Uno de cada seis positivos en Euskadi se detectan ya gracias a los test en casa

El resultado de esta proliferación de autopruebas es que en agosto, primer mes con datos completos, uno de cada seis nuevos contagios que se han contabilizado en Euskadi (el 17%) han podido ser detectados gracias a la responsabilidad de quienes han dado positivo en una de estas pruebas hechas en el ámbito privado y lo han comunicado a Osakidetza. En cifras concretas, han sido 3.634 de los 20.803 positivos computados por el servicio vasco de Salud el mes pasado, según los datos aportados a este periódico por el propio organismo público.

La cifra corresponde no a los test que hayan podido dar positivo cuando se lo realiza uno mismo, sino a los positivos confirmados en la prueba posterior de comprobación que realiza Osakidetza una vez ha sido avisada. Es decir, son positivos ratificados que han sido descubiertos gracias al primer aviso dado por el test comprado en la farmacia.

El protocolo establece que si una persona da positivo en una de estas pruebas caseras, debe comunicarlo inmediatamente a la red de vigilancia a través de un formulario que se rellena en la web de Osakidetza (https://inkestagune.osakidetza.eus/index.php/728989). Por descontado, el afectado debe aislarse en casa y preparar un listado de personas con las que haya estado en los últimos días para comunicarlo a la red de rastreadores cuando estos se pongan en contacto tras recibir el aviso. En esa comunicación Osakidetza también ofrecerá una cita al infectado para realizarle la prueba de confirmación de su positivo.

Esta operativa debe seguirse tanto si se está vacunado como si no.

El aviso 'online' se puso en marcha en Euskadi a los pocos días de que se iniciase la comercialización de las pruebas caseras ante el colapso que en ese momento vivía la red de seguimiento, que no daba abasto en el momento álgido de contagios de la quinta ola. Casualmente, el récord de positivos detectados durante toda la pandemia en Euskadi se alcanzó el 21 de julio, el mismo día que se empezaron a vender las pruebas autodiagnósticas, con 1.801 casos en una sola jornada. El nivel de expansión del virus era tal en aquellas fechas que las llamadas de los rastreadores a los contactos estrechos de los positivos que se descubrían se demoraban «un mínimo de cuatro días», según confirmaron fuentes sanitarias.

Añadir a esa saturación la recepción de llamadas de personas que daban positivo en su casa habría colapsado aún más si cabe la labor de los rastreadores.

Los test autodiagnósticos no tienen valor a efectos de registro ni validez legal. Es decir, estos positivos no sirven como prueba de haber contraído el Covid ni los negativos permiten recibir el certificado de que no se está contagiado en el pasaporte sanitario. El resultado, sea cual sea, es orientativo y sirve para el conocimiento personal, pero debe confirmarse con un test oficial.

Ello no quiere decir que los resultados no sean fiables. Las pruebas caseras tienen una sensibilidad menor que las PCR, pero no baja. Tienen un mínimo de especifidad del 97% y sensibilidad del 90%. Para lograr la mayor eficiencia, lo recomendable es hacerse la prueba durante los siete primeros días desde que se produjo la infección o en los cinco primeros desde la aparición de síntomas, ya que es cuando la carga viral está en su punto más álgido.

Además de para dar a conocer los positivos, Osakidetza también habilitó en su web un formulario para los contactos estrechos (https://inkestagune.osakidetza.eus/index.php/883369), de modo que quienes han estado cerca de un contagiado avisen a las autoridades sanitarias para que se pongan en contacto con él. En este caso la respuesta ciudadana no ha sido tan positiva. En agosto avisaron de su situación 388 personas.