30 por ciento. Con efectos adversos, siempre hay que decirlo. Se publicó en un artículo del New England y varias editoriales han publicado también que es momento de prepararse para poder trabajar con esos medicamentos.

En Policlínica Gipuzkoa podemos estar preparados para la administración de estos nuevos medicamentos contra el Alzhéimer. Habría que habilitar ciertas estancias en el hospital de día, incluir personal formado y tomar algunas otras medidas. No es lo mismo tratar a ocho personas dentro de un estudio que a muchas más, que ya tienen diagnosticada la enfermedad. Se necesitan unas infraestructuras ágiles y que den respuesta a esa necesidad. Haciendo números, se estima que en Gipuzkoa entre 160 y 170 pacientes podrían estar recibiendo este tratamiento que dura unos 18 meses, que es lo que se tarda en eliminar el amiloide. Pero cuando unos terminan, entrarán otros y así sucesivamente. Y eso requiere de una preparación. A mí me recuerda al proceso que se llevó a cabo en los años setenta con la quimioterapia. Quién nos diría por aquel entonces que la quimioterapia se administraría como se hace ahora. Hay que dar pasos en esa dirección.

En 2023 ha habido muchas publicaciones alrededor del Alzhéimer, pero han destacado sobre todo dos: una sobre los medicamentos antiamiloideos que hemos estado comentando y otro sobre el estilo de vida como factor de riesgo para desarrollar Alzhéimer. El riesgo de padecer esta enfermedad en un 30 ó 40 por ciento se debe a nuestro estilo de vida y factores relacionados. Si uno es capaz de tomar las decisiones correctas y camina de forma moderada y constante, se alimenta adecuadamente con una dieta mediterránea, controla la tensión, la diabetes, el colesterol, no fuma, no bebe alcohol, tiene una actividad intelectual, social, corrige la sordera, mejora las depresiones en caso de que aparezcan… Si uno es capaz de abordar todo este conglomerado de cosas que componen nuestro estilo de vida, ahí está controlando el riesgo de sufrir alzhéimer en el futuro. Hay miles de estudios que demuestran esto, pero se trata de una decisión personal y que tenemos que tomar todos. El segundo punto importante es que cuando una persona tenga olvidos que vayan más allá de 'dónde me he dejado las llaves' y que ya empieza a ser repetitivo o que en casa le empiezan a ver diferente, que ven que hay un problema, ese es el momento de acudir al neurólogo. Porque hoy en día no es como antes, en la actualidad tenemos muchos medios para ayudar. Habría que confirmar varias cosas y ver si todo está relacionado con el amiloide. Si fuera así, habría que proponer una terapia para eliminar esos depósitos.

Yo creo que sí. Con los tratamientos sintomáticos que ya hay desde hace veinte años, es muy evidente que mejoran los síntomas y la calidad de vida. Aquí también hay un factor a tener en cuenta. Los familiares siempre dicen que el paciente va a peor, y es verdad, pero si no estuvieran tomando esos medicamentos estarían aún mucho peor. La progresión de la enfermedad sería mucho más rápida. Esos fármacos tienen demostrada su utilidad.